-Comencemos por tu infancia
- Por lo general yo soy ahora como era en la infancia, soy muy común digamos. Mi infancia fue simple, mi viejo verdulero, toda la vida ha sido chacarero. El compraba los cuadros de lechuga, de tomate y los iba a vender a la feria. Mi vieja ama de casa. He tenido todo lo que un niño puede tener para ser feliz.
-¿En qué lugar vivías?
-Yo nací en el barrio Las Heras. Mi vieja por un lado era del Mogote y mi viejo de Pocito, después que se conocieron se fueron a vivir a la casa de mis abuelos, en la Paula Albarracín de Sarmiento y Coll, justo donde está el predio de la Escuela de Enología. Mi abuelo mantenía los parrales que había en una época.
-¿Cómo fue tu infancia?
- Jugábamos al fútbol, hemos hecho todo, al trompo, a las balitas, a todo lo que normalmente hacia un niño hace varios años atrás. Llamar al heladero y salir corriendo, todo lo que hacían los niños normales. Yo ahí ya empecé a mostrar la hilacha.
-¿Cómo era tu padre?
- Mi viejo siempre ha sido el típico gringo pocas pulgas
-¿Algún coscacho ligaste?
- Y varios, cuando se calentaba. Ahora está mucho más tranquilo pero antes se enojaba y te largaba con lo primero que tenía al lado. Las veces que nos ha correteado tirando papas, zanahorias. Mi vieja era menos dura, siempre ha sido la más dócil. Mi viejo agarraba una tabla, el cinto y no quedaba nadie.
-Hoy tu viejo te ve con la música que hacés, con tu corte de pelo. ¿Se lo banca, lo ve bien o sigue siendo severo?
-Él ya se resignó, yo creo que se resignó hace muchos años. Ya con mi hermano más grande se resignó. Con el más chico cuando salía le decía “cuídate el hígado” nada más.
-¿Y con la música?
-Si bien no es muy musical mi viejo, es un tipo que escucha radio pero no sé si escucha música. Por ahí venimos por el lado de mi tío que toca el acordeón. Y mi vieja también cantaba cuando era joven, de ahí viene la música.
-¿Tus padres eran descendiente de españoles?
-Mi abuelo materno era nacido en España. Y por el lado de mi viejo también eran descendientes de españoles.
-¿Y cómo eran esos españoles?
-En algunas cosas muy particulares. Por ejemplo, no tenemos gas. Hasta el día de hoy calentamos el calefón con leña.
-¿Eso es así por una cuestión filosófica o por falta de recurso?
-Por las costumbres de la vida. Por eso yo miro raro a alguien que se enoja cuando va a la clínica y no lo atienden. Nosotros íbamos a la feria con mi viejo, mi vieja y mis tres hermanos y hacíamos la cola en el hospital Rawson y ahí a las 5 de la mañana hasta que nos atendían.
-Un padre severo que cultivaba la tierra ¿Tenía una verdulería?
-Es verdulero, ha sido verdulero toda la vida, muy conocido en la Paula Albarracín de Sarmiento y Coll.
-En esa zona hay red de gas
-Pero bueno él es distinto a todos.
-¿Tenían auto?
-Mi viejo siempre ha tenido camioneta, ahora también. Tiene una camioneta nueva que la tiene parada. Por ahí la saca a pasear cada un mes y pico
-¿A qué escuela ibas?
- A la escuela Provincia de Catamarca. Ahí llegué hasta cuarto grado. De esa escuela me quedan muy pocas imágenes aunque por ahí he conocido gente que me dice que han sido compañeros míos. Siempre me acuerdo de un acontecimiento de esa escuela con la maestra Dorita. Recuerdo que me porte mal y me agarró de las orejas, me levantó y me izó contra el pizarrón ¡Pum! Me acuerdo de eso y me acuerdo del chorrito, me hizo mear la mujer. Me ha pasado dos veces eso, por el susto y por esa maestra.
-¿Y qué recuerdos te dejó esa docente?
-Por lo general he tenido profesores duros, no solamente esa maestra. Para mí eso no es malo porque yo estaba haciendo algo malo.
-¿Eras un niño terrible?
- Bueno, en esa escuela firmé dos veces el libro de disciplina el mismo día. Una vez por agarrarle el lampazo y movérselo en la cabeza a unos compañeros y la otra porque le había robado una revista Playboy a mi hermano y las había llevado a la escuela.
-A tu hermano ya lo has nombrado tres veces ¿era tu ídolo juvenil?
-No, pero era el más grande, él tenía como 15 años y yo era niño.
-¿La escuela secundaria dónde la hiciste?
-En la escuela Catamarca hice hasta cuarto grado y ahí nos fuimos a donde vivo en la actualidad y fui a la escuela María Luisa Villarino de del Carril que está en frente al barrio Enfermera Medina. La secundaria la empecé en la escuela ENET 5, ahí llegué hasta tercero y de ahí pasé a otra escuela que es la Estrada…
-¿Ahí terminaste?
-No, en la Estrada no me quisieron y me fui a escuela Cortinez, de noche. Ahí duré medio año y tampoco me querían por lo que terminé la secundaria en la Antonio Torres, de noche. Terminé como primer escolta a los 18 años. Y ahí fue cuando mi vida empezó a repuntar a nivel musical. Si bien todas las cosas se gestaron en mi adolescencia ahí empecé a estudiar tuba en la escuela de música.
-¿Estudiaste por música?
-Exacto. Vuelvo con el tema que me desvié hace rato. Mi vieja hacia empanadas. Te hablé del horno a leña por eso. Agarraba los tarros de aceite, los cortaba y con eso hacia las latas para las empanadas y con los dos bordes yo me hacia los platos y los tarros para tocar la batería.
-¿Ya escribías temas propios?
- Siempre he escrito, desde muy chico escribía mis canciones. No sabía música pero las tarareaba y hacia ritmos y a todo esto entra mi hermano, que es el bajista, que es mi sombra musicalmente, está bueno porque hay un complemento.
-¿Por?
-Yo a los 13 años empecé estudiar guitarra. En realidad empezó él a estudiar guitarra y ahí me metí yo a estudiar, toqué guitarra con Omar Atreo que fue un profesor también muy estricto. Por ejemplo él me dijo una vez que tocara y había una pasajito que no me salía y me dice “mira esto que vos estás tocando es un grano de arroz en una paella así que si no te sale, tengo alumnos que estudian con trabajo”. A partir de ahí me empezaron a salir todos los pasajes, llegué a tocar obras como Asturias, obras de Bach, que son bastante complicados para la guitarra. Después deje la guitarra porque me empezó a gustar la guitarra española y nos pusimos a estudiar flamenco con mi hermano.
-¿Tu experiencia en la escuela de música fue buena?
- Si, un poco antes de empezar a estudiar guitarra pasamos dos o tres años muy ricos musicalmente y a nivel de vivencias. Hicimos un grupo con mi hermano que se llamaba Los Tintos y era como bastante revolucionario, hicimos varios de temas que tenemos ahora como El As de basto. Teníamos 14 años y nos juntábamos con la gente de la Villa San Patricio. Y bueno, caían ahí los vagos y nos tomábamos una damajuanita y nos poníamos a componer. Los Tintos y su cumbión misterioso se llamaba el grupo. Era como la cumbia villera de ahora pero muy precaria porque el tecladista tocaba con dos dedos. Éramos todos pibes no tocábamos todavía. Agarrábamos los cancioneros de bandas consagradas. Después cuando nosotros aprendimos la teoría de la música llegamos a la conclusión de que estaba bien lo que estábamos haciendo porque los tipos estaban escribiendo la misma escala y nosotros intuitivamente hacíamos eso.
-Te preguntaba la experiencia en la escuela de música porque Segovia era hincha de Charly y el día que creyó que podía tocarlo en la escuela de música le dijeron “esto acá no”, como que lo popular no entraba.
-Bueno el primer roce entre popular y clásico que tuvimos fue justamente con Omar Atreo Buschiazzo. Nosotros tocábamos guitarra clásica y de repente empezamos a escuchar a Paco de Lucia, empezamos a escuchar otros guitarristas y le mostré un día a Atreo.
-¿Y?
-Me miro feo e incluso pasó después cuando nos dedicamos al flamenco, se enojó.
-O sea que pasaste a la cumbia primero y al flamenco después
-Antes de la cumbia nosotros escuchábamos heavy metal, para colmo los extremos. Mi hermano es un virtuoso de la música, de los instrumentos, toca absolutamente todos. Yo soy un estudioso y ahí está la diferencia digamos. Yo toco lo que puedo, pero mi hermano cuando vos sacabas la cuenta de qué notas iban, él ya las sabía apenas las escuchó. Hicimos todo lo que es death metal, Sepultura, los primeros discos que son muy duros.
-Gran cambio….
-A parte también entro en una época donde la música esa estaba relacionada al anticristo y unas cosas muy locas. Y yo me empecé a ponerme pantalones chupados y cruces invertidas. De escuchar a La Mona Jiménez con 8 años que íbamos a los bailes de Colon Junior al look que tengo ahora me viene desde los 9 años. Yo siempre quise tener la cubata con el pelo para atrás, pantalón náutico, zapatos blancos de golf con una camisa de seda y siempre digo: “¿cómo hago para tirarme el pelo para atrás porque tengo el pelo muy finito” Y me dice mi abuela “ponete una media, limón” Pero cuando perdía el efecto se me hacia la raya al medio y parecía Calculín.
-En esa época ese tipo de música estaba ligada a la droga y a otras cosas.
-Hasta el día de hoy el heavy metal está mal visto. Creo que estaba relacionado con mi rebeldía. Hacía cosas como ir con la cabeza verde a la escuela.
-¿Y qué te decían?
-Me corrían, me decían que no podía entrar y yo le decía “pero si es el pelo mío”.
-Terminada esa etapa juvenil de rebeldía, de cambio, de búsqueda ¿pasaste del heavy metal a dónde?
- A los 18 años empiezo a estudiar. Si bien había estudiado como mencioné, guitarra. Las dos primeras bandas Los Tintos y La Mosca de los frutos, que fue otra.
-¿La Mosca de los frutos?
- Fue una banda que hacía toda música, canciones y ya ahí me empezó a gustar otro tipo de rock nacional como Los Redondos o Nirvana . Eso debe haber sido cuando tenía 16 años y ahí ya me empezó a interesar la música, empecé a estudiar con mi hermano. Dejamos de estudiar guitarra los dos y me metí yo primero a tuba y mi hermano se metió a trombón. Esa fue la etapa musical más rica mía porque ahí si estudiaba en serio.
-¿Hasta cuándo duró?
- Fueron 8 o 9 años. Yo tocaba diez horas por día. Cuando estaba Eduardo Savastano en el Auditorio nosotros abríamos las puertas y prendíamos las luces y nos poníamos a estudiar a las siete de la mañana. De ahí íbamos al intervalo de la orquesta y después estudiábamos dos horas más hasta la una y a la tarde igual estudiábamos cuatro horas seguidas y a veces teníamos clases. En resumen, hacíamos eso y tomar cerveza.
-¿Las chicas, nada?
-Las chicas siempre han estado ahí por suerte. Igual siempre yo con respecto a las mujeres podría haber sido un tránsfuga pero me controlo mucho, hasta en la actualidad soy demasiado tranquilo. Si yo explotara todo lo que tengo a mi alcance no sé si con la Oveja hubiera llegado a estar donde estoy. Con la música y en el ámbito donde yo ando es muy fácil todo, está al alcance de tu mano todo lo que se puede imaginar.
-¿Alguna vez te casaste?
-No, pero estuve de novio tres o cuatro veces. Y bueno, digamos, que de la última fue la que nació mi hijo y fue la última relación que tuve.
-Carlos, la gente te ve como un personaje, un tipo que se animó dentro de una sociedad bastante pacata, a vestirse distinto, peinarse distinto, cortarse el pelo y hacer una música muy alegre. Ya Bach, la parte del rock duro quedó atrás hoy lo que buscás es el espectáculo
- Yo tuve la posibilidad de ir a tocar a un montón de países, estuve en Chile un montón de veces, Brasil, Paraguay. Estuve dos veces en la orquesta juvenil del Mercosur como primera tuba. Cuando tocaba la tuba era un instrumento que no era muy conocido todavía. Y yo estaba entre los cuatro o cinco que mejor tocaban la tuba en Argentina. Me llamaron de la orquesta de Salta y me hicieron una oferta que tuve que rechazar porque no tenía instrumento y el profesor que tuve acá no me la prestó, ni la escuela de música sino quizás yo no estaría acá.
-¿Serias un profesor o un músico de la orquesta sinfónica?
-Que vos toques un violín no significa que seas el papa Francisco. Detrás de la música académica existen los mismos vicios y quizás peor que en la música popular. Pasa que en la música popular tomás cualquier cosa, en cambio en la música académica son todos de smoking pero las almas y los espíritus son iguales en todos lados.
-No es común, sobre todo en San Juan, que alguien se suba a un escenario y se ponga una pollera. Eso te identifica rápidamente, después las canciones tuyas son temas que llegan a la gente muy rápido. Eso es algo premeditado por una cuestión de marketing o porque te expresa realmente.
-Yo soy así pero el tema de las canciones salieron naturalmente sobre todo la parte literal que es la parte mía. Es lo que yo soy. Ahora es mucho más fácil porque te pones la pollera y vos ya sabés que soy yo. Me ha pasado que he llamado a Mar de Plata y me dicen ¿vos sos el de la pollera? En realidad, ya te identificás de esa forma y ya lo he dejado así hace 8 años. Y con respecto a la letras y a las canciones, al principio nos costó mucho porque eran canciones propias y normalmente los tipos que manejan los bares y las fiestas, si vos no sos consagrado o cantás canciones conocidas no tocás. Entonces ahora nosotros tocamos un show de 18-20 canciones, hacemos tres y cuatro versiones y lo demás son todas canciones nuestras. Eso es un logro para nosotros importante.
-¿Cuál es la recepción que tuviste en esta última gira por México?
-Fue impresionante; tocamos en el festival con muchísimas personas y la gente cantaba las canciones.
-¿Las conocía?
- Si, por lo general el mercado mexicano es uno de los más influyentes en habla hispana, la meca cultural va para México no solamente Latinoamérica o Centroamérica sino también de Europa, España justamente. A Los Decadentes, Caligaris e incluso todos esos músicos que hemos tenido la posibilidad no solamente de compartir escenarios sino un montón de cosas, les está yendo muy bien allá. Y bueno nosotros seguimos con la idea de mostrar lo que hacemos en todas partes y para eso venimos trabajando.
-¿Tienen como base a San Juan siempre?
-Sí, hemos tenido la posibilidad de irnos a Buenos Aires pero creo que ahora se puede hacer todo desde acá. Aparte ya con un hijo es complicado pero la idea es seguir apostando afuera.
-¿A parte de la música trabajás en algo?
-Estoy trabajando en Cultura de Rawson, además de los talleres que doy.
-Es asombroso cómo ustedes pueden en 5 minutos crear un clima de alegría, de fiesta en los recitales…
-Eso pasa cuando estás convencido de lo que estás haciendo. Si estás convencido, le vas a llegar al otro en el acto porque, vos estás actuando. Es algo que a mí no me cuesta.
-Aparte el espectáculo lo hacen ustedes, no utilizan al público como parte del espectáculo como hacen otros artistas, lo que hace que la gente se sienta por ahí molesta.
-Y si, la idea es ser uno y divertirse y eso se transmite por simpatía, por la vibra de las otras personas.
-¿Pueden vivir ya de la música?
-Tengo 39 años y todo el tiempo que he invertido en la vida es para lo que yo hago. Yo podría haber sido cajero, cobrar a fin de mes y hacerme una casa para alquilar. Pero yo no lo quiero hacer. Yo decidí antes de invertir en una casa o en un auto, tener un video cantando en México con Los Caligaris.
-Han metido en dos o tres temas que han sido fuerte ¿eso deja dinero?
-No, no deja tanto. El fuerte es pegarla, salir y tocar. Esto es un proceso.
-¿Tenés algún referente musical?
- Yo creo que la mayor influencia musical para mi es la Mona Jiménez, primero. Después, por otro lado, la música clásica es algo que yo lo estudié y hasta el día de hoy escucho Tchaikovsky o escucho Scheherazade, Rimsky Korsakov y se pone mi piel de gallina. También me gusta La Bersuit y el rock.
-¿Alguna película o libro que te haya marcado?
- Yo en un momento leía y escribía mucho, incluso estoy escribiendo un libro que ya me falta poquito.
-¿Sobre?
-El fantasma de Keevyn Mantis
-¿Qué es eso?
- Keevyn Mantis era un pianista que inventé cuando hice un himno una vez. Ese pianista es el que tocaba el himno que nunca existió.
-Un himno tuyo se hizo muy famoso, grabado en el auditorio. Fue uno de los momentos más importantes porque saliste en todos los diarios del país…
- Si, la verdad que estuvo lindo el ratito.
-Un himno al gobernador de San Juan
- Si, fue el himno a Gioja y no me arrepiento porque fue un espectáculo. Me acuerdo que me hizo una entrevista Lanata y lo andaban buscando por todos lados al tenor y en un momento dice Lanata, “ahora el pianista, quién carajo es Kevin Mantis”. Nosotros no sabíamos a quién poner, habíamos secuenciado todo con mi hermano, el piano y todo y no sabíamos a quién poner en el piano. Buscábamos a alguien que hiciera mímica y cae Marcelo Casiva, un amigo que es con el que hicimos un montón de videos de los nuestros. Cae un pariente justo a visitarlo, uno flaquito y le dije “qué hacés, come piojos”. Y me dice “le digamos el come piojo”, pero ¿cómo se llama? Y me dice “Kevin”. Y digo Kevin no, entonces le pongo Keevyn y le pongo Mantis por Mantis religiosa.
-Un invento…
-De ahí viene el nombre, porque viste que todos los que vienen de afuera son importantes. Si se llama Jonathan González no es lo mismo que si viene Strudel Hausen. Así que en lugar de Kevin Mendoza le pusimos Keevyn Mantis
-¿Y ese es el personaje de este libro?
-El fantasma de Keevyn Mantis
-¿Una historia real o casi?
-Y… tiene fragmentos nada más que cuando estaba enfermo, en el libro le hace un libro a la enfermera.
-¿Con qué tema nos vamos, cuál es el tema con el que despedirías esta nota?
-Una Musa en Santa Fe o Dónde va el amor. Esas dos canciones me gustan mucho.
Cómo lo vi
Carlos García seguramente encontraremos muchos si recorremos las guías telefónicas en los países hispanos. Pero si decimos Carlos García, el de la Oveja Negra o el de la pollera, hay sólo uno.
Carlos tiene todos los condimentos necesarios para ser un artista de vuelo largo.
Tiene formación musical académica, tiene sentido de lo popular, sabe aprovechar las oportunidades que le ofrece la vida diaria y transformarla en pegadizas canciones y tiene el desparpajo necesario para subirse a un escenario y ganarse al público.
Dicho esto, debo agregar que charlar con él es descubrir detrás del personaje a una persona sencilla, muy inteligente y con la cultura que se adquiere no sólo a través de los libros sino también viviendo lo que muchos no se atreven a vivir.
JCB
Escritura con dirección ascendente lo cual revela que se trataría de una persona optimista, que tiende al éxito, que tiene fuerza y motivación.
»» Se observa la presencia de un grado variable de confusión, la presencia de una posible imaginación fantaseadora que le podría dificultar que su mente se ajuste a la realidad tal y como otras la perciben. Podría revelar desorden al momento de llevar a cabo las algunas tareas que requieran rígidas estructuras.
»» El margen izquierdo es pequeño, mostrando posible anclaje a la figura materna o a situaciones de su pasado.
»» La dimensión de las letras es pequeña, manifestando que prevalecería la mirada hacia el propio interior. Se observa concentración, detallismo y posible deseo de ser estimado.
»» Las letras se enlazan entre sí, revelando agilidad mental, es susceptible de adaptarse con facilidad. Probablemente posee buena memoria. Se expresa un tipo de actividad mental fluida en la que se pasa del pensamiento a la acción de modo casi automático e inmediato.
»» Se observa presencia de dinamismo, vivacidad, equilibrio entre la independencia y la autonomía del autor, y sentido de la acción.
»» Se detecta inclinación hacia la derecha, lo cual podría indicar extroversión, necesidad y capacidad de relación social. Predominio de las facetas sentimentales.
»» Se manifiesta optimismo de fondo, espíritu de superación y de perfeccionamiento. Su nivel de aspiración podría ser elevado.
»» Se evidencia capacidad creativa, buena imaginación, espíritu emprendedor y entusiasta.
La nota fue publicada en La Pericana el 24 de agosto de 2018 en la edición Nº122