Jorge Lona, obispo. De mejorar las hortalizas, a diseminar la obra de Dios

Una reseña de la vida del ingeniero agrónomo, luego sacerdote y monseñor, recientemente fallecido. Testimonio y homenaje de quienes lo conocimos de cerca. El siguiente artículo de Alejandro Acosta fue publicado en Diario de Cuyo el 27 de agosto de 2022

 Pensador constante, lector empedernido, mentor innato, analista incansable, desarrollador permanente, formador continuo, creador visionario...una inteligencia suprema en pocas palabras. Neurona viva. 


Yo lo conocí personalmente cuando era muy chico, pero empecé a tratarlo cuando se inauguró el Barrio INTA, allá por el año 1972, y le tocó en el sorteo justo la casa vecina a la nuestra, más precisamente la ubicada en Alberdi 1322 oeste, frente a la plaza.


EL BARRIO

 Verlo salir con mi padre, bien temprano, a trabajar en la Estación Experimental Agropecuaria ubicada en el departamento Pocito, era una rutina, de lunes a viernes; y volver después de las 18 horas al barrio. 


Yo, en la joven edad de escuela primaria, escuchaba todo el día que hablaban de cebollas, de ensayos en parcelas, de tareas de campo, de jornadas con productores rurales y de reuniones técnicas en la sede regional del INTA en Luján de Cuyo, Mendoza. También de tomates, melones y chacras en general. Pero siempre el tema principal era la cebolla.


El tiempo siguió y la historia dirá que participó en equipos de trabajo, y como fitomejorador en hortalizas, genetista en otras palabras, luego de mucho sacrificio y años de trabajo, lograron con José Crnko, Humberto Galmarini y Antonio Raúl Acosta, patentar en el INASE (Instituto Nacional de Semillas) la variedad Valcatorce INTA, o Sintética 14, una de las mejores cebollas de larga conservación, a nivel mundial.


 Antes, allá por el año 1964, Jorge Luis Lona había llegado junto a Enrique César Fontemachi y mi padre, para "armar el INTA en San Juan". La entidad madre de investigación y desarrollo agropecuario a nivel nacional, estaba extendiéndose a cuatro vientos, y era el tiempo de nuestra provincia. Un campo ubicado sobre Calle 11, varios kilómetros al oeste de la Ruta 40, era el elegido para los trabajos.


Integrante de una familia numerosa, Jorge Luis Lona nació en Buenos Aires el 24 de noviembre de 1935. Con parientes en Salta, luego de estudiar en el Colegio Nacional de Buenos Aires y recibirse en Ingeniería Agronómica en Mendoza, llegó a San Juan muy joven. Fue director del INTA local y se desempeñó en la creación de variedades de hortalizas. Fue becado a Francia para continuar con sus estudios especializados.


 Inquieto, optimista y ejecutivo, trabajó con sus equipos de profesionales y operarios de campo, para lograr importantes avances en semillas de cebollas, principalmente, también en zanahorias, tomates, melones y berenjenas. Y algo ocurrió...Cuando quizás estaba en su pico de crecimiento como ingeniero agrónomo, escuchó el llamado del Señor, y según contó "sintió miedo" en el momento. No supo que decisión tomar, allá por 1976/77. Pero asumió el compromiso, y luego de rendir varias materias en forma continua, dado que su formación de base era muy completa en filosofía, teología, historia y otras letras, culmina estudios en 1979. El seminario es el de San Carlos Borromeo, del arzobispado de Rosario. Y fue ordenado sacerdote en San Juan, el 20 de diciembre de 1979 por monseñor Ildefonso María Sansierra, arzobispo de San Juan de Cuyo.


ANÉCDOTA INCREÍBLE

Cuenta Juan Bautista Piaggio, de la Acción Católica de San Juan: El Movimiento Cursillos de Cristiandad hizo una campaña de difusión, en la que participaron varios profesionales y trabajadores del INTA. El sacerdote que lideraba la misma era el Padre Pablo Ares, de la Parroquia San Francisco de Asís, un apóstol español con un especial carisma que contagiaba eso a la gente. El Ingeniero Lona estaba en ese momento en una transición en la fe, y gracias al Padre Pablo Ares terminó de convertirse al catolicismo. 


Cierta vez, ambos caminaban por Madrid y el Padre Pablo conversando sobre la vida de fe, le preguntó abiertamente dada la soltería madura de Lona, que ya había pasado los 40 años...


- Oye, ¿Por qué no te haces sacerdote?
Ambos estallaron en sonoras carcajadas, que sorprendieron a los transeuntes. Pues al cabo de 10 años, Lona era ya un sacerdote diocesano destacado por su eficiencia en la labor pastoral. 


Unos años más tarde, coincidieron ambos nuevamente en Madrid y al igual que la vez anterior el Padre Pablo le dijo mientras caminaban por sus calles...


- Oye, Jorge, que buen obispo serías tu...
Ambos rompieron otra vez en grandes carcajadas, hasta llorar de risa.
Pues 20 años después Jorge Lona era ungido Obispo de la Diócesis de San Luis.



LABOR PASTORAL

Recién llegado a San Juan, como cura, formó grupos de estudio, muchos de profesionales (médicos, abogados, economistas, educadores y otros), donde se estudiaba cómo ejercer cada profesión desde el Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia.


Pasó por diferentes iglesias: Luján, La Merced y la Catedral. El trabajo eclesiástico inicial lo hizo en la parroquia de Angaco y fué allí donde comenzó con el armado de Fecoagro. Según nos contó Alfredo Luis Romano, líder de la entidad: "el cura me presentó los primeros obreros, para constituir la Cooperativa Del Carmen, allá por los años 1982/83. Me dijo: "Lo dejo en tus manos, ya que yo soy cura y de agronomía no se nada"; era serio, pero nunca perdía el humor."


La Federación de Cooperativas Agropecuarias de San Juan Limitada nació el 18 de diciembre de 1992, con ya 7 cooperativas y 4 pre-cooperativas. Empezó con la producción de semillas de hortalizas, sumando luego simientes de flores, plantas aromáticas, barbechos, dulces, conservas, salsas y hasta quesos de oveja. Sumó muchas familias rurales, en todos los departamentos sanjuaninos, y la federación.


Sumó los conocimientos y la sabiduría de sus años de profesional, viendo las necesidades y oportunidades de trabajo de las familias locales, con la labor de la Iglesia y la formación espiritual. Se vinculó directamente con el Pro Huerta, programa nacional de abastecimiento de semillas para escuelas, hospitales, barrios y otros sitios donde cubrir el hambre. Se extendió en el mercado interno con la distribución de los kits (bolsitas) de semillas, con colecciones de estación otoño-invernal y primavera-estival.


También fué Decano de la Facultad de Ciencias de la Alimentación, de la Universidad Católica de Cuyo.


Su vida tomaría otro rumbo. En San Luis, recibió ordenación episcopal el 20 de diciembre del 2000 y con 65 años, empezó su labor en esa diócesis como obispo. Renunció por edad el 22 de febrero de 2011 y se fue a Mendoza, para estar cerca de sus familiares, continuando como delegado regional en Cuyo. 



PUNTANAZO

Una muestra del carácter de Jorge Luis Lona, se dió en su estadía de labor eclesiástica en San Luis. Allí, al frente de la Iglesia Católica, se opuso al avance del gobierno provincial contra las instituciones y la educación. El conflicto arrancó a poco tiempo de que Lona asumiera, en medio de una importante crisis socio-económica, cuando el gobernador puntano se refirió peyorativamente a los postulados de la Iglesia y consideró a la Biblia poco menos que "un libro de ciencia ficción". 


Luego siguió la lucha contra el mandatario, que se oponía a reconocer al catolicismo como principal religión provincial, también le negó la posibilidad de tener un templo en la nueva Ciudad de La Punta. Las burlas de un humorista a la Virgen María, permitidas en la provincia, exasperaron al obispo. Lona dijo que el gobernador era un fanático anticatólico, enquistado en el cargo.


Las peleas continuaron, hasta que luego de varias manifestaciones, el obispo se unió a los reclamos de la Multisectorial, que pedía la renuncia del mandatario provincial y la intervención federal. Cuenta el periodista Julián Pampillón, que todo terminó en el "Puntanazo", momento histórico caracterizado por la brutal represión a los docentes por parte de las fuerzas de seguridad provincial.


La imagen de Monseñor Lona, al frente de la Catedral, ante los medios, leyendo una carta abierta, todavía resuena. Un verdadero luchador, contra un gobierno que arrasaba con todo y se quedaba con lo quería.



LOS LABORATORIOS

La biblioteca del INTA, en la EEA Pocito hoy lleva su nombre, y la Etapa I, del Proyecto Cadena de Semillas, del Prosap (Programa de Servicios Agrícolas Provinciales), cuyos laboratorios están en el INSEMI (Instituto Hortícola Semillero) dependientes del Gobierno Provincial, tienen una placa de identificación en la entrada: "Obispo Ingeniero Agrónomo Jorge Luis Lona". Son 3 modernos laboratorios, el de Calidad de Semillas, el de Cultivo de Tejidos In Vitro y el de Recursos Fitogenéticos. En su inauguración, en la temporada 2014/15, él estuvo presente, brindó unas palabras, además de bendecir las instalaciones, y ese día, una gran cantidad de productores, ingenieros agrónomos, funcionarios, familias y conocidos, fueron a verlo, ya que hacía mucho tiempo que no venía a la provincia.


Con Suplemento Verde siembre hubo diálogo, consultas y una relación de amistad cercana, a pesar de la distancia. La semana pasada, a los 86 años y luego de luchar duro con una enfermedad que lo mantenía internado en el Hospital Español, en Godoy Cruz, Mendoza, falleció. 


Sin duda, dejó su huella, en el sector rural y en la iglesia. Un apasionado que se fue dejándolo todo. 




GALERIA MULTIMEDIA
Muy joven, en 1967, como director del INTA local
Primeras reuniones de productores en el INTA Pocito, 1972.
En una visita a San Juan, en 2015, con amigos de Pro Huerta, INTA y Fecoagro.
Padre Jorge Lona era Obispo de la Diócesis de San Luis. (Foto Facebook del Obispado de San Luis)