Esta
carroza que muestra la foto es la que trasladó los restos de Carlos Gardel que
fueron repatriados en 1936.
Fue
adquirida por don José Gonzáles Amaya, propietario de Cochería San José,
aproximadamente en 1940, en uno de sus periódicos viajes a Buenos Aires.
La
compró a una cochería francesa de nombre “Perisse y La Fue”. A San Juan fue
transportada en ferrocarril, siendo utilizada en especiales ocasiones, como en
el entierro de ex-gobernadores, tales como Aldo Cantoni y don Juan Maurín. La
carroza era tirada por ocho caballos. En los sepelios era necesario que tomaran
la delantera empleados de la cochería para elevar los cables de la calle con
unos palos, esto era por su enorme altura.
Cuenta
la historia que tras ser trasladado desde Colombia, el sepelio y entierro de
Gardel fue uno de los más masivos de la historia argentina.
El
6 de febrero, a las 10 de la mañana, comenzó el lento viaje de la carroza
fúnebre con los restos de Gardel desde el Luna Park hacia el Cementerio del
Oeste (actualmente Cementerio de la Chacarita). Mientras el cortejo avanzaba
por la calle Corrientes, la devoción popular por Gardel se pudo comprobar por
la enorme cantidad de personas que se dieron cita para ver pasar por última vez
al ídolo. Las veredas estaban repletas a ambos lados y en más de una ocasión,
durante la marcha, tuvieron que intervenir los agentes de seguridad ante multitudes
de personas que querían apoderarse del féretro y llevarlo a mano hasta el
cementerio. Al llegar a la zona del Abasto, el barrio donde comenzó a cantar
Gardel, se produjeron escenas de hondo sentimiento.
Cerca
de Triunvirato y Malabia, un grupo de jóvenes, cantando canciones de Gardel,
desengancharon la carroza en un intento por seguir llevándola a mano.
La policía tuvo que actuar nuevamente para disuadirlos, reenganchar los
caballos y retomar la marcha. Una multitud de gente esperaba los restos de Gardel
en el cementerio en el momento que llegó la carroza acompañada a su vez por
varias cuadras de personas que la seguían. Solo unos pocos pudieron estar cerca
del último homenaje, ya que la multitud desbordaba el cementerio y fue
imposible acercarse al Panteón de Artistas, donde fue sepultado el féretro de
Gardel.
Fuente: Publicado en Nuevo Mundo, edición 891 del 20 de marzo de 2024