Aunque Sarmiento renunció en 1864, el grupo liberal que lo sucedió continuó su plan de gobierno. Este grupo se mantuvo en el poder hasta las primeras décadas del siglo XX y, a pesar de los constantes conflictos con los sectores opositores, los logros de esta etapa significan la modernización de San Juan.
La llegada del Ferrocarril Andino, en 1885, produjo grandes cambios. Liberó a la sociedad sanjuanina de su aislamiento. En cuanto a la economía, el ferrocarril, acercó los mercados donde ubicaba sus productos, sobre todo los del Litoral. Permitió que el vino llegue en buen estado a su destino. Aparecieron nuevas profesiones y oficios como maquinista, guarda, jefe de estación; y trajo el telégrafo con el que arribaron noticias frescas a la provincia.
La Nación fomentaba la inmigración, por ello, a San Juan llegaron numerosos contingentes europeos que traían consigo ganas de trabajar e ideas nuevas. Se establecieron sobre todo en las zonas rurales, aumentando las tierras cultivadas. Caucete, Pocito, Santa Lucía y Desamparados son poblaciones que se afianzaron gracias a la afluencia inmigratoria.
La gran bodega
Los importantes progresos realizados en la producción vitivinícola, sobre todo en tecnología e inversión de capitales, dieron nacimiento a la Gran Bodega. Ésta mejoró la calidad de los vinos, aumentó la producción y la ubicó en nuevos mercados. En esta empresa, a los pioneros criollos como los Doncel, Maurín y Ruíz, se unieron los extranjeros Del Bono, Graffigna, Meglioli y Creceto.
Desde los primeros tiempos de la colonización, la iglesia se ocupó del registro de todo lo referido a nacimientos, defunciones y casamientos. Cumplía un papel fundamental en el ámbito educativo. Por lo tanto las leyes de registro y matrimonio civil, como la de educación común de este período, significaron una disminución de su influencia en la vida provincial. A pesar de ello, la sociedad sanjuanina mantuvo su tradicional espíritu religioso.
El impulso laico
Para esta fecha San Juan ya contaba con edificios de cemento como el Palacio Episcopal, la Escuela Normal Sarmiento, el Banco Nación, el Club Social y el Palacio de Justicia. Ya habían llegado la electricidad, el agua corriente, el teléfono, el telégrafo y los primeros automóviles. El Hospital Rawson funcionaba desde 1908 y se había constituido la Asociación de Bomberos Voluntarios. Adornaban la ciudad, la Plaza Laprida y el naciente Parque de Mayo.