Sus pinturas encuentran admiradores en todo el país, Estados Unidos, Europa y hasta en la lejana Rusia. Uno de los artistas más destacados de la provincia que logró posicionarse en el mundo.
Mario Segundo Pérez nació en San Juan, en 1960. Vivió su niñez en el Barrio Capitán Lazo, en Rawson. Muchas de las experiencias de su infancia son las que reviven en sus obras. Según sus propias palabras: “mi infancia fue muy feliz, en un barrio humilde de trabajadores, en San Juan, Como un disco duro de PC grabé en mi mente imágenes bonitas, como juegos, fiestas y fogatas en el día de San Juan, imágenes que me sirvieron y me sirven para el desarrollo de mi obra”.
La vocación de Mario comenzó a vislumbrarse desde niño. A diferencia de sus pares y amigos, él no era muy bueno jugando a la pelota. Por eso, casi siempre, lo mandaban al arco y, en ese lugar, él aprovechaba para hacer dibujos en la tierra. Su costumbre hizo que ganara el apodo “dibujito”.
Su afición quedó clara cuando entró en la universidad, donde cursó el Profesorado de Artes Plásticas en la Universidad Nacional de San Juan. Más tarde, en 1988, comenzó a exponer sus cuadros. Desde entonces, exhibe con regularidad sus obras en San Juan, Buenos Aires, otras provincias y el extranjero. Ha participado en salones y concursos provinciales, regionales y nacionales. En 1999 obtuvo uno de sus más importantes reconocimientos, el Primer Premio del Salón Nacional.
Mario está casado con Mirta Mabel Castro, su compañera desde los 17 años. Mario y Mirta tienen dos hijas: Andrea y Rocío Milagros. En su casa de Rivadavia tiene su atelier, al que cariñosamente ha llamado “El viaje”, porque eso es lo que siente cuando pinta, que viaja.
La crítica define a Mario como un pintor figurativo y encuadrado dentro del realismo mágico. Él describe su propia pintura como clásica. Algunos de los artistas plásticos que lo marcaron fueron Goya, Rembrandt y Van Gogh.
“Soy un pintor figurativo. Mi primera temática era social, tomaba los mitos, leyendas. Luego me cansé de eso. Busqué otra mirada en mi interior y encontré tantas imágenes bellas, como un álbum familiar, y en esa serie me divertí. Hoy hay un nuevo cambio que primero se produjo en mí, cambió mi forma de mirar, de sentir, de tomar conciencia de lo finito, de lo rápido del existir, de lo vulnerable. Entré en temas más espirituales, obras más minimalistas, espaciales. Tengo una forma extraña de realizar pinturas. Yo lo describo así: es como dentro de mi cabeza hubiese una rielera, donde descansan futuros trabajos, una pintura empezada y terminada le da lugar a otra, que ya está esperando su turno. Trabajo con óleo sobre tela con espátula.” Mario Pérez.
Fuentes: El Nuevo Diario Zurbarán, el arte de los argentinos: http://www.zurbarangaleria.com.ar/artistas/perez/perez.html
Por Eduardo Peñafort (Filósofo, crítico de arte) Mario Pérez en síntesis
El artista nació en San Juan en 1960. Ha cursado estudios en el Departamento de Artes Visuales de la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de San Juan. Desde 1991, fecha en que obtuvo su primera distinción nacional, ha recibido más de 25 premios en ese ámbito, entre los que se destacan: Primer Premio, Sección Pintura, XXXIII Salón de Tucumán para el Ámbito Nacional; Mención de Honor, Salón de Arte Sacro, Tandil; Premio Sección Pintura, LXXIII, Salón Anual de Santa Fe; Pmer Premio LXXXVIII Salón Nacional de Pintura: Premio Leonardo, Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires, Argentina; Beca Fundación Pollock-USA.
De las exposiciones en Argentina, se pone de relevancia a la Muestra individual en el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos – por invitación -, Muestra Individual, Salas Nacionales de Cultura, Palais de Glace, Buenos Aires y la participación como único expositor sanjuanino del siglo XX en la Exposición “200 años-200 maestros del arte argentino” (Artistas del Bicentenario).
Bajo patrocinio de la Galería Praxis ha participado en Ferias Internacionales de América Latina y Estados Unidos, Europa y Asia. Actualmente es representado por la Galería Zurbarán. Su trayectoria lo ha ubicado, según la Revista Forbes, entre los quince pintores argentinos contemporáneos más solicitados. Un reconocimiento especial quedó evidenciado en el coloquial saludo de la Sra. Presidenta de la República Argentina en oportunidad de la Teleconferencia Inaugural de la sede del Museo Franklin Rawson. Sus trabajos se encuentran en importantes colecciones públicas y privadas de todo el mundo.
Han escrito interpretaciones sobre su obra, entre otros críticos destacados, Albino Dieguez Videla, Fermín Févre, Jorge Glusberg, Nelly Perrazo, Osvaldo Svanascini, Jorge Taverna Irigoyen, Guillermo Whitelow, Aldo Galli, Robert C. Morgan , Victoria Verlichak, Laurel Reuter y Armando Alvarez Bravo.
Ver entrevista:
Entrevista publicada en El Nuevo Diario en su edición 1713 del 24 de marzo de 2016
Para el pintor, San Juan es su lugar en el mundo, a pesar de la falta de reconocimiento que siente por parte de gente de la cultura local. Entre septiembre y noviembre, sus obras estarán en Buenos Aires, Londres, Canadá y Berlín.
Una nota de Betty Puga
Hace diez años que las obras del sanjuanino Mario Pérez (48) cotizan a nivel internacional en las principales galerías. Libros, catálogos, diarios y revistas dedicadas al mundo del arte apilados en su atelier de Rivadavia atestiguan la importancia que adquirió su carrera. Sin embargo, el pintor reconoce que sufre una especie de “amnesia” con respecto a estos logros, que le ayuda vivir y caminar cotidianamente por San Juan.
Más crítico, Pérez siente que a pesar de ser un referente para la cultura local, nunca es consultado ni por sus colegas ni por autoridades del área dentro de la Universidad Nacional de San Juan o el Gobierno. Se compara con Buenaventura Luna, ya que su obra fue valorada luego que murió. “Acá me miran no mal, sino re mal”, sentencia, pero sueña con crear un museo con su obra en la provincia.
- A diez años de cotizar en galerías internacionales ¿cómo ves hoy tu carrera?
- Cuando me pongo frío, miro que hace diez años que la cosa va…. El 22 de septiembre tengo una muestra individual en la galería Zurbarán de Buenos Aires; en octubre una en Londres; y en noviembre estoy en una feria internacional en Canadá y en otra en Berlín, adonde viajo. Pero esto no lo sabe nadie. Si miro cuántos artistas están reconocidos en Estados Unidos, me sobra una mano, ¡me sobra! Y acá me miran no mal, re mal.
- ¿Te duele esa falta de reconocimiento aquí?
- Hay gente puntual que debería saber. Gente de la Universidad, de la Cultura o del Gobierno deberían saber de mi obra. Porque soy un referente y deberían interesarse más. Creo que es una obligación. Estoy apuntado a crear un museo con obra propia y obra adquirida acá en San Juan, que lleve mi nombre. Si soy honesto y hablando con frialdad, no hay en Cuyo un artista que haya roto tantas fronteras. Pero bueno, siempre evalúan tu carrera cuando te vas…
- ¿Alguna vez te planteaste cambiar las características de tu obra con tal de entrar en otros mercados?
- Hace un tiempo estaba más expectante de las vanguardias. Ahora, será el viejazo, no me importa nada. Sí estoy atento a mis modificaciones. A mi forma de mirar, y eso hace que cambie un rasgo, una elevación. Soy un pintor figurativo y encuadrado dentro de lo que es el realismo mágico, dicen. Tampoco me lo cuestiono. No me importa. Y las señales van llegando cada vez más fuertes. Por qué cambiar si estoy bien, la obra gusta, hay cada vez más proyectos.
- ¿Te da miedo repetirte?
- Hay gente que se apega a las modas y se vuelven unos buscones. Esperando que alguna vez la van a pegar. Se vuelven como el Quini Seis. Las vanguardias confunden. En la vida me gusta moverme y mi pintura se mueve. Es clásica, no; es moderna, no; es impresionista, no. Mis últimos temas tienen que ver con un hombre del siglo XXI, informado; sin embargo vuelvo a mis primeros temas, y juego o mezclo. Hay gente que dice que me repito y sí, lo hago y a conciencia. Me encanta volver a refrescar mi mente con aquellas sensaciones juveniles, con aquella mirada. No le rindo pleitesía a nadie. Sí me duele ser un referente y que no lo sepan. Uno piensa en grandes maestros, como Buenaventura Luna, quién en Jáchal no lo conoce ahora o afuera, pero andá saber las manos que necesitaba el viejo y nadie se las dio. Y ahora es el gran poeta.
- ¿Cuánto hay de azar y cuanto de trabajo en tus logros?
- Al principio de mi carrera pensaba que Dios atendía en Buenos Aires, pero como una lupa, me concentré en encontrarme a mí mismo. Me puse a pintar y me salvé, si no estaría ahora con un chaleco de fuerza. El arte más que nada me salvó. Estoy contenido, me siento un agraciado por la vida. Esa inconciencia me hizo no tener en cuenta un montón de cosas. Empecé a ganar premios. Pero no tomaba conciencia, lo que miraba era el dinero del premio, porque me ayudaba a comprar materiales, a vivir mejor. Hasta que el hombre que empieza a manejar la obra, que confió en mí y tuvo fe en mí, creía que Dios atendía en Nueva York (risas) y allá me llevó hace más de doce años. Por eso, el nombre de Pérez está entre los tres o cuatro artistas argentinos en el exterior…. Pero es feo que uno se sobe el lomo... No me gusta enrostrarle a otro lo que soy. Vengo del barrio, estuve del otro lado.
- A pesar de los años, seguís siendo el niño que miraba el mundo desde el techo de tu casa en Rawson.
- Sí, es cierto. Es la mirada desde el barrio Capitán Lazo, que es donde empieza este germen. Pero con una conciencia de ser polvo de estrellas, mi mirada ha sido cósmica. Tuve ese don. Siempre tuve esa mirada universal. Creo que esa fue mi llave para entrar en los mercados internacionales. Vendo en Colombia, en Europa, en Estados Unidos, en Rusia. Es como que toco elevadas notas. Muy adentro, la pintura me calma existencialmente.
Tres momentos
* “Cuando firmé mi primer contrato con una galería internacional. Sabía que comenzaban a cristalizarse mis sueños”
* “La muestra en el Museo Nacional de Bellas Artes. Llegar ahí es como bailar en el Colón”.
* “La mayor alegría, que me hace llorar, es la obra. Los grandes momentos son mis obras, descubrirme a mí ahí”.
Cómo se tasa una obra
Para definir el precio con que una pintura saldrá a remate en las principales casas dedicadas a la venta de obras de arte, como Christie’s y Sotheby’s, se tienen en cuenta varios ítems dentro de la carrera del artista: trayectoria, cantidad de exposiciones y lugares donde expuso y críticas de grandes referentes en el mundo del arte, entre otros. El piso se establece en base a puntos y cada punto representa 1cm2 de obra. De acuerdo con esta normativa internacional, las obras de Mario Pérez cotizan a 50 dólares el punto. Sin embargo, “Noche de primavera en el Francis Park”, un óleo de 100x80 cm pintado en 1996, fue la pintura que le dio al sanjuanino su mejor cotización hasta ahora en un remate de Christie’s: se vendió a 78 dólares el punto.
Ficha personal
Nombre: Mario Segundo Pérez
Edad: 48 años
Estado Civil: Casado con Mirta Mabel Castro, su compañera desde los 17 años
Hijas: Dos. Andrea (está en quinto año de Arquitectura) y Rocío Milagros (“la sabandija, creo que va a ser plástica. Porque es como el padre, medio durazna para otras cosas)
Una virtud: “La paciencia”
Hobbies: “Salir a pescar, cocinar <bichos grandes> (lechones, corderos)”
Un artista plástico: “Los que me marcaron: Goya, Rembrandt, Van Gogh. Porque entregan todo. Su pintura te golpea”.
Un libro: De Juan Rulfo. “Jáchal me hace acordar a Rulfo. Mi papá era jachallero y yo tengo una casa allá. El tiempo en Jáchal es diferente, me ayuda a la pintura”
Una película: Todas las de época. “Mi preferido es Akira Kurosawa”.
Música: “Tango, folclore, todo. Ahora escucho a Abel Pintos”
Deportes: “Si Dios me diera otra oportunidad, me gustaría ser futbolista. Nunca me pusieron ni en el arco”
Un sueño: “Crear una beca para ayudar a artistas jóvenes”