La Casa de Fray Justo


 

Esta era la casa natal de Fray Justo Santa María de Oro, tal como se conservaba a principios del siglo XX. Tío segundo de Domingo Faustino Sarmiento el futuro fraile nació el 30 de julio de 1772 y tuvo un rol muy importante en el proceso de la independencia al defender la forma republicana de gobierno cuando otros próceres dudaban si no era mejor continuar como parte del reino de España. “Hay que consultar a los pueblos”, sostuvo el sacerdote, hombre muy ligado a la causa patria quien fue elegido diputado por la provincia de San Juan en el Congreso del 9 de julio de 1816.

En esta casa funcionó El Colegio del Pensionado de Señoritas de Santa Rosa, concebido por Fray Justo, dirigido por Domingo Faustino Sarmiento, teniendo como rectora a doña María del Tránsito de Oro de Rodríguez – hermana del primer obispo de Cuyo- y como maestras a Vicenta Bienvenida Sarmiento, Procesa del Carmen Sarmiento de Lenoir y María del Rosario Sarmiento, hermanas de Domingo Faustino.  El objetivo básico de sus inspiradores era transformar la vida de la sociedad, cimentando la educación femenina. Fue el primer intento de acercar la educación secundaria a la mujer y debió interrumpirse a fines de 1840 cuando Sarmiento tuvo que exiliarse en Chile. Pero reabrió sus puertas el 1 de abril de 1851. En un primer momento, Fray Justo había decidido destinar esta casa a servir de monasterio a las monjas de Santa Rosa.
Fray Justo falleció el 19 de octubre de 1836.
(Foto perteneciente a la colección de Mafalda Guerrero publicada en El San Juan que Ud no conoció, de Juan Carlos Bataller)

 


Fuente: Publicado en Nuevo Mundoedición 930 del 20 de mayo de 2024

 

 

 

GALERIA MULTIMEDIA
La casa de Fray Justo. En esta casa nació en 1772, cuando todavía estas tierras eran de Chile, Fray Justo Santa María de Oro. En ella funciona el colegio Santa Rosa de Lima. (Foto proporcionada por Pablo Batista de Optica Birle y fue publicada en el libro El San Juan que ud. No conoció, de Juan Carlos Bataller)
libreta de apuntes casa de fray justo juan carlos bataller