En tres palabras: Derecho, Justicia y Equidad

En esta oportunidad, invito a los lectores a reflexionar sobre  la diferencia que la razón y el  uso han asignado a las tres palabras citadas en el título:

El Derecho es una ciencia.
La Justicia, una virtud.
La Equidad, un hecho.
El hombre que conoce el derecho, es el letrado.
El que desea  hacer justicia, es probo.
El que practica la equidad, es recto.
De modo que el derecho toca al raciocinio. La justicia, a la conciencia y la equidad, a la conducta.
Esto quiere decir que el Derecho es intelectual.
La justicia, moral.
La Equidad, civil.
Como el hombre viene al mundo con ciertas facultades originales que le ha dado Dios,  nos encontramos aquí con su naturaleza social. Esta naturaleza humana de origen divino halla luego una fórmula científica, y está presente el derecho. Este derecho entra luego en una fórmula moral, interior, inviolable, una fórmula de consciencia, y acá  nos encontramos con la Justicia. Esta Justicia encuentra por fin una fórmula práctica, presente, social, ejecutora, y aparece  la Equidad. En último término veremos que la Equidad no es más que la realización de la Justicia, como la Justicia no es otra cosa que la realización del Derecho; como el Derecho no es ni más ni menos, que la realización de la naturaleza social del hombre.
Concluyamos:
El Derecho se sabe.
La Justicia se siente.
La Equidad se practica

Pasamos  ahora a otro  plano semántico, y nos encontramos con palabras que es conveniente saber cuándo las usamos. Se trata del trío léxico: ignoto, desconocido, ignorado.
Ignoto se refiere a cosas. Por ejemplo, mares ignotos. No es adecuado entonces decir: humanidad ignota, ignoto talento.
Desconocido se aplica a cosas y personas. Por ejemplo: Tierras desconocidas y hombres desconocidos.
Ignorado, en cambio, expresa la idea de olvido, de injusticia, abandono.
Analicemos juntos el siguiente ejemplo: un talento ignorado. Al decirse talento ignorado no queremos decir que sea un hecho ignoto; tampoco  queremos dar a entender que sea una cosa olvidada, porque no saben su valor. Quizás habrá en el mundo tierras ignotas, en donde se agite una humanidad desconocida, entre mil bellezas ignoradas.

Y cerremos esta columna con otro trío léxico para la reflexión en familia: amor,  caridad y  piedad. 
El amor consiste en un sentimiento; la caridad, en una obligación; la piedad en una creencia religiosa. El amor es afectivo; la caridad, moral; la piedad, religiosa. El amor nos lleva a la familia; la caridad, al prójimo; la piedad, a Dios.


(*) Aida Elisa González de Ortiz, directora del Instituto de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas Manuel Alvar (INILFI) de la FFHA de la UNSJ.

Publicado en La Pericana, edición 135 que integra la edición de El Nuevo Diario del 23 de noviembre de 2018

 

 

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En tres palabras: Derecho, Justicia y Equidad. (Ilustración: Miguel Camporro)