Palabras y onomatopeyas aceptadas por la RAE

 La lengua está viva, ella va creciendo de manera natural y sin imposiciones ni decretos.

Va adaptándose a la sociedad, especialmente desde el punto de vista léxico.

Esto ha llevado a la Real Academia Española, a realizar adecuaciones al lenguaje. Ahora bien, no hablamos como escribimos, por lo tanto seremos muy cuidadosos a la hora de escribir estas palabras. En esta columna traemos algunos ejemplos:


Almóndiga
Si alguna vez escuchaste a alguien decir que prepararía “almóndigas con salsa roja” y lo corregiste, tememos decirte que cometiste un error. Aunque la RAE la considera una palabra en desuso y un vulgarismo, eso no significa que decirla esté mal. Ahora bien, decir “cocretas” o “alvóndigas” es incorrecto.


Bluyín
La mayoría de las personas los conoce como pantalones de mezclilla, y, en Latinoamérica, es poco común nombrarlos como “vaqueros”.
Pero muchos los llaman “bluyín”, por lo que la RAE ya aceptó esta palabra como correcta.

Dotor
Cuando escuchamos a alguien quejarse por dolor, le sugerimos que vaya al doctor. Pero si él se rehúsa y dice que “el dotor solo lo enfermará más”, no hay por qué espantarse, porque la persona ha hablado de una manera correcta y coloquial.

Táper
Ciertas marcas se han convertido en referentes para nombrar las cosas, pero nunca creímos que la RAE consideraría algunas, como Tupperware, pero en su versión “táper”, ya que, en muchos países, como en nuestra Argentina, la “u” del inglés se pronuncia como “a”.


Términos para la era digital
Los niños de ahora prefieren ser “yutuberos”, comunicarse por “guasap”, enviar “tuits” para expresar cómo se sienten y cuidarse de los “jáquers”. Tal como indica el Libro de estilo de la lengua española según la norma panhispánica, todo eso es válido, y lo que nos toca a los adultos es aprender todos esos términos para poder estar en sintonía con ellos.

Onomatopeyas
Si alguien te envía un chiste que te deja con la panza adolorida de tanto reír, entonces deberás responderle: “ja, ja, ja”, aunque comúnmente escribas: “jajaja”. Claro, sin ningún afán burlesco ni irónico , por lo que detrás de vos podrás escuchar el “taca-taca-taca-taca” de unos tacones que se acercan para reclamarte por qué has escrito eso, ya que estas formas son las correctas para representar por escrito los sonidos que escuchamos.

(*) Aida Elisa González de Ortiz, directora del Instituto de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas Manuel Alvar (INILFI) de la FFHA de la UNSJ.

 

Publicado en La Pericana, edición 177 que integra la edición de El Nuevo Diario del 11 de octubre de 2019

 

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Palabras y onomatopeyas aceptadas por la RAE. (Ilustración Miguel Camporro)