Afirma que en San Juan mucha gente recurre a la Iglesia para pedir ayuda ante posibles “posesiones malignas”. Aunque la mayoría de las veces se trata de personas con problemas psiquiátricos, el párroco asegura que en diversas ocasiones es necesario realizar exorcismos. Cuáles son los signos y características de un ritual milenario que despierta controversia.
Ruidos extraños, movimientos violentos, palabras proferidas en idiomas incomprensibles, una perturbadora transformación física y una demoníaca voz masculina que sale de una niña de 12 años. Pocas personas desconocen las escenas de la película “El exorcista”, que atrajo la atención del mundo al instalar un tema que continúa provocando misterio. Desde su lanzamiento en 1973, el film fue un suceso cinematográfico que impactó a la opinión pública por el dramatismo de las escenas. Y aunque más tarde fue tomado para la burla y la ridiculización, el tema sigue despertando fascinación, temores, rechazo o, como mínimo, curiosidad.
Más allá de la credibilidad de las películas, el exorcismo existe como ritual de la Iglesia Católica, que cree en la posibilidad de la “posesión del cuerpo y la mente de una persona por parte del demonio”. Sin ir más lejos, esta práctica es realizada en San Juan por sacerdotes autorizados por el obispo para asistir a aquellas personas que presentan signos paranormales. En la mayoría de los casos y según reconoce la misma Iglesia, estos signos responden a un desorden psiquiátrico de personas con cuadros de psicosis u otras alteraciones. Sin embargo, en otras oportunidades sostienen que el problema no se desprende de causas médicas sino de un fenómeno que va más allá de las explicaciones de la ciencia.
¿Cómo saber si esto puede suceder en la vida real? ¿Cuáles son los signos que identifica la religión? ¿Cuánto hay de verdad en lo que muestran las películas? El sacerdote Rómulo Cámpora, párroco de la Iglesia Catedral, explica los detalles de un rito cargado de misterio.
-¿Cómo define la Iglesia al exorcismo?
-El exorcismo es una oración que hace la Iglesia como un servicio a la vida espiritual de los fieles cuando se encuentran agobiados por la presencia del demonio. Se utiliza un ritual especial confeccionado por la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, que incluye la señal de la cruz y oraciones que imploran el don de fortaleza y paz para esa persona. El exorcismo existe porque existe el mal, aunque la estrategia del demonio es hacernos creer que no existe. Pero fue el mismo Jesús el que realizó muchos exorcismos.
-¿Quiénes son más vulnerables a que suceda esto?
-En realidad todos estamos tentados por el demonio pero la posesión comienza cuando hay tristeza por diversos motivos y surgen sentimientos de desaliento, envidia o rencores. Esto va trastornando los sentidos de la persona y sus conductas para infundir temor y atacar la fe. El demonio esclaviza y por eso hay personas que son esclavas de sus pasiones, vicios, tristezas, amarguras y resentimientos. No solo perturba a los cristianos sino también a todas aquellas personas nobles y de buen corazón que aspiran al bien. La forma de liberarse es recurrir a la oración y la práctica del bien.
-¿Cómo diferencia la Iglesia entre alguien poseído y alguien que simplemente hace el mal?
-Jesús dice que por los frutos se ve un árbol. El demonio no se manifiesta solo a través de la conducta de los delincuentes sino a través de todos los actos de soberbia y de envidia, que es la raíz de todos los males en la sociedad. Pero también a través de aquellos que se creen santos o de gente que hace pactos con el diablo. Muchos acuden a las brujas, las videntes, a los que atan y desatan matrimonios y pagan a espiritistas para que hagan el mal. Son cosas muy negativas que crean dependencias.
-¿Quiénes están facultados para realizar exorcismos?
-Todos los sacerdotes podemos hacer exorcismos pero el obispo debe delegar esta facultad. Se pide autorización porque se pide la fuerza de la comunión sacramental ya que no es un acto privado de un sacerdote sino de la Iglesia. Hay que tener una muy buena preparación espiritual para prestar ese servicio. Además todos los sacerdotes exorcizamos cuando escuchamos una confesión y absolvemos los pecados o bendecimos un lugar.
-¿Cuánto hay de realidad en lo que muestran las películas?
-Las películas han exagerado algunas cosas pero son ciertas. Los testigos de la vida de los santos han visto todas estas cosas. Esto le pasaba al padre Pío. Los frailes escuchaban ruidos en su pieza, con gritos y ruidos de cadenas pero cuando iban a buscarlo lo encontraban solo y tirado. El exorcismo no es algo que se da en un solo momento y se resuelve ahí nomás. Hay efectos que duran su tiempo pero el paso inicial es importante. A veces han sido cosas momentáneas, con bendiciones en casas o en ambientes y en otros casos ha llevado su tiempo.
“San Juan es la capital de la brujería”
Desde la postura de la Iglesia, uno de los factores que conduce a la posesión –y por ende al exorcismo- tiene que ver con todas aquellas prácticas relacionadas a la brujería, la clarividencia y la magia negra. El padre Rómulo Cámpora afirma que nuestra provincia es tierra fértil para todo este tipo de rituales que, según su experiencia, “tienen consecuencias terribles”.
-En San Juan se sabe que es común la práctica de brujerías
-San Juan es la capital de ese tipo de prácticas porque hay mucha gente que es ignorante y gente que no lo es pero se dedica a fomentar la brujería. Algo inconcebible en San Juan es el culto a San la Muerte, que en realidad no existe porque no es un santo, pero es algo muy grave. También me ha tocado ver lugares en el campo donde se hacen ritos satánicos con sacrificios de animales, que tienen consecuencias terribles.
-¿Qué consecuencias pueden tener?
-Empiezan a caerse o romperse cosas, hay roturas de espejos y sobre todo gente que se enferma o pierde el trabajo. Me tocó un caso de una persona conocida, de la cual no puedo dar el nombre, que se fue a dormir la siesta y cuando se levantó tenía escrito en la espalda la palabra muerte. Esa persona estaba sola y no pudo haberse escrito la espalda con tanta perfección. También le pasó a otra persona que estaba almorzando y de golpe le empezó a aparecer una escritura en el pecho, que decía “que te mueras”, mientras los demás lo miraban sin poder creerlo. Hay personas que hacen pactos con el diablo para destruir familias o negocios o van a las brujas para que otros se enfermen o engorden pero ellos terminan igual.
-¿Usted recibe a gente que se arrepiente por estas prácticas?
-Permanentemente viene gente que ha hecho este tipo de rituales y se arrepiente. Por eso hay que evitar las cosas que nos acercan a eso. Una de ellas es la desconfianza en Dios que nos hace acudir a curanderos, brujas o gente que tira las cartas. Nuestro pueblo es proclive a esto y lamentablemente mucha gente encuentra la fe por el diablo, es decir que se empieza a plantear la fe a través de casos de posesiones diabólicas o fenómenos paranormales. Por eso es importante no tener ocio y no permanecer en la tristeza.
El ritual por dentro
La Iglesia Católica concibe al exorcismo en un sentido amplio, que incluye desde actos simples y cotidianos como los bautismos, bendiciones y confesiones hasta los exorcismos propiamente dichos, que involucran rituales especiales para combatir la “posesión demoníaca”. Este acto debe ser realizado por un sacerdote autorizado por el obispo. Según el párroco Rómulo Cámpora, el exorcismo implica las siguientes pautas:
-Símbolos o herramientas
La herramienta fundamental para exorcizar a una persona consiste en apelar constantemente al nombre de Jesucristo. Otros símbolos son la cruz y el agua bendita “que renueva la gracia del bautismo”. También son imprescindibles oraciones especiales establecidas para “obligar al demonio a apartarse de esa persona”.
-Duración
La extensión del ritual depende de la situación especial de cada persona y según Cámpora, “puede durar desde una hora hasta dos días enteros”. En algunos casos, se produce un gran agotamiento físico y el efecto puede no ser inmediato.
-Momento del día
El exorcismo debe realizarse siempre al mediodía “porque es el momento en que hay más luz y el demonio huye de la luz, como también del incienso bendecido”.
-Acompañantes
En algunas ocasiones, el sacerdote llama a otros párrocos o personas de fe para que acompañen en la oración y sumen fuerzas para repeler esa presencia.
¿Posesión o trastorno psiquiátrico?
Tal como lo presenta la película “El exorcismo de Emily Rose”, en muchos casos surge una controversia entre quienes relacionan conductas extrañas con una posesión diabólica y quienes adjudican estos actos a un trastorno psiquiátrico. El mismo padre Cámpora sostiene que la Iglesia debe estar atenta a los diferentes signos para discernir entre estas dos posibilidades ya que “existen alteraciones mentales o situaciones de angustia que pueden prestarse para la confusión”.
“Muchas veces nos llaman por una posible posesión pero cuando llegamos a la casa, la persona no reacciona mal ante el signo religioso y nos damos cuenta que en realidad se trata de un problema psíquico grave” dice el párroco. El sacerdote explica que la situación cambia en aquellos lugares que la sola llegada del sacerdote “provoca una reacción negativa”. En estas ocasiones, la posesión genera “un trastorno en los sentidos exteriores de la persona, que tiene falsas visiones, pierde la conciencia de lo que está diciendo y tiene conductas violentas”.
Esta transformación también implicaría peligros físicos para estos sujetos, si se tiene en cuenta que “algunas personas se autoflagelan o ponen en riesgo su vida, con lo que terminan en un estado físico deplorable”. Sin embargo, Cámpora aclara que los casos de mayor espectacularidad como los que representan las películas son menos frecuentes que aquellos en los que “hay una tristeza acumulada que lleva a un trastorno de la personalidad”.
Para diferenciar entre una posesión diabólica y un problema psiquiátrico, la Iglesia tiene en cuenta las siguientes “señales”:
Los signos de la posesión
-La principal manifestación es el rechazo hacia todos los símbolos religiosos, incluyendo la presencia del sacerdote.
-Hablar con muchas palabras de lenguas desconocidas o entenderlas.
-Hacer presentes cosas distantes o escondidas.
-Demostrar fuerzas sobrenaturales.
-Cambios en la voz.
-Actitudes violentas.
Cuando llega a lugares, objetos y animales
La Iglesia afirma que la posesión diabólica no solo puede tener como víctimas a las personas sino que también afecta a otros seres vivos como los animales y hasta a objetos inanimados y lugares.
El padre Cámpora sostiene que “hay ambientes que quedan impregnados de la influencia del demonio” y asegura que generalmente son aquellos en los que se ha ejercido la prostitución, la magia negra y el oscurantismo. Esa presencia suele manifestarse a través de signos característicos como “las hormigas coloradas, gusanos, muchas moscas, olores nauseabundos y manchas en las paredes”.
¿Qué pasa con los animales? Según Cámpora, la posesión también puede darse en ellos ya que “el demonio los usa para agredir a otros”. En cuanto a la capacidad para detectar esta “mala disposición”, el sacerdote afirma que el perro es uno de los animales más preparados para ello porque “tiene una sensibilidad especial”.
Desde esta perspectiva, los únicos que se salvan de una posible posesión son los niños ya que según el párroco nunca se detectó un caso en menores porque “Dios no lo permite”.
NOTA PUBLICADA EL 19 DE ABRIL DE 2013 EN EL NUEVO DIARIO.