Personajes de San Juan
Comodoro Miguel Vicente Guerrero. El sanjuanino que diseñó el misil Cóndor
Miguel Vicente Guerrero nació en San
Juan en 1943 y fue sobreviviente del sismo del 15 de enero de 1944. Sus dos
hermanas de un año y medio y tres años fallecieron en el sismo. La más pequeña
nunca fue encontrada pero Georgina Selva fue encontrada en la madrugada del día
siguiente asfixiada y fue enterrada en una fosa común porque el ejército a
cargo de la ciudad en aquellos momentos le quitó al padre de Miguel y de las
niñas el féretro donde la sepultarían.
Una
de las asignaturas pendientes de Miguel Guerrero era identificar los restos de
sus hermanas Por esa razón su hija María Victoria trabaja para la creación de
un Banco Genético que también permitiría a muchos adultos que fueron dados en
adopción conocer su identidad
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El
Comodoro Guerrero fue un ingeniero electrónico y aeronáutico argentino y
egresado de la Escuela de Aviación Militar. Por ser el primero de su promoción
viajó como invitado en el viaje de instrucción de los egresados de la Escuela
Naval Militar de Río Santiago en la fragata Libertad.
Fue
becado a USA y graduado en 1974 en tecnología misilística en el Massachussets
Institute of Technology (MIT) siendo el mejor promedio. Fue presidente de la C.
N. I. E. (Comision Nacional de Investigaciones Espaciales) y precursor del
programa satelital argentino de telecomunicaciones.
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A mi entender uno de sus logros
descollantes fue el proyecto del misil Cóndor diseñado y desarrollado por el
Comodoro Guerrero en las instalaciones de Falda del Carmen en Córdoba. El proyecto Cóndor,
originariamente tenía como finalidad colocar satélites argentinos en órbita,
con nuestros propios vectores. Argentina tenía un acuerdo firmado con la NASA
para utilizar el vector con ese fin.
Guerrero
ha sido reconocido internacionalmente y en la Argentina se le ha hecho un
homenaje en un pequeño pueblo de Chubut, Cabo Raso, donde se encuentra el
búnker de lanzamiento desde el cual se realizarían pruebas con el misil
Cóndor.
Existen
algunos hechos interesantes que Guerrero le contó a su hija María Victoria
Guerrero y ella me los comentó. Durante la construcción de la plataforma de
lanzamiento en Cabo Raso, un día hallaron a un hombre en la costa. Se presentó
como un geólogo. Llamó la atención, Estados Unidos entendía que la FAA, en
secreto, pretendía usar el Cóndor II con una carga explosiva, desde allí podía
alcanzar las Islas Malvinas. María Victoria dice: “Mi padre me dijo que el hombre tenía las manos muy limpias para ser un
geólogo, era un agente de la CIA”.
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El
proyecto Cóndor tomó impulso durante el gobierno del Dr. Raúl Alfonsín y como
bien queda manifestado en el libro “Alfonsín,
mitos y verdades del padre de la democracia” (Aguilar 2013), de Oscar
Muiño, el proyecto del “vector”, a principios de 1989, estaba casi finalizado y
hubo real preocupación en los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña y por
presiones de los ministros Cavallo y Di Tella el presidente Carlos Menem
decidió archivarlo por aquello de las “relaciones carnales” que supuestamente
teníamos con Estados Unidos.
La
realidad es que el embajador norteamericano Terence Todman directamente le
pidió al gobierno argentino la cancelación del proyecto y el pase a retiro de
Guerrero que además de su gran cantidad de premios en ciencia y tecnología, fue
Decano de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la Universidad del Salvador,
veterano de Malvinas donde revistaba como Mayor de la Fuerza Aérea Argentina y
allí planificó la estrategia de las misiones aéreas durante la guerra.
Finalizado el conflicto el Comodoro Guerrero integró la comisión Rattenbach que
analizó y evaluó las responsabilidades del conflicto del Atlántico Sur. El comodoro Guerrero fue pasado a retiro y es
bueno señalar que el ministro de Defensa argentino, Ermán González no estuvo de
acuerdo con la cancelación del proyecto Cóndor.
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Guerrero
fue el creador y desarrollador del proyecto Cóndor que fue un proyecto de la
FAA surgido de capacidades tecnológicas propias e incorporando algunas
extranjeras y se orientó a desarrollar tanto un arma con capacidad de disuasión
como competencias de tecnología espacial.
El
objetivo era tener un arma con alcance suficiente para convertirse en una
amenaza para las Malvinas y achicar así la enorme brecha militar entre un país
de la OTAN y la Argentina, obligando a Gran Bretaña a sentarse a negociar.
Miguel Guerrero estaba convencido de algo que mis colegas físicos y
astrofísicos de Inglaterra me comentaron independientemente alguna vez. Inglaterra devolvería las Malvinas en el
momento que la sociedad inglesa considerara inaceptable el gasto de defenderlas.
Guerrero
con el cual hablé muchas veces creía que tener un arma como el misil Cóndor
capaz de alcanzar fácilmente a Malvinas haría que Inglaterra tuviese que gastar
una suma muy considerable de dinero en un escudo antimisiles de largo alcance
con lo cual el gasto para 2000 o 3000 habitantes de Malvinas sería inaceptable.
Recordar
a Guerrero, que para mí fue un honor conocer y frecuentar, es honrar a un
hombre brillante. El gobierno argentino tomó la decisión política de
desmantelar totalmente el Proyecto Cóndor tal como quería el gobierno inglés y
norteamericano. No se negoció nada a cambio de semejante decisión. Guerrero
siempre me dijo “Los norteamericanos nos
pedían un pan y les entregamos la panera” totalmente gratis. Pero aún más
frustrante e ingrato fue lo sucedido con el Comodoro Guerrero, quien luego de
prestar todo su conocimiento para desarrollar el misil, cumpliendo órdenes del
estado argentino, fue pasado a retiro como castigo (como también fueron
desarticulados los equipos de técnicos y científicos).
¡La Argentina fue así el único país del mundo
que sancionó y desperdició a un oficial de alta capacidad por haber logrado el
éxito en su misión!
Lo
paradójico de toda esta situación es que, al poco tiempo de su retiro, el
propio embajador Todman, que ya había finalizado su misión, le ofreció un
relevante puesto académico en una universidad norteamericana que Guerrero
rechazó la oferta y se incorporó a la Universidad del Salvador donde fue Decano
de la Facultad de Ciencia y Tecnología y director del Centro de Aplicaciones
Tecnológicas.
Digamos
también que el juicio de Guerrero al Estado argentino por su inapropiado retiro
le fue favorable.
