En marzo de 2014, la imagen del Cura Brochero fue solemnemente colocada en el paraje El Salado. Desde entonces, el lugar ha atraído a un número creciente de devotos. Mensualmente, el último domingo, se celebra una misa que reúne a fieles cada vez más numerosos. En medio del aroma a jarilla, entre estrechos senderos y algarrobos espinosos, destaca la inconfundible gruta amarilla, que se ha convertido en un espacio tanto para peticiones como para expresiones de gratitud.
Dentro de una caja de vidrio blindado reposa la imagen de Brochero, el venerable sacerdote. Lo que hace cinco años era un sitio apenas visitado, frecuentado ocasionalmente por algunos gauchos a caballo, se ha transformado hoy en un punto de encuentro que convoca a cientos de fieles, ya sea en motos, autos, bicicletas o a caballo, durante el último domingo de cada mes, día de la celebración de la misa.
Brochero llegó a este lugar acompañado por los gauchos, aquellos mismos hombres que días atrás se aventuraron a través del desierto para encontrar a Benjamín, un niño de 5 años que se había extraviado. Fueron los baqueanos albardoneros quienes lo hallaron sano y salvo. Este rescate fue considerado un verdadero milagro del venerable cura. Por esta razón, coincidiendo con el quinto aniversario de la entronización de su imagen, una multitud se congregó en la gruta de El Salado para expresar su agradecimiento.
Aquellos que frecuentan esta gruta asiduamente admitieron que nunca antes habían presenciado una concurrencia tan numerosa. El padre Javier Zabala, encargado de oficiar la misa, hizo hincapié en este crecimiento de la devoción durante su homilía. De esta manera, quienes visitaban el paraje por primera vez quedaron impresionados por la particular espiritualidad que emana de este rincón en el desierto de San Juan.
El caso de Benjamín infundió fe en las personas, un sentimiento similar al que se vivió en 2016, cuando el milagro que rodeó a Camila Brusotti llevó a Brochero a ser canonizado como Santo. Desde entonces, es común ver, cada último domingo del mes, a personas congregadas para presenciar una misa con particularidades únicas en la provincia: se lleva a cabo bajo la sombra de un algarrobo, a un costado de una acequia de riego. Durante todo el año, se organizan caminatas, cabalgatas y procesiones. A esto se suma la afluencia de personas que acuden a compartir un asado y disfrutar en familia.
Brochero es el primer santo argentino, nacido, vivido, y fallecido en suelo argentino. Fue canonizado por el Papa Francisco en octubre de 2016, convirtiéndose en una figura mítica de las sierras cordobesas. La causa para la beatificación de Brochero comenzó en 1965, pero no fue hasta 2012 que un panel médico del Vaticano aprobó por unanimidad atribuir al sacerdote la cura milagrosa de Nicolás Flores Violino, ocurrida a finales de 2000. El segundo milagro fue la recuperación de Camila Brusotti, quien estuvo al borde de la muerte después de sufrir una golpiza a manos de la pareja de su madre.