Pocas semanas después de la muerte de José de San Martín en la casa de Boulogne sur Mer, las autoridades de la Confederación Argentina dieron instrucciones para que se llevara a cabo la repatriación de sus restos.
El 21 de abril de 1880, el ataúd fue transportado de Brunoy a París (35 kilómetros), donde se lo cargó en un tren especial rumbo a El Havre. Una vez en la ciudad portuaria, se lo depositó en su Catedral. Luego del acto religioso que incluyo la bendición del féretro, se lo embarcó en el Villarino. El buque soltó amarras el 22 de abril.
Recordemos que el 23 de enero de 1844, en París, San Martin testó por tercera y última vez y en la cláusula cuarta de su disposición testamentaria ordenó "Prohíbo el que se me haga ningún género de Funeral, y desde el lugar en que falleciere se me conducirá directamente, al Cementerio sin ningún acompañamiento, pero sí desearía, el que mi Corazón fuese depositado en el de Buenos Aires".