En 1922, Bartolomé Del Bono, Esteban Andrés Dubos y Valentín Beretta fundaron la impresionante bodega que hoy conocemos como "La Bodega Del Bono". Este establecimiento vitivinícola abarcaba 300 hectáreas de viñedos y tenía una capacidad de producción de 12 millones de litros de vino. La demanda de mano de obra para este emprendimiento dio lugar al nacimiento de un pueblo llamado Las Casuarinas.
A pesar del paso del tiempo, las instalaciones de la bodega y su historia siguen de pie, aunque cubiertas por el polvo del abandono, esperando ser reivindicadas algún día. Incluso el frente de la bodega conserva otro gran emblema de la historia vitivinícola de San Juan: la ex CAVIC. En los años 70, esta cooperativa se hizo cargo de la bodega, pero lamentablemente quebró en los años 90, pasando también a formar parte de la historia grande.
Dentro del laboratorio de la bodega, todavía se pueden encontrar algunas botellas de vino con tapa a rosca y la etiqueta que solía enorgullecer a los sanjuaninos, que rezaba "CAVIC, vino de mesa blanco sanjuanino". También se conservan los restos de antiguos toneles de madera y cientos de sunchos que solían contener millones de litros de vino, inundando de alegría el país gracias a los artesanos toneleros, cuyo oficio era uno de los mejor remunerados en esa época.
Las entrañas de la bodega eran abastecidas por dos líneas de trenes, la Belgrano y la San Martín, que transportaban sus vinos a las grandes ciudades argentinas. Aunque estas vías ferroviarias están intactas, están cubiertas por las malezas que crecieron tras la desaparición del tren, sepultando las estaciones Díaz Vélez (calle 4 y Ruta Nº 147) y José Marti (Km. 9 y 10 en ruta 270 y 147- La Chimbera).
El edificio de la bodega aún conserva sus techos con tirantes y latas, así como los adoquines del suelo que miraban hacia las dos líneas férreas. Como testigos de la época dorada de la industrialización de la vitivinicultura en San Juan, se erige la imponente chimenea utilizada para calentar el agua y los equipos gigantes con volantes de 4 metros de diámetro que generaban energía eléctrica. Estos equipos eran el orgullo de todo un pueblo, ya que no solo abastecían a la bodega, sino también a los trabajadores de la villa Borjas, que dio origen a Las Casuarinas.