El siguiente trabajo preparado por Gladys Aballay Meglioli* fue publicado en LEGADO, la revista del Archivo General de la Nación de la República Argentina, publicación digital N° 2 – Junio – Julio 2016, con motivo de los 200 años de la Independencia. El texto completo. Las imágenes en este artìculo son de Fundación Bataller
Con motivo del bicentenario de nuestra Independencia, se ha llevado a cabo una investigación sobre el patrimonio cultural, a fin de brindar un homenaje a los congresales sanjuaninos que participaron en el Congreso de Tucumán.
Este patrimonio cultural se revaloriza por medio de los monumentos, la denominación de calles, las escuelas, plazas y departamentos, la casa natal, las criptas y los escritos de sus parientes.
A 200 años de la Declaración de la Independencia, con consecuencias variadas, se pone en relieve el patrimonio cultural(1) surgido para brindar un merecido homenaje a hombres que defendieron y aportaron sus ideales para defender la libertad del país.
Para tal fin, las fuentes consultadas están conformadas por registros escritos de la época y manuscritos posteriores a esta configuración histórica. Estos dan testimonio de la gestación y materialización del patrimonio viviente. Los archivos son fieles transmisores de esta concatenación fluida de acontecimientos históricos, que configuran el devenir de un pueblo, de una región de la humanidad, y que constituyen el lugar de resguardo de fuentes documentales, donde el investigador se nutre, el primer peldaño para el conocimiento histórico.
Los archivos, además, son instituciones que resguardan documentos, verdaderas fuentes que dan fe de épocas pretéritas; en estos documentos, se plasma parte de nuestra historia. Lo que se intenta lograr, en definitiva, es capturar la esencia y el espíritu de nuestra Independencia y de los hombres que ayudaron a cimentar esta gran nación.
De este modo, en el presente trabajo, se presentan estos testimonios escritos para dilucidar y precisar la elección de un nombre para una escuela, una calle, un edificio, una plaza, una cripta, que posea un significado y un valor trascendental, poniendo de relieve las figuras de Narciso Laprida y Fray Justo Santa María de Oro, así como los homenajes a la fecha del 9 de julio y a la Declaración de la Independencia de 1816.
Estatuas
Por medio de la Ley 1.062 y del decreto del 20 de junio1888 se dispuso la erección de dos estatuas, una a Laprida y otra a Fray Justo Santa María de Oro(2). El 22 de julio de ese mismo año, el gobernador de la provincia Federico Moreno firmó un decreto refrendado por el ministro Ángel D. Rojas autorizando por ley a que se nombre una comisión de ciudadanos para la erección de monumentos a los congresales mencionados.
Esta estuvo conformada por: Rosauro Doncel, Juan C. Albarracín, Manuel José Godoy, Dr. Segundino Navarro y Dr. Manuel Laprida. A su vez, a través de la Ley 1.585 (del 30 de agosto de 1904), se autorizó el gasto de $10.000 para la erección del monumento al Dr. Laprida(3).
El 25 de septiembre de 1904, fue concluida la obra en la plaza que lleva su nombre y se hizo la inauguración de la estatua del dignísimo patricio don Francisco N. Laprida,(4) con la presencia del batallón N° 1 de Infantería. Años después, en 1944, cuando se produjo el terremoto en la ciudad de San Juan, cayó su pedestal. Este fue nuevamente ubicado y se giró la estatua para que mire hacia el norte, es decir hacia Tucumán.
En la ciudad de Jáchal, se encuentra otra estatua del Dr. Laprida que llegó a la provincia en 1930 y se colocó en el Parque de Mayo. La Ley 1.278 (del 20 de julio de 1948) autorizó al Poder Ejecutivo para “disponer el traslado de la estatua y su pedestal erigido a la memoria de don Francisco Narciso Laprida, que se ubica en el Parque de Mayo de la ciudad de San Juan, a la plaza 9 de Julio de la ciudad de Jáchal”.(5)
Esta es la única obra que hay en la provincia de la pintora y escultora tucumana, Lola Mora(6).
En 2005, debió ser restaurada porque el mármol de Carrara con el que fue construida había sido pintado en sucesivas oportunidades con esmalte sintético. La tarea estuvo a cargo de las universidades de San Juan y de Tucumán y de la municipalidad de Jáchal.(7)
El mismo decreto autorizado por Federico Moreno y refrendado por el ministro Ángel D. Rojas el 22 de julio de 1888 designaba una comisión para erigir los monumentos de los congresales de Tucumán. Por medio de la ley del 9 de junio de 1896, Doncel dispuso que “la estatua de Fray Justo Santa María de Oro, miembro del Congreso de Tucumán, será erigida en la plaza 25 de Mayo, en el punto más conveniente a juicio del Poder Ejecutivo”,(8) con un gasto de $15.500 pesos para su realización. La obra fue encomendada al escultor Lucio Correa Morales y se inauguró el 9 de julio de 1897.
Calles y plazas
La denominación de calles también contribuye a brindar un homenaje a ambos congresales; los nombres que a estas se les otorgan permiten analizar el rol que ocupan ciertos hechos y personajes de nuestra historia. Por ejemplo, el 12 de noviembre de 1928, “Dolores Pontoriero solicitó al gobernador concesión de agua corriente en propiedad de calle Laprida”.(9) Asimismo, la calle Fray Justo Santa María de Oro en la capital de la provincia da testimonio de este homenaje, como también lo hace la calle 9 de Julio, antiguamente denominada calle Ancha.
Por otro lado, en septiembre de 1904, se inauguró en la ciudad de San Juan el paseo de la plaza Laprida. Un año después, el 11 de diciembre, la contaduría general liquidó $636 con imputación de la ley del 21 de noviembre de 1905 para “fondos destinados a trabajos, reforma y ornato en la plaza Laprida, con motivo de la inauguración del monumento a Laprida”,(10) que incluían $88.000 por los servicios de carros que se utilizaron en la inauguración de la estatua.(11)
La plaza se encuentra ubicada entre las avenidas Libertador San Martín y Leandro N. Alem y las calles Laprida y Catamarca. El monumento está emplazado frente a la Escuela Normal Superior Sarmiento (por la avenida Alem) y a la Escuela Paula Albarracín de Sarmiento (por la avenida Libertador San Martín); se encuentra en el centro de la plaza, rodeado de altos plátanos y palmeras a la que le dan un tono particular y fresco por la sombra que irradian.
Escuelas
La educación, sin dudas, es la esencia básica de la formación del ser humano, el nutriente para el conocimiento y formación del educando. La denominación de una escuela encarna su perfil, y que esta lleve el nombre de un prócer implica revalorizar y tener presente como guía sus valores, cualidades y virtudes.
Por esta razón, en lo que refiere al patrimonio arquitectónico, es importante destacar los edificios escolares.
La Escuela Francisco N. Laprida fue creada el 7 de junio de 1865 durante el gobierno de Camilo Rojo; está ubicada en el barrio Catedral al norte, a tres cuadras de la plaza 25 de mayo (calle San Luis 626). Se dictan materias como lectura, escritura, aritmética, geografía, castellano, religión y moral. En 1916, la escuela se traslada a las calles Rivadavia y Sarmiento, a la casa de Elio Sánchez. Allí, se unió con la escuela Sarmiento para festejar con una hermosa fiesta el centenario de la Independencia, donde se cantó el himno al centenario(12) y se desarrolló un interesante programa.
La Escuela Fray Justo Santa María de Oro fue inaugurada el 9 de abril de 1870. Su primer director fue Luis Robledo y se denominó Escuela de Varones N.° 7. En 1884, pasó a ser Escuela N.° 1 de Varones; luego, en 1907, se la bautizó como Escuela Fray Justo Santa María de Oro y, en 1929, cambiaría nuevamente su nombre hasta 1932, cuando vuelve a denominarse Escuela Fray Justo Santa María de Oro.(13)
Actualmente, se ubica en las calles Tucumán y Chile, en Santa Bárbara, Concepción. Otra escuela que lleva este mismo nombre se encuentra en el Departamento de Jáchal. Se trata de la Escuela Normal Superior Fray Justo Santa María de Oro,(14) ubicada en la calle Bernandino Rivadavia 854. Por medio de la Ley 8.498 (del 30 de octubre de 2014) ha sido declarada “bien integrante del Patrimonio Cultural y Natural de la Provincia de San Juan, dentro de los alcances de la Ley 6.801”.(15) Asimismo, también hay escuelas en las provincias de Santa Fe y de Córdoba con la mencionada denominación.
La Escuela 9 de Julio, ubicada en calle Paraguay 899(e), en Villa América, Concepción, fue inaugurada el 21 de abril de 1954.
Tuvo varias denominaciones hasta que, por la circular N.° 14 del mes de octubre de 1955, se denominó Escuela Superior 9 de Julio. El 13 de agosto de 1955, se constituyó la sociedad cooperadora, que contaba con biblioteca, piano, club de madres, centro de ex alumnos, cruz roja, banda rítmica, agencia de ahorro escolar y club folklórico.(16)
Departamentos
El hecho de bautizar un lugar, un sitio con un nombre particular también habla de la importancia que se le otorga al paraje elegido. En la toponimia de San Juan, conviven designaciones de nombres a departamentos que conservan la tradición huarpe, como los departamentos de Angaco, Chimbas, Jáchal, con nombres elegidos por los conquistadores, que tenían como misión difundir la fe y la religión católica (por ejemplo, el Departamento Iglesia o el Santa Lucía).(17) Muy pocos son los nombres que rinden culto a próceres; incluso algunos que llevaron esa denominación fueron sustituidos a lo largo del tiempo.
El régimen municipal data del año 1869 pero, recién el 25 de agosto de 1908, se dividió el territorio de la provincia en 18 distritos o municipios. El número 18 correspondió al Departamento Laprida, que comprendía las poblaciones de La Huerta y Chucuma y lindaba al norte con Valle Fértil, al este con La Rioja y San Luis, al sur con San Luis y Mendoza y al oeste con el río Bermejo. El 10 de septiembre de 1913, por medio de ley, el Departamento Laprida se anexó al de Valle Fértil, Caucete y 25 de Mayo.
Unos meses más tarde, el 2 de diciembre, por ley del régimen municipal se dividió a la provincia en 20 municipios y el Departamento Laprida ya no figuraba como tal, había sido absorbido por Valle Fértil.(18)
Asimismo, en la provincia de Buenos Aires, hay un partido denominado Laprida, fundado el 16 de septiembre de 1889 y ubicado en el centro sudoeste del territorio provincial. Su cabecera es la ciudad homónima y su población asciende a 10.210 habitantes, según el censo efectuado en el 2010.
Si bien no hay un departamento en San Juan con la denominación de Fray Justo Santa María de Oro, sí se encuentra en la provincia del Chaco. Este cuenta con una superficie de 2205 km2 y su población asciende a 13.022 habitantes, según el censo del 2005. Su capital es Santa Sylvina y se sitúa al suroeste de la provincia.
Por otro lado, en el Departamento de Rivadavia de la provincia de Mendoza, se encuentra un distrito que ha sido denominado Fray Justo Santa María de Oro.
Ahora bien, con respecto a la fecha del 9 de julio, el 2 de diciembre de 1913 se creó el departamento homónimo según la ley del régimen municipal y, tres años más tarde, el 24 de agosto, se declara la cabeza del departamento a la villa del mismo nombre. En 1928, ya no figura; pero, en los años 1935, 1942, 1949 y 1959, se ratifica su denominación.
Finalmente, el 16 de agosto de 1973, a través de la ley 3.848, se dividió a la provincia en 19 departamentos, y el N° 9 es el de 9 de Julio”.(19) La Villa Independencia fue creada el 15 de noviembre de 1851, en el territorio actual del Departamento de Caucete y, desde luego, adhiere también a la celebración de nuestra Independencia.
El decreto del 15 de noviembre de 1851, en su artículo 1°, dice: “Eríjase una Villa en el Departamento Caucete con la denominación de la Independencia”.(20)
El gobernador Nazario Benavídez, en el Considerando del documento, hace mención a la necesidad de “crear una nueva villa debido al incremento de la población y a la gran distancia que queda el Curato de Angaco, y por tal motivo se contempla proveer oportunamente a sus necesidades espirituales y demás de un orden puramente civil o doméstico”.(21)
Asimismo, por medio del decreto del 30 de junio de 1916, el Poder Ejecutivo autorizó la inauguración de la iglesia de Villa Colón de Caucete, por la celebración del centenario del 9 de julio. También, por medio de ley, el día 2 de junio de 1916, se autorizó al Poder Ejecutivo a invertir una suma de dinero en la celebración.(22)
Casas natales
El hogar paterno constituye un monumento con rasgos distintivos porque da lugar a la imaginación, que cobra vida en cada cuarto, pasillo o patio. En la provincia de San Juan, son pocas las casas que quedaron en pie después del terremoto de 1944, que dejó a la ciudad prácticamente destruida. No obstante, se puede reconstruir la fisonomía de estas casas a través de algunas fotografías y de testimonios orales que ayudan a dar forma a la imaginación.
La documentación consultada permite conocer que, por medio de un decreto del 13 de junio de 1888, se dispuso: “colóquense placas de bronce que determinen las casas donde nacieron Francisco N. Laprida y Fray Justo Santa María de Oro”.(23)
La casa natal de Laprida lamentablemente no existe ya que después de 1944 quedó dañada y luego fue destruida. Sus descendientes la vendieron y solo queda una placa conmemorativa sobre la calle General Acha.
Sí podemos recordar que el padre, Ventura Laprida, la construyó: era una casona con 22 habitaciones; contaba con una puerta de algarrobo de doble hoja de 2,50 m de altura con remaches de hierro fundido que en la actualidad se encuentra en la entrada del templo de Nuestra Señora del Rosario del convento Santo Domingo, en las calles Libertador San Martín y Entre Ríos (Decreto Nacional N° 17.964/1.949, declarado Lugar Histórico Nacional, conmemorado con placa recordatoria).
Con respecto a los sucesivos homenajes que se fueron realizados al Dr. Laprida, el 13 de mayo de 1929, se creó una comisión pro homenaje a Narciso Laprida y Fonseca donó una casa para la construcción de una escuela para niñas(24).
La casa natal de Fray Justo Santa María de Oro se encontraba ubicada en las calles San Luis y General Acha, lugar en el que actualmente se encuentra el Colegio Santa Rosa de Lima(25) y en cuyo patio interior se conserva la fisonomía de la antigua casa natal del prócer. En este antiguo patio, se ubica la celda donde se guarda el corazón de Fray Justo, junto a cartas manuscritas de su autoría. Al cumplirse el primer centenario desde su fallecimiento, se inauguró esta celda,
denominada Sala relicario, declarada Museo Histórico Nacional por Decreto N° 107.512.
Cripta
Al igual que el lugar de nacimiento de una persona, el sitio donde se encuentran sus restos perpetúa el rol y la labor que llevaron a cabo en vida. Así como ya no existe la casa del Dr. Laprida, tampoco existe un lugar donde hayan sido depositados sus restos, debido a las circunstancias de su fallecimiento. En cambio, en el caso de Fray Justo, por tratarse de un religioso destacado, sus restos descansan en la cripta de la catedral de San Juan.
Con respecto al fallecimiento de Laprida, este fue capturado por los hombres de José Félix Aldao en 1829 y luego degollado, expuesto y mutilado junto a otros cuerpos, por lo que sus restos nunca pudieron ser identificados.
Aparentemente, estarían en algún lugar del actual barrio Batalla del Pilar de la provincia de Mendoza. Por lo tanto, el prócer no cuenta con tumba ni religiosa sepultura.
En la catedral de la ciudad de San Juan, en el subsuelo, con el panteón de obispos y la capilla de Fray Justo, se encuentra la cripta donde están los monumentos funerarios de 9 obispos, entre los que se destaca la tumba de Fray Justo. Fue construida en la década del 60 y funcionó como iglesia principal hasta que se cimentara el nuevo templo en 1979.
En octubre de 1936, en el centenario del fallecimiento de Fray Justo, se invitaron a personalidades del ámbito político, educativo, religioso y a familiares descendientes. En dicho homenaje, el día 17 a las 21 h, hubo jornada de antorchas; el día 18 a las 9 h, misa de campaña, luego alegoría del año y más tarde un ágape. El día 19 a las 7 h, hubo saludo de loas frente a la estatua del prócer; a las 17 h, acto religioso en la capilla de Santa Rosa de Lima y, a las 21.30 h, acto de homenaje a Fray Justo en el Teatro Cervantes, evento al cual se invitó al Dr. don Vicente Gallo, rector de la Universidad de Buenos Aires.(26)
Edificios
El hecho de bautizar un edificio con el nombre de un prócer se convierte en un paradigma para destacar y evocar un acontecimiento tan significativo como lo fue la declaración de nuestra Independencia.
Con motivo de la celebración del 9 de julio de 1816 en el Congreso de Tucumán en San Juan, se construyó en honor a esta fecha el edificio 9 de Julio. Allí, en el siglo pasado, se encontraban funcionando gran parte de los ministerios de gobierno y fue, en su momento, un verdadero ejemplo de la nueva construcción después del terremoto de 1944. Fue inaugurado en 1957 y formó parte de las obras de la reconstrucción de San Juan, al integrar el eje cívico diseñado bajo la influencia del movimiento Moderno, notable en las obras de arquitectura institucional. No se conoce el nombre del proyectista del edificio 9 de Julio; sin embargo, se ajusta a las prescripciones de edificación de 1949. Revestido con travertino y revoque, en la planta baja se distingue la recova, prevista para las fachadas orientadas al norte. La mayor parte de los ministerios del Poder Ejecutivo ocupaba este edificio que, en la actualidad, es de propiedad del Poder Judicial. Este último tiene previsto llevar a cabo una remodelación, con una proyección importante hacia el emplazamiento de una área que se denominaría Ciudad Judicial.
Pirámide
Otra obra digna de mencionar, creada para conmemorar esta fecha patria, es la Pirámide, construida casi inmediatamente después de la Declaración de la Independencia. Fue alzada durante el gobierno de José Ignacio de la Roza.
En la zona de la Alameda, en 1817, se mandaría a erigir una pirámide evocativa al Acta de la Independencia. Por tal motivo, se construyó el denominado Paseo de la Pirámide, ubicado en terrenos que habían sido de una familia tradicional de la época como lo fueron los Jofré, sobre los límites entre las calles Ancha (hoy calle Salta) y San Agustín (hoy calle Mitre).
En un primer momento, estaba hecha de adobones, de base de gran porte, según los testimonios recopilados; cada adobe era de 0,75 cm de ancho por 0,40 cm de alto. No obstante, este monumento sufrió muchos embates de crecientes, fuertes vientos y sismos; fue derribado varias veces y erigido nuevamente, como ocurrió en los años 1834, 1850, 1861, 1894, 1899, 1994 y 1998, hasta que finalmente quedó construido en las avenidas España e Ignacio de la Roza, en los jardines del centro cívico, donde se concentra el área destinada a los ministerios del Poder Ejecutivo provincial.
Domingo F. Sarmiento visionase una descripción del lugar en su libro Recuerdos de Provincia, en el que menciona que “a diez cuadras de la Plaza hacia el Occidente se levanta una aguja o pirámide, que hoy eleva su punta truncada en medio de un erial(27) desapacible. […] De noche, cuando el aire reseco, tostado, se anda azotando por el rostro que baña sin refrescarlo, mi madre en el verano de 1816 iba con nosotros, niños aún, a pasearse en las alamedas en cuyo centro estaba la pirámide.
Partían de allí dos diagonales a los extremos de un cuadro, franqueado de lindas alamedas, a cuyos pies corrían líneas de lirios blancos y de rosas encarnadas. […] Construyó la pirámide el ingeniero español Díaz, de quien quedan tan chuscos(28) recuerdos en la historia”.(29)
En San Juan, el 9 de julio de 1816, mientras los congresales tenían una activa y destacada participación en Tucumán, el entonces gobernador de la provincia, José Ignacio de la Roza, dispuso: “Se de principio a la subasta de terrenos del Estado comprehendidos en el Valle que se denomina Angaco, Oficina de Hacienda, donde se administrarán las posturas que hicieren, y lo podrán verificar desde el indicado día hasta que sea cumplido el término de seis meses, excedido el cual se declara, no tengan derecho a las mejoras, los que hubiesen anticipado sus trabajos en los terrenos.
Gobierno de San Juan, y 9 de julio de 1816.
Firmado: José Ignacio de la Roza”.(30)
Por otra parte, ambos diputados tuvieron escritores parientes(31) que los honraron al incluirlos en algunas de sus publicaciones.
Un poema dedicado a Francisco fue hecho por el escritor Jorge Luis Borges. Laprida, al que llamaban el doctorcito en forma un tanto despectiva sus enemigos, fue asesinado el día 22 de septiembre de 1829 por las montoneras de Félix Aldao, en la Batalla del Pilar, en Mendoza.
Este hecho lamentable inspiró a Jorge Luis Borges para escribir acerca de su antepasado distante, el Dr. Francisco N. Laprida. El poema conjetural escrito en 1943 rememora la vida y muerte de su pariente.
Asimismo, un joven Sarmiento, años más tarde, en su libro Recuerdos de Provincia (1850), recordaba en uno de sus capítulos a su pariente Fray Justo Santa María Oro:
“El niño Justo fue llamado así para perpetuar el nombre de Fray Justo Albarracín, su tío, que era, cuando él nació, la lumbrera del convento de Santo Domingo y el timbre de la familia; y en aquellos tiempos en que las familias aristocráticas estaba debidamente representadas en los claustros, el primogénito de la familia Oro fue destinado a seguir bajo el hábito dominico la no interrumpida cadena de frailes sabios de la familia. Mostróse desde luego digno sucesor de sus antepasados, y en prosecución de sus estudios, fue enviado a Santiago, capital entonces de las provincias de Cuyo, donde distinguiéndose por su capacidad, desempeñaba cátedras de teología a la edad de 20 años; recibió las ordenes sagradas a los 21 años por dispensa de Pío VI, y pasó a la Recoleta Dominica luego en prosecución de la perfección monástica. [...]
Nombrado diputado al congreso de Tucumán por la provincia de San Juan, con el ilustre Laprida, que fue electo presidente, tuvo la gloria de poner su firma en el Acta de la Declaración de Independencia de las Provincias Unidas, tomando parte en todos los audaces trabajos de aquel congreso; siendo suya la moción que adoptó el congreso de aclamar por patrona de la América y protectora de la independencia a Santa Rosa de Lima”.(32)
Conclusiones
El propósito de esta proyección ha sido honrar la memoria de dos sanjuaninos que tuvieron un rol protagónico en el Congreso de Tucumán. El Dr. Francisco N. Laprida ocupó la presidencia el 1 de julio de 1816 y, con el mismo carácter, presidió la asamblea del 9 de julio, cuando se proclamó nuestra Independencia.
Fray Justo Santa María de Oro fue un teólogo, un canonista y un jurisconsulto, a quien también se le ha sabido reconocer su accionar y fructífera labor.
Ambos, uno como político y el otro como religioso, una vez que fue celebrada la Declaración de la Independencia, tuvieron un destacado desempeño. El Dr. Laprida llegó a ser gobernador interino de la provincia de San Juan en 1818, reemplazando a José Ignacio de la Roza, que se encontraba realizando gestiones en Buenos Aires. Fray Justo Santa María de Oro fue vicario apostólico y luego obispo de Cuyo.
Por medio de la obra pública y edilicia, ya sea la denominación de calles, de sitios o el hecho de llevar a cabo la realización de un acto escolar, montajes de representaciones teatrales, acompañados de desfiles, danzas tradicionales, todo contribuye a recordar y a engrandecer a hombres de épocas pretéritas que fueron inspirados por ideales que ayudaron a consolidar nuestra nación.
El patrimonio cultural, cuya génesis tiene el motivo de brindar un homenaje a estos dos congresales sanjuaninos, es reconocido por la ciudadanía, que se identifica y se suma para perpetuar la grandeza de estos hombres, que se inscriben en la memoria histórica, así como en nuestras tradiciones.
(*) Gladys Aballay Meglioli, es Doctora en Filología Hispánica (Universidad Complutense de Madrid, España) e investigadora de la Universidad Nacional de la Provincia de San Juan.
Notas:
1. La provincia cuenta con una Ley de Patrimonio Nº 6.801/1.997 que declara de interés provincial la implementación de la protección, conservación, restauración, acrecentamiento y difusión de aquellos bienes que conforman el Patrimonio Cultural y Natural de la Provincia de San Juan.
2. Archivo de la Honorable Cámara de Diputados, ley del 20 de junio de 1888.
3. Ibídem, Ley 1.585 (30-08-1904). Muchas leyes antiguas poseen una doble numeración; en la actualidad, se cuenta con el digesto jurídico realizado por
la Cámara de Diputados, que ha unificado su numeración.
4. Archivo Histórico de San Juan (AHSJ), Misceláneas de Hacienda, caja VII, documento 43.
5. Archivo de la Honorable Cámara de Diputados, ley del 20 de julio de 1948.
6. Lola Mora nació en 1866 en Tucumán y murió en 1936. Fue una de las escultoras más famosas del país.
7. Las historias detrás de las estatuas de los sanjuaninos de la Independencia, en diario Tiempo, San Juan, del 9 de julio de 2015.
8. Inicialmente iba a ser ubicada en la Plaza Aberastain.
9. AHSJ, Misceláneas de Hacienda, caja VII, documento 20.
10. AHSJ, Misceláneas de Gobierno, caja XVII, documento 5.
11. AHSJ, Misceláneas de Gobierno, caja XVII, documento 6.
12. AHSJ, Dirección General de Escuelas, tomo I, p. 145.
13. Ibídem, p. 345.
14. Derito, S. y otros (1942-1943): Anuario general de San Juan, DUA, San Juan, DUA, N.° 1.
15. Archivo de la Honorable Cámara de Diputados, Ley 6.801.
16. AHSJ, Misceláneas de Gobierno, caja XVII, documento 8.
17. Aballay Meglioli, G. (2011): Ecos de Vida de San Juan de la Frontera, Papiro, San Juan, p. 27-28.
18. Archivo de la Honorable Cámara de Diputados, ley del 2 de diciembre de 1913.
19. Archivo de la Honorable Cámara de Representantes, Ley 3.848.
20. AHSJ-FT, caja XXXII, carpeta 134, documento 1.
21. Ibídem, decreto del 15 de noviembre de 1851.
22. AHSJ-FT, Ministerio de Gobierno, libro XXIX, f. 97.
23. Ibídem, libro I, f. 47 y 48.
24. AHSJ, Misceláneas de Gobierno, Caja V, documento 5.
25. El colegio Santa Rosa de Lima fue fundado por la hermana de Fray Justo Santa María de Oro, junto con Domingo F. Sarmiento. Fue el primer colegio de niñas de la provincia.
26. AHSJ, Dirección General de Escuelas. 1936.
27. Dicho de una tierra o de un campo sin cultivar, ni labrar. (Real Academia Española).
28. Que tiene gracia, donaire y picardía, o persona de modales toscos (Real Academia Española).
29. Sarmiento, D. F, (2006): Recuerdos de Provincia (colección Ombú), Gradifco,Buenos Aires, p. 37.
30. AHSJ, Fondo Histórico, libro LIII, f. 389.
31. Escritores Parientes, Diario de Cuyo, San Juan, 4 de marzo de 2016.
32. Sarmiento, D. F., op. cit., p. 71, 72.
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