La periodista María Silvia Martín fue entrevistada por Juan Carlos Bataller en el ciclo "Qué hiciste con tu vida" a fines de 2017.
—María Silvia Martin ¿Dónde naciste?
—Nací aquí, en la ciudad de San Juan, soy habitante del pueblo viejo de Concepción. Mi familia, desde mis bisabuelos, vivió allí y desde ahí continuó la tradición. Cuando se casaron mis padres (soy la tercera de cuatro hijos) vivimos en la calle Aberastain entre Cereseto y Paraguay, esa fue mi casa de la infancia, hoy vive mi madre ahí.
—¿Qué recuerdos tenés de tu padre?
—Realmente, mi papá marcó y forjó mi personalidad. No fue un padre presente, fue un papá que tal vez no supo demostrar su afecto. Mi madre supo claramente suplirlo siempre. Tengo hoy un recuerdo de mi padre mucho más afectivo después de su muerte de lo que fue en su momento. Hubo una separación, un divorcio familiar y en su momento, digo en su momento porque cerré las heridas, entiendo que las vivencias forjan el temple de alguien. Mi papá tuvo mucho que ver con esto, es la mirada positiva. Me formó también su presencia.
—¿Y tu mamá que representa?
—Ella es la razón de mi vida, en el sentido que fue quién tomó siempre la posta. Crió a sus hijos, con su vocación de maestra y ese rol mismo dejó en nosotros lo que somos. Siempre digo que soy una apasionada de la lectura. En casa mi madre era subscripta al Círculo de lectores y no era una familia como para andar comprando libros ni revistas. En nosotros dejó ese hábito.
—¿Cuál es tu primer recuerdo?
—Yo debo haber tenido 3 años, vivíamos en Jáchal. Mi papá era comerciante, delegado de ventas de la firma Arcor, después lo trasladaron a Mendoza y a Mar del Plata y después llegamos a San Juan. En todos los lugares vivimos un año. En ese momento vivíamos en Jáchal. Siempre recuerdo cuando abrí los ojos y vi la parte de abajo de un auto. Me había atropellado un vehículo. Después, cuenta la anécdota que mis hermanos fueron corriendo a avisarle a mi madre que a la nena la había pisado un auto. Entonces cuando sale mi madre, ve que toda la gente está tratando de sacar a alguien de abajo del auto. ¡Por poco no se desmaya! Me llevaron al hospital y si recuerdo en ese momento ver las luces como de un quirófano y que yo no podía caminar. No tenía nada grave solo estaba en estado de shock.
—¿Entre los 3 y 5 años viviste fuera de San Juan?
—Claro, parte de mi nivel inicial fue en Mar del Plata, en el colegio Sagrada Familia. En San Juan fui al Colegio San José. Después pase a María Auxiliadora y me terminé recibiendo en la Normal Sarmiento. Tengo toda la experiencia de la gestión pública y privada de San Juan. El interés de mi madre era que saliéramos buena gente, bien educados. Tal vez mi madre pensaba que la garantía estaba dada en un colegio privado en ese momento. Además, después estudié tres años y soy profesora de enseñanza primaria. Nunca ejercí, porque creo que gran parte del talento (poco o mucho) que tengo como conductora, tiene mucho de didáctica, el hecho de explicar una noticia, en eso creo que me sale la maestra.
—La maestra y también algo de actriz
—Ah... Sí, soy histriónica. La televisión es una puesta en escena dicho de buena manera, no quiero decir que sea una mentira. Vos te presentas en Viernes 23 de marzo de 2018 Cómo la vi Pasa a pagina siguiente el manejo del escenario, la mirada a la cámara, cómo te diriges al entrevistado.
—¿Por qué decidiste no ejercer como docente, ya estabas en los medios?
—No, yo era preceptora de la E.N.E.T Nº4 en ese momento. Me recibí y sentí que me había agotado; lo que estaba haciendo ya no me conformaba. Tuvo que ver la influencia de mi hermano Miguel que ya estudiaba Ciencias de la Comunicación y entonces empecé a trabajar. Fue un trayecto que hice desde los 23 años, cuando surgió esta posibilidad.
—¿Dónde comenzaste?
—Fui a una prueba de TVO (Televisora del Oeste); porque querían mujeres para conducir el noticiero. Entonces fueron a la Facultad de Ciencias Sociales y la profesora me recomendó junto a otros alumnos que consideraba que podían tener pasta para eso. Hicimos la prueba en la productora De la Torre—Montes y después de varias pruebas, quedamos Karina Meritello y yo, en el año 1993.
— ¿Dónde aprendiste más, cuando estabas en la facultad o en el medio?
—Son dos cosas distintas, no se podrían comparar nunca. La teoría que te da la facultad es lo que te forma y después la calle es otro mundo. Creo necesariamente en las dos. Así también la comunicación institucional ha crecido muchísimo y era algo que ni se pensaba antes. Nosotros hemos aprendido un periodismo todo terreno, también podes caer en el error de ser un opinólogo de todo, lo fundamental es tener conocimientos variados. La gente no come vidrio y no es una esponja que por lo que escucha en televisión o lo lee en alguna red social lo compra siempre. Ahora con la tecnología todo el mundo tiene su propio medio de comunicación, es la biblia y el calefón.
—Entonces ¿el papel del periodismo no existe más?
—No, otra cosa es el periodismo. Cuando nos encontramos con noticias rimbombantes en donde hay que salir a aclarar a la audiencia “cuidado con el manejo de las redes sociales, ojo con lo que están diciendo”, ahí cobra relevancia el trabajo periodístico y no sólo la comunicación.
—¿Cómo fue tu juventud?
—Te diría que estaba muy interesada en tratar de ser alguien; en el sentido que había que estudiar y formarse. Estuve muy preocupada con eso, siempre marcando la salvedad de que no fue algo premeditado. ¿Dónde voy a estar, a que me voy a dedicar? Fui una adolescente tímida.
—Hoy las chicas avanzan y los muchachos parece que retroceden. ¿Vos era de avanzar?
—Yo soy de la vieja escuela, conquistame, además no sé encarar. La mujer decide siempre, pero si no tenías ofertas quedabas en el living de tu casa viendo pasar la vida. Uno de los hechos más sorprendentes que me pasó, fue ver a unos jóvenes novios que llegaron a una fiesta y bailaron separados toda la noche. Yo entendía el hecho de que estuvieran con sus amigos, disfrutaran ese momento, pero no todo el tiempo. No quiere decir que está mal bailar solo toda la noche, yo lo hice con amigas, pero he procurado si estoy con alguien que se sienta bien.
—¿Después de TVO, dónde continuaste tu experiencia laboral?
—Mi carrera se trasladó a Rawson Cable en el momento que fusionan, en la década de los 90, las dos firmas (TVO y Rawson Cable.). Después todo eso lo compra el grupo Vila, en ese momento se dio de baja al noticiero que salía en el cable. Ahí me llamaron las autoridades de Canal 8 en el año 1999.
—¿Además hiciste radio?
—Claro, estuve trabajando en Radio Sarmiento. Yo aprendí mucho del oficio en el programa “Bien Claro” que conducía Delfor Pérez, fue un gran maestro.
—Me dice gente que trabaja con vos que sos obsesiva del trabajo
—No sé qué mirada habrá de mí al respecto. Soy una convencida de que, para llegar al partido de fútbol del domingo, tenés que haberte entrenado en la semana. Si yo no le dedico el tiempo que esto necesita, el espacio, las horas o lo que fuere, difícilmente cuando llegue al partido yo puedo terminar siendo apta. Cuando dicen que trabajo mucho, es el entrenamiento del jugador de fútbol. Yo no podría nunca posar ante cámara a la hora 13 sino he tenido toda esa previa. Mi reloj suena a las 4 y el segundo despertador 4:15. Me levantó, me ducho y desayunó. A las 5 llegó al canal y me dedicó al programa “Levántate” que sale al aire a las 7.
—Paralelamente al trabajo, ¿te casaste alguna vez?
—Si me casé, ahora estoy separada y es parte de mi historia.
—¿La profesión tuvo algo que ver en la separación?
—No. Las personas somos un todo. Cuando me casé era una periodista muy joven y era parte de un valor que me dio felicidad y se la dio a quien era mi pareja. Nunca tuve cuestionamientos de la labor que desempeño, todo lo contrario fui fortalecida para lograr mis objetivos. Los aciertos y fracasos en la vida tienen que ver con lo que somos.
—¿Tenés hijos?
—No tuve hijos. Me fue adversa la maternidad y la adopción. Intenté con tratamientos para quedar embarazada y después de una manera esquiva se dio la adopción. Ahí frené, con quien era mi esposo en ese momento conversamos. El tema fue que algo nos estaba diciendo la vida respecto de por qué esto no iba a ser para mí. Me dio muchas otras cosas, he sido y soy una privilegiada, ¿por qué me voy a detener ahí? Espero no ser nunca una resentida social. No se me dio tener hijos y lo vivo con absoluta tranquilidad.
—Ante una mujer famosa, conocida, no es fácil que se te acerque alguien
—Estoy en una nueva relación y es algo muy valioso para mí en mi vida. A mi pareja no le costó nada acercarse a mí, no tuvo ningún prejuicio, tal vez eso me enamoró o me saco de eje.
—¿Cuál es tu ubicación en una pareja, la mujer sumisa o la mujer dominante?
—Hay momentos para todo. Me encanta ser sumisa, me encanta que me halaguen y también me gusta otorgar el halago.
—¿Sabés cocinar?
—Sé cocinar y me gusta. Lo hago en mi casa y he agasajado a mis amigos. Saber cocinar es algo que una mujer no se puede perder. Pasé mucho tiempo de mi vida con la vianda y no estuvo bueno.
—¿Te gusta beber?
—Sí, puedo identificar un buen vino. Es un condimento fantástico. No es lo mismo disfrutar un momento con tus amigos o pareja con un buen vino que hacerlo con una gaseosa.
—Una experiencia que te marcó seguramente como periodista fue aquel motín histórico donde fuiste rehén ¿Cómo recordás ese momento?
—Es verdad, por suerte salió bien. No soy plenamente consciente cuánto hizo eso en mí, seguramente me hizo perder todos los miedos. Ese fue un episodio en mi vida periodística que no me puso nerviosa, a tal punto que concluí con una terapia posterior porque me generó momentos de angustia. Pero en ese momento nunca estuve nerviosa.
—Si se repitiera ese motín, ¿entrarías de vuelta a la cárcel?
—No lo dudaría un segundo. Era la noticia, el juez nos decía que íbamos a ser testigos de una negociación porque pretendía usarnos como elemento de prenda para destrabar un motín. Yo me imaginaba eso en la pantalla y lo disfrutaba.
—Lo viviste con ojos de periodista...
—Por eso capaz que no me puse nerviosa, porque nunca lo asumí como propio. Después tuve que ir al psicólogo porque me retraje, no quería que me hablaran del tema.
—Te saco de la periodista, ¿en tu vida personal como te manejás con esta grieta que hay en la política?
— En lo personal poco le dedicó al tema ¿para qué discutir, si me voy a caer al pozo? Me parece injusto sobre todo en lo profesional, nosotros los periodistas recibimos embates que no tienen nada que ver, hay que tranquilizarse.
—¿Te gusta el cine?
—Sí, ahora voy más al cine. Yo antes iba al cine Ópera frente a la plaza de Concepción.
—¿Qué tipo de películas te gustan?
—Me gustan las románticas. Si me tocó el alma y lloro es una buena película. Las películas épicas me encantan, como Corazón valiente, la he visto una docena de veces.
—¿Sos de llorar, gritar o enojarte?
—No en extremo. No voy de banquina en banquina, si es algo sensible seguramente me van a correr las lágrimas.
—Si te plantearas el futuro, ¿lo harías como “la semana que viene” o pensas en “dentro de 20 años”?
—Soy demasiado de pensar y preparar con anticipación, miro mucho más allá de una semana, no siempre el resultado es exitoso. Pero sí creo que el ser humano tiene dos momentos en la vida que necesita de los demás. Primero en la infancia cuando tenés a tus padres, no podrías solo, y después cuando sos vieja. Me pregunto ¿qué va a ser de mí?
—¿Qué hiciste con tu vida? Has hecho muchas cosas, tal vez estás en la mitad de tu vida... Es un buen momento para hacer un resumen, ¿qué cambiarías, donde te equivocaste?
—¡Hay tantas cosas que si las volviera a hacer las harías mejor! Soy una convencida que aquello que hice mal al final tuvo un resultado positivo en mí. ¿Que hice de mi vida? Busqué ser feliz, en algunos momentos lo logré, en otros no.
—¿Cuál es tu canción?
—Hay una que me levanta el ánimo, la escucho el sábado en casa, “En septiembre tú fuiste mía” de Miguel “Conejito” Alejandro. Esa canción me puede, ese mes tiene mucho que ver.
—¿Por qué?
—Lo dejemos ahí (risas) paso algo muy importante. Tiene que ver con el renacer.
Cómo la vi
María Silvia no descansa. Cuando uno comienza a esbozar una pregunta, ella ya está respondiendo. Y no hay medios tonos en su voz. No escatima gestos ni deja de modular cada frase con su voz de locutora profesional y su decir de antigua docente.
Da la impresión de que nunca se relaja.
María Silvia enfrenta su papel de entrevistada con el mismo profesionalismo con el que encara diariamente su tarea. A cada pregunta le agrega un paisaje, un contexto, un detalle.
Y ríe, con su boca, con sus dientes, con sus ojos y hasta con sus manos cuando advierte que el entrevistador quiere ir un paso más allá del que ella quiere dar.
En pocas palabras: no cede su rol de periodista aunque ella sea la entrevistada.
JCB
El perfil psicografológico Por: Elizabeth Martínez Grafoanalista
* Se encuentran marcadores que manifiestan fuerte intención de alejarse de situaciones o de personas de su pasado.
* Hay rasgos de extroversión, de facilidad de contacto con los demás. Posee una forma de relación con los otros que tiende a ser mediadora, que busca conciliar antes que generar conflictos.
* Hay uniones altas entre las letras, lo cual manifiesta agilidad mental, rapidez de resolución de problemas.
* En este momento de su vida, posiblemente se sienta cansada, agobiada, con poca energía para emprender nuevos proyectos y sostener los ya iniciados. Sin embargo esto sería una sensación temporal, dado que posee los recursos cognitivos y emocionales necesarios para hacerle frente a los mismos, si así lo desea.
* Persona creativa con buen nivel de autoestima. Lo cual le permite reconocer sus debilidades y fortalezas.
Entrevistas y textos: Juan Carlos Bataller
Edición para TV: Mariano Eiben
Mixer: Luciano Bataller
Diseño: Miguel Camporro
Cámaras: Nicolás Mercado
Grafología: Elisabeth Martinez
Caricaturas: Lucho Velazquez
Desgrabación textos: Joana Icazatti
Maquillaje: Charly Ramos
Entrevista realizada por Juan Carlos Bataller. Publicada en La Pericana número 100 del viernes 23 de marzo, en la edición 1809 de El Nuevo Diario.