A veces
un ángel risueño y juguetón
llega;
habita mi cuerpo
y con él transitamos extraños países.
Vamos a donde nace el Sueño,
donde el hombre
tiene una cálida sonrisa
y un corazón de fresca hierba.
Nos internamos
más allá de los decretos y carteles
que obligan o prohiben;
inauguramos aires renovados
donde los pulmones cantan
y el gusto de vivir es eso:
un puro y elemental gusto de vivir.
A veces,
—con mi ángel amigo—
nos internamos en el laberinto de las ideas
(en eso que el hombre piensa
y cree),
y es entonces
cuando la risa estalla en nuestras venas.
Porque entendemos
—mi ángel y yo—
qué ha hecho el hombre del hombre.
Y, en vez de llorar,
volvemos a esta tierra
a esta maravillosa posibilidad del Canto
y, como por milagro,
encontramos todo más bueno, más humilde
como si los hombres estuvieran
(como yo)
esperando su ángel
risueño y juguetón
que los lleve a transitar extraños países.
Fuente: El Regreso, autor Rufino Martínez. Publicado en el año1971. Ediciones SPAE