Como tercer arzobispo (octavo diocesano), a mediados de
la década de 1960 llegó a San Juan Monseñor Ildefonso María Sansierra.
Siendo obispo titular de Oreo y Vicario Capitular de San
Juan, el 28 de abril de 1966 Pablo VI lo promovió a arzobispo de esta
arquidiócesis.
Sansierra fue uno de los tres obispos que los capuchinos
dieron a la Argentina, junto con Juan Rodolfo Laise, que fuera obispo de San
Luis y Andrés Stanovnik, obispo de Reconquista y secretario general del CELAM.
Sansierra, que tomó posesión el 2 de junio de 1966,
falleció el 12 de mayo de 1980.
Durante su arzobispado, Sansierra tuvo gran protagonismo
por diferentes circunstancias. En primer lugar, le tocó terminar las obras de
la Catedral y consagrar su templo el 16 de diciembre de 1979, poco antes de morir.
Además, construyó la Casa de Betania y trajo a sus hermanas, Benigna y María
Elena, de la Congregación Franciscanas Misioneras de Nuestra Señora, para que
administraran la casa.
Finalmente, le tocó estar al frente de la Iglesia
sanjuanina en una etapa convulsionada por las pasiones y sus declaraciones
muchas veces fueron apoyadas o duramente criticadas.
Sansierra nació en Santa Fe, en 1910. De niño trabajaba
como cadete para un médico tucumano y a los 13 años lo invitaron a una misión.
Misionó en Rosario, Montevideo, Génova, y se doctoró en
Roma.