Los cazadores de la Cultura Fortuna constituyen la población humana más antigua localizada en lo que hoy es San Juan. Sus restos fueron hallados en las zonas de La Fortuna y Los Morrillos, en la Cordillera de Ansilta, Calingasta. También se los ubicó en las actuales localidades de Bauchaceta, San Guillermo, Gualcamayo, Talacasto, Ullum, Cerro de Valdivia y La Huerta, entre otras.
Vivían de la recolección de frutos de algarrobo, semillas y raíces de cactus, así como de huevos de ñandú. Cazaban guanacos y avestruces. Fabricaban para ello puntas de dardos y lanzas, cuchillos y otros instrumentos de piedra.
No vivían en un lugar fijo, sino que se movían estacionalmente de acuerdo con los movimientos de sus presas de caza, por los valles cordilleranos y las márgenes de grandes lagos que ocupaban por entonces algunos de los valles precordilleranos. Cuando cambiaron las condiciones climáticas, los grandes lagos precordilleranos comenzaron a evaporarse y estos grupos humanos debieron buscar otro lugar donde instalarse.
(Fuente: Manual de Historia Fundación Bataller)