La costumbre cristiana de enterrar los restos mortales en
las adyacencias de las iglesias fue de uso corriente en la provincia hasta
1834. Ese año el cementerio de la ciudad que se encontraba adjunto a la iglesia
de Santa Ana, frente a la Plaza Mayor fue arrasado por una gran creciente del
Río San Juan. Esa gran inundación obligó a construir el cementerio.
Las obras se realizaron con lentitud quedando habilitado recién en 1837.
Los gobiernos posteriores dieron a este espacio una atención especial, llegándose desde la ciudad al cementerio por una hermosa calle arbolada de sauces con sus acequias laterales denominada Calle de la Paz, que corría desde la actual Calle Salta hasta Las Heras.
La Estación del Ferrocarril General Belgrano cortó la
fluidez de la circulación de hermosa calle, posteriormente la apertura y
pavimentación de Calle Las Heras borraron el acceso de Calle de la Paz. Sin
embargo, hasta 1920 las vistas representativas de la ciudad la tenían como una
de las calles más bellas y tradicionales de San Juan.
Fuente: Publicado en Nuevo Mundo,
edición 856 del 19 de diciembre de 2023