
Estas
dos fotos son representativas de la decadencia de una sociedad.
La de arriba, tomada en estos días, muestra la estatua de Sarmiento entre rejas. En la otra, de los días posteriores al terremoto, aparece el monumento con sus placas y ofrendas florales.
Que los monumentos estén encerrados dice claramente cómo han cambiado los valores.
Esto no pasa sólo en San Juan. En muchas ciudades argentinas se ha debido recurrir al encierro de los próceres para evitar el robo de placas y hasta la destrucción de sus figuras.
El tema no se reduce a los monumentos. Recorrer el San Juan que vimos reconstruir, siempre bello, tras el terremoto es advertir como los jardines o espacios abiertos han debido cerrarse con cortinas, rejas o mampostería. Al extremo que ha cambiado la fisonomía de la ciudad.
Y ni hablar de los comercios que de noche muestran un desolador paisaje de cortinas metálicas.
Qué triste: ganaron los vándalos.

Fuente: Nuevo Mundo, edición 786 del 6 de septiembre de 2023