En 1986 la Cámara de Diputados de San Juan estaba integrada
mayoritariamente por legisladores del Partido Bloquista que ocupaban 26 de las
30 bancas.
Conducido férreamente por Leopoldo Bravo, esta disparidad
de fuerzas provocó hechos que en su momento dieron lugar a fuertes polémicas.
Uno de los hechos más criticados se produjo cuando por orden de Bravo fueron
expulsadas del cuerpo dos legisladoras bloquistas (Mónica Sueldo y Sari Luz
Díaz Lecam) por “inconducta partidaria”, según se justificó.
La Corte de Justicia ordenó la reposición de las diputadas
y ante esa decisión, la propia corte fue destituida.
En la cuarta semana de mayo tres de los miembros de esa
Corte, el presidente Carlos Graffigna Latino, el cortista, Eduardo Aguiar
Aranciba y el fiscal, Ventura Manrique, anunciaron que “estaban en funciones”.
Sin embargo, la policía no les permitió ingresar al edificio.
Comenzaría un largo juicio de alcance nacional. Bravo habló
con el presidente Alfonsín y logró que la Suprema Corte apoyara su decisión en
fallo dividido.En esta foto, de izquierda a derecha, Manrique, Aguiar
Aranciba y Graffigna Latino el día que anunciaron que estaban en funciones.El único
medio que cubrió informativamente el hecho fue El Nuevo Diario.
Fuente: Publicado en Nuevo Mundo,
edición 840 del 24 de noviembre de 2023