Este es un recorrido por los acontecimientos que marcaron la historia de San Juan desde los primeros habitantes hasta la época actual.
La historia de San Juan no arranca aquel 13 de junio de 1562, cuando Juan Jufré sentó bases. Todo empieza mucho antes y hay vestigios que así lo demuestran. Para dar un pantallazo histórico, podemos decir que los primeros seres humanos habitaron estas tierras hace más de 8.000 años. Desde entonces, mucha agua pasó bajo el puente, culturas aborígenes, colonizaciones, revoluciones, gobiernos, avances industriales, urbanos y tecnológicos. Sucesos que nos convirtieron en lo que somos hoy.
Los primeros habitantes
Así las cosas podemos arrancar con la llamada cultura Fortuna (6.500 – 6.000 años antes de Cristo), que fue el primer grupo humano que habitó en tierras sanjuaninas. Vivió hacia el oeste, en valles de altura (Vega de Gallardo, Colorada de la Fortuna. Hornillas), y también hacia el este (en Valle Fértil y Cerro Valdivia). Sus integrantes eran cazadores y recolectores. Consumían carne de guanaco, frutas de algarrobo, raíces de cactus.
Luego aparecieron los cazadores Morrillos, que permanecieron hasta hace unos 4.500 años (ocuparon espacios entre 5.900 y 2.500 a.c). Estos grupos se movilizaban desde tierras bajas a tierras altas y viceversa, siguiendo el desplazamiento estacional de los guanacos. Los Morrillos ocuparon la parte sur de la provincia y Calingasta.
Hacia 1.800 años antes de Cristo, ingresó en los valles sanjuaninos la cultura Ansilta (su nombre viene de la cantidad de hallazgos arqueológicos en las faldas orientales de la cordillera llamada así). A la cacería y a la recolección de frutos de algarroba, chañar y huevos de ñandú, le sumó la agricultura y ganadería.
Tierras sanjuaninas en la era cristiana
Los vestigios encontrados sobre el modo de subsistencia de los distintos grupos humanos indican que en el año 350 de la era cristiana, estuvo en estas tierras las llamadas Culturas Agropecuarias. En los valles vinculados a la precordillera de los Andes se encontraron ubicadas dos poderosas culturas sustentadas por grandes plantaciones.
También podemos hablar de la Cultura Punta de Barro. Esta cultura trajo a la región cambios y aportes muy importantes. Con ella se consolidó la agricultura y se asentó la ganadería.
En cuanto a la aparición de las acequias en la Cultura Agrícola, se puede decir que este sistema de regadío en las culturas agrícolas indígenas sanjuaninas surgió en el año 600.
Unos ciento cincuenta años más tarde predominó la zona la Cultura Aguada que se ubicó por el valle de Calingasta, Barrio Alito, Alto Verde y Cerro El Calvario.
En aquellos tiempos estuvo también la Tradición Calingasta, esta cultura surge en Calingasta con características similares a Punta de Barro y en sus últimos momentos tuvo influencia chilena. Fue en el año 1100.
Sin lugar a duda, tanto por la difusión como por los vestigios que existen y que están prácticamente al alcance de la mano, a pocos kilómetros de la villa cabecera del departamento iglesiano, es la Cultura Angualasto, una de las más populares. Con una antigüedad 1150 a 1500 años d.c, cupó los valles del norte de San Juan, Valle de Iglesias, Cachalhuaco, Ampacama y Valle Fértil.
Cabe destacar que La momia de Angualasto fue un hallazgo que marcó la historia y fue encontrada a 216 kilómetros de la ciudad de San Juan en la localidad de Angualasto.
Los huarpes, cultura nativa que ocupaba los valles de San Juan y Mendoza al momento de la conquista española, empiezan a estar habitando hacia el 1200 después de Cristo. Los huarpes se dedicaban a la agricultura y a la ganadería. Los grupos se ubicaban en tierras regadas por redes de canales y acequias que ellos mismos construían para garantizaban el riego del maíz, la quinoa, el poroto, la calabaza y el mate.
Así se dio la convivencia entre los huarpes y los incas. A este se lo conoce como un proceso de aculturación entre huarpes e inca alrededor del 1450.
La presencia incaica
La invasión de los incas en nuestro territorio llegó a fines del siglo XV, ocupando casi toda la extensión hasta Mendoza. En este contexto, en la década del ’60 del siglo XX, se encuentra la momia del Cerro del Toro, sacrificio de altura realizado por los incas en honor a los dioses. Se trata de un joven de 20 años aproximadamente.
También hay presencia de restos incas en San Guillermo, como así también todo lo que tenía que ver con los tambos de crianza de vicuña para el jefe inca.
La preconquista
Por estos tiempos, alrededor del 1500, dos sucesos marcaron los destinos de estas tierras. Por un lado, el abandono de la dominación incaica, que se dio con el retiro de los incas hacia 1540, para luego dar paso a lo que se llamó la fundación de San Juan.
Esta región, en la era precolombina, estuvo habitada por los huarpes. Su zona de influencia se extendió a las sierras Chica de Zonda, Villicum y Pie de Palo, además del cerro Valdivia. Otras zonas fueron el río Bermejo y las Lagunas de Guanacache.
Los huarpes se dedicaban a la agricultura y a la ganadería. Los grupos se ubicaban en tierras regadas por redes de canales y acequias que ellos mismos construían para garantizaban el riego del maíz, la quinoa, el poroto, la calabaza y el mate.
Época de conquista
Fue un 13 de junio de 1562 cuando Juan Jufré, penetró el territorio por el norte y fundó San Juan de la Frontera. Para el repartimiento de tierras, Jufré utilizó un plano que consistía en un rectángulo de cinco manzanas (o cuadras) por lado y 25 en total. Cada manzana se hallaba dividida por dos ejes perpendiculares en cuatro solares iguales. Al centro se situaba la manzana destinada a Plaza Mayor o de Armas (espacio central), con solares reservados en sus lados para el cabildo, la Iglesia matriz y la Hermandad de Santa Ana, y parcelas adjudicadas a las familias del conquistador y otras de importancia.
Las restantes manzanas se distribuían entre los demás pobladores.
Desde 1562 hasta 1594 San Juan tuvo su asiento en lo que hoy es Concepción. A pesar de haber transcurrido 32 años desde su fundación, solo se había levantado la iglesia y la casa dominicana. Las viviendas eran, según crónicas de la época “un rancherío (vivienda precaria) que no se diferenciaba mucho del caserío huarpe.
A fines de 1593 el Río San Juan arrasó con la ciudad, así es que Luis Jufré la traslada 25 cuadras al sur de su primera ubicación.
En materia de salud lo que marcó un antes y un después fue la apertura del primer hospital, San Juan de Dios, que se funda en 1763. Poco después se dio la expulsión de los jesuitas de San Juan.
Las cuestiones políticas y las revoluciones marcaron estas épocas. En 1776 la Intendencia de Cuyo fue separada de la Gobernación de Chile e incorporada al Virreinato del Río de la Plata, como parte de la provincia de Tucumán. Dos años después pasó a integrar la intendencia de Salta. Por último en 1782, por razones de mejor administración, Cuyo quedó subordinada a la intendencia de Córdoba.
Un siglo con aires de independencia
El siglo XIX fue convulso, no solo para San Juan sino para el resto del país. Lo que pasaba en el Río de la Plata no fue exento en San Juan y así con las primeras invasiones inglesas llegan a San Juan los prisioneros de estas invasiones alrededor del 1806. En ese contexto, la provincia ayuda a Buenos Aires con un aporte monetario.
El pueblo sanjuanino se congregó en la plaza de mayor el 9 de julio de 1810 para formar parte del cabildo abierto que tenía como objetivo la emancipación. La noticia de la Revolución de Mayo llegó un mes después.
Un dato no menor para la época es que el primer gobernador elegido por el voto popular fue Ignacio de la Rosa en 1815. San Martín llegó por primera vez a San Juan también en ese año como gobernador intendente de Cuyo, mientras que la primera escuela de la patria fue creada por Ignacio de la Rosa ese mismo año. El primer maestro fue Ignacio Fermín Rodríguez.
Ya entrando a la década del ’20 de ese siglo, se firmó el acta por la que rompían los vínculos que los unían a la Intendencia de Cuyo y se reunían San Juan, San Luis y Mendoza, que adquirieron soberanía como Estado independiente.
Ocho años más tarde, el papa León VII ordenó la erección del Vicariato Apostólico de San Juan, independiente del Obispado de Córdoba, siendo Fray Justo Santa María de Oro el primer vicario de la provincia, el cual desempeñaría un papel importante en la gesta emancipadora, ya que conjuntamente con Francisco Narciso Laprida participaron activamente en el Congreso de Tucumán, que declarara la independencia nacional.
En 1821 se conformó la primera legislatura provincial conocida con el nombre de Corporación Representativa del Pueblo.
San Juan fue económicamente muy importante durante esa época. En 1827 la provincia formaba parte de la garganta de comercio, como se la denominaba Cuyo, porque por ella pasaban los productores peruanos y chilenos que entre otras cosas, comerciaban el agua ardiente que se producía en esta provincia.
La primera constitución de la provincia se sancionó en 1856 bajo la gobernación de Francisco Díaz.
Durante la gobernación de Sarmiento, se fundó de San Juan el Colegio preparatorio de varones, fue en 1862, como así también la Quinta Normal, hoy escuela de Fruticultura y Enología.
Sus pobladores fueron protagonistas también en la gesta sanmartiniana.
Los historiadores nombraron la posterior etapa del siglo como de organización nacional. Así, luego de la batalla de Pavón, Sarmiento tomó aún más relevancia llegando a la presidencia en 1868.
En este contexto se creó el Banco de Cuyo en 1870 y quince años más tarde el comercio adquirió un desarrollo inusitado con la llegada del ferrocarril.
En 1894 la ciudad fue afectada por un terremoto, durante el cual experimentó considerables perjuicios materiales, aunque no tantos como pudo suceder dada la mala calidad de la construcción.
La edificación tuvo daños importantes, sin características de catástrofe, en las casas se desprendieron las cornisas, parapetos, molduras y revoques. Más afectados quedaron los edificios públicos como la Casa de Gobierno inaugurada solo diez años antes, experimentó la destrucción casi completa de la planta alta que obligaría a rehacerla.
La Catedral, resultó afectada la torre del costado izquierdo, desprendiéndose sus azulejos y techumbre, y apareció una grieta en el primer arco de su bóveda central. Los viejos templos de La Merced, San Agustín y Santo Domingo (incluso Santo Domingo nuevo, en construcción) quedaron dañados; la capilla de Dolores y la iglesia de San Pantaleón, igual que el Cuartel y Cárcel pública, el Mercado y el teatro Los Andes, destruidos. Se contabilizaron diez víctimas (nueve nacionales y un extranjero, francés), mientras que en la provincia alcanzaron en total a veinte.
De los escombros a la reconstrucción
El siglo XX sin duda, será recordado como una bisagra para la provincia. A comienzos de este siglo, San Juan estaba edificada casi en su totalidad.
El inicio de un nuevo siglo llegó a San Juan con la creación de los primeros gremios, que se da en un proceso que ya había comenzado en 1880 y va a concluir en 1910. Muchas de las asociaciones obreras tuvieron su origen en las sociedades de socorros mutuos, creadas por obreros inmigrantes.
Un dato importante en la historia de San Juan fue el nacimiento en 1900 de Emar Acosta, que fue la primera diputada mujer en la provincia y en el país.
En la primera década del XX, la vitivicultura comienza a crecer y a perfeccionar en todos los sentidos. Así fue que la primera usina eléctrica que puede proveer de electricidad a la provincia se construye en 1906.
El primer cine en San Juan, ya que los teatros comienzan a convertirse en cine, apareció en 1910. Mientras que el Palacio Episcopal estuvo contemplado entre las obras inauguradas para el aniversario de la Revolución de Mayo. Mientras que el Parque de Mayo comienza su historia también para estos festejos.
En 1914 fue inaugurado el monumento a Antonino Aberastain. Acontecimiento que significó como antecedentes de lo que hoy es la plaza Aberastain, que en 1937 durante el gobierno de Juan Maurín, se aprobó el proyecto de dicha plaza. Sin embargo, la obra no se concretó hasta seis años después del terremoto de 1944.
Justamente fue esta catástrofe natural la que marcó la historia de la provincia. Se produjo el día 15 de enero de 1944 (79 años) a las 20.49 y alcanzó 7,8 grados de magnitud en la escala de Richter y una intensidad máxima de IX grados en la escala de Mercalli modificada. El epicentro se ubicó a 20 km al norte de la ciudad, en las proximidades de la localidad de La Laja, en Albardón.
Con este terremoto, el gobierno sanjuanino tomó estado de la enorme gravedad sísmica de la región.
Fue probablemente la mayor tragedia ambiental argentina del siglo XX, donde se estimaron aproximadamente unas diez mil víctimas humanas y de una cifra aún mayor de heridos, mientras que el saldo material fue la destrucción total de la ciudad, el San Juan antiguo, de gran valor arquitectónico; tales como el Palacio Episcopal, la Casa España, la Iglesia de Santo Domingo, el Cine Cervantes y hasta la fachada de la Catedral, el Palacio de Justicia, etc. quedaron totalmente reducidos a escombros. También destruyó miles de viviendas, edificios públicos, obras comunales e históricas y la economía de gran parte de la población, que representaban el patrimonio acumulado en varias generaciones.
Con el objetivo de reconstruir la ciudad se llevaron a cabo en este período, en materia de vivienda, la creación del Consejo de Reconstrucción de San Juan, dependiente del Ministerio del Interior, el Banco Hipotecario Nacional y el Instituto Provincial de la Vivienda, en menor medida.
Desde los años 1948 al 1961 la entidad realiza el plan de viviendas que totalizaron la construcción de casas, ubicadas en los alrededores de la ciudad. Desde esa fecha se comenzó también un plan de construcción de numerosos edificios públicos, escuelas y obras de urbanización.
El decreto 773/56 prevé la construcción de cincuenta y tres modernas escuelas, quince municipalidades departamentales (en el resto de la provincia), veinte comisarías, registros civiles, juzgados de paz, bloques de edificios donde funcionan los ministerios provinciales, la dirección de escuelas, las juntas de clasificación docente (rama primaria, rama media y superior y rama técnica) tribunales y otros organismos estatales, la cárcel modelo, el observatorio astronómico Félix Aguilar, el edificio de la Dirección de Turismo (ubicado actualmente en la intersección de la calle Sarmiento y avenida Libertador San Martín, la construcción de cinco grandes avenidas tales como la avenida Córdoba, la Libertador, Alem y Rioja, ensanchamiento de calles, construcción de nuevas plazas, electrificación pública y otras. Además, el decreto prevé la construcción de la Casa de Gobierno, la Jefatura de Policía, la Cámara de Representantes el Palacio de Tribunales y otras.
En 1994 dejó de funcionar el ramal ferroviario General San Martín. Esto fue en el marco de la privatización que se había originado en el año 1992. Dos años más tarde nacieron los primeros mellizos in vitro de la provincia.
La tecnología en comunicaciones llegó en 1996 cuando se masificó el uso del teléfono celular. Por otro lado, la privatización del Banco San Juan, debido a los problemas económicos que presentaba la provincia, se decidió vender estas acciones estatales del Banco de San Juan. Fue también ese año.
Durante estos 100 años, los destinos de la provincia fueron conducidos por los siguientes mandatarios (Gobernadores de la provincia después de la Ley Sáenz Peña (1914): Ángel Dolores Rojas, Pedro Garro, Amador Izasa, Amable Jones, Luis Colombo, Julio Bello, Marcial Izasa, Manuel Carlés, Aquiles Castro, Federico Cantoni, Aldo Cantoni, Sigifredo Bazán, Juan Jones, Pedro Valenzuela, Juan Alvarado, Ruperto Godoy, Elías Amado, Rinaldo Viviani, Américo García, Leopoldo Bravo, Eloy Camus, Jorge Ruiz Aguilar, Carlos Enrique Gómez Centurión, Jorge Escobar, Juan Rojas, Alfredo Avelín. Además hubo más de 40 interventores federales y de facto.
El siglo del progreso
Durante el siglo XXI, el crecimiento urbano de la provincia fue uno de los aspectos más destacados. Sobre todo el cambio de cara que se lleva a cabo en la zona que se conoce como eje cívico-cultural. Pero también hubo otros hitos que hicieron historia.
En el 2003 comienza un plan histórico para erradicar las villas por parte del Instituto Provincial de la Vivienda. Así se comienza ese año la segunda reconstrucción de San Juan, que fue un programa impulsado por el gobernador José Luis Gioja.
Mientras que en el 2004 también aparece la propuesta para una nueva minería, en el marco de esta segunda reconstrucción de San Juan, con el desembarco de la mega minería a cielo y abierto y con el inicio de la explotación de Veladero.
Se reinician también las obras para concluir el Centro Cívico en el año 2005, y se vuelve a reeditar la Fiesta Nacional del Sol que ya había nacido en la década del ‘70.
Por otro lado, el desembarco de las grandes competencias deportivas se dio en el 2009 con el Rally Dakar por San Juan. Además se recupera el Centro Cultural Estación San Martín, que había estado abandonado durante años y que había pertenecido al ferrocarril.
Las grandes obras construidas durante las dos primeras décadas del siglo cambiaron la fisonomía del corazón de la provincia.
El Centro Cívico, constituye un nuevo símbolo de la ciudad, ubicado en el borde oeste del centro de la ciudad, el edificio se caracteriza por su acentuada horizontalidad, con fachadas longitudinales que conforman una trama homogénea. La escala del edificio sobrepasa la de la ciudad y sus características son las propias de las escuelas de arquitectura de la década del 60, configurando también un espacio arquitectónico propio de la modernidad.
En este contexto del auge de la obra pública, se construyó en ese eje cívico-cultural el Teatro del Bicentenario. Por otro lado, se levantó el Estadio del Bicentenario en Pocito y el Velódromo Vicente Chancay que está al lado. A esto se suma el nuevo Hospital Rawson y la ampliación del Hospital Marcial Quiroga, la construcción de diques tales como Caracoles y Punta Negra. Estas son algunas de las obras más importantes de principios del XXI.
Los gobernadores de este siglo
fueron: Alfredo Avelín, Waldino Acosta, José Luis Gioja, Sergio Uñac, Marcelo
Orrego.