Quebrada Juan Pobre

   Sin dudas, la Quebrada Juan Pobre es un clásico del trekking con una gran leyenda. El circuito está tan cerca y el recorrido es tan hermoso que es imperdonable que exista un sanjuanino que no lo conozca.

Con Ariel Nievas, guía de Kuntur Trek, comenzó la ruta ascendiendo el cerro Parkinson desde el monumento a Rivadavia, frente a la hostería (RP N°12), en la zona más remozada de la Quebrada de Zonda, donde el gobierno planea construir un parque aventura.

La imagen satelital muestra una formación que parece un papel hecho un bollo y vuelto a abrir. Pero allí, apenas se ingresa a la quebrada, el cerro empieza a mostrar su belleza.

Aquí una pendiente abrupta, más allá una piedra enorme que hay que sortear y luego un camino creado por siglos de crecientes, por donde el agua aún debe bajar furiosa cuando llueve (porque en San Juan llueve poco -110 ml al año-, pero cuando el agua cae lo hace con ganas).

El cerro Parkinson tiene 1.701 msnm, pero según la app, el grupo subió hasta los 1.077 msnm, en un recorrido de 11,3 kilómetros y una duración dos horas y media. No es difícil, pero es cansador porque de ida se sube permanentemente.

“Nadie sabe las bellezas que tiene San Juan hasta que no hace alguna actividad como ésta, que te permite conocer realmente lo que tenemos que son paisajes de pura belleza, pero casi escondidos”, comentó Estela.

Los picos se recortan en el cielo azul como torres de una catedral gótica. La piedra negra comprimida muestra vetas blancas y parece un mil hojas hojaldroso. Y donde nadie ve más que piedra, florece la vida.

La leyenda

Ariel contó que había un chileno llamado Juan que había logrado reunir una gran cantidad de oro de las montañas sanjuaninas y que escondió su tesoro en esta quebrada, que tiene vericuetos y depresiones perfectas para tal fin.

Pero un grupo de ladrones se enteraron y buscaron el oro de Juan, lo encontraron y se lo robaron. En vano Juan buscó su oro y tuvo que volver a su tierra tan pobre como cuando llegó. Por eso la quebrada se llama Juan Pobre.

Otra versión señala que un grupo de chilenos perseguía a un hombre que vivía en esa zona porque les dijeron que tenía oro que extraía del lugar. Los maleantes lo siguieron para saber de dónde sacaba el metal dorado, cuando lograron atraparlo, el hombre, que era sordo, lo único que pudo balbucear era “Juan pobre, Juan pobre”. Los delincuentes terminaron matando al pobre Juan.

La piedra que habla

“Todo esto fue lecho marino”, es lo primero que suele decir Domingo Castro, el propietario y guía del Museo Einstein, ubicado en uno de los túneles de la Quebrada de Zonda. De eso, hace millones de años, es por eso que en esos cerros se encontraron caracoles petrificados y otros fósiles.

Efectivamente, la zona estuvo ocupada desde los comienzos de la Era Paleozoica (hace 542 millones de años) por el antiguo océano Pacífico, llamado mar Iapetus.

Todo este conjunto de cerros y cordones se considera Precordillera y éste cerro en particular es parte del Conjunto Central que comienza al norte de la Sierra Yerba Loca y continúa en dirección sur en los cerros Alumbre y Blanco y Sierra de la Invernada, hasta llegar al valle transversal del río San Juan.

Estas serranías son mucho más antiguas que los Andes (del Cuaternario), se formaron en el Paleozoico y por su antigüedad están fuertemente erosionadas. Su vegetación es xerófila, es decir que está principalmente compuesta por matorrales bajos, cardones, algarrobos, retamas y jarillas.

La Quebrada Juan Pobre ofrece un recorrido en el que uno se siente abrazado por la montaña y se regresa con el alma pletórica de imágenes  inolvidables.

(Fuente: Nota publicada en la revista Destino San Juan)

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