
De la pluma del doctor César Quiroga Salcedo
“…Será conveniente, por otro lado, dejar la clasificación para los especialistas e inventar un nombre más común para el público menos avezado? O sea, y en definitiva, en qué consiste la eroticidad.
Si analizamos
cuidadosamente estas piezas encontraremos que son relativamente pocas las
adivinanzas que tienen como solución lo relativo a las pudendas. Y la gran
mayoría de ellas tiene sólo un único término que podría impedirle su entrada a
los salones, o interponer su reprobación didáctica. Es el caso de:
1. Pica con el piquito,
rempuja con el culito.
2. Flor blanca,
flor morada,
debajo de la pollera
esta la bolada,
Constituidas con ingredientes casi infantiles o leves. Pero hay otro grupo que
incluso carece de esa palabreja intimidante pero que nos lanza de lleno a otro
problema. Veamos algunos casos:
3. Larga y hedionda.
4. Un pedazo de carne viva
que a media noche se estira.
5. Una niña hermosa y buena
teniendo lo suyo sano
consintió que le metieran
un duro y dos colgando.
¿Es el léxico o son las imágenes suscitadas las que provocan el enfrentamiento?
Las imágenes, sin duda. Y yo me pregunto: ¿es que son tan obscenas estas
imágenes como para provocar tan grave rechazo social, cerrarles las puertas en
las narices y mantener prendido el televisor? Lo que ocurre es que en estas
piezas no existe una sola imagen sino dos, a veces yuxtapuestas, a veces
superpuestas, a veces divergentes. Veamos el caso de:
6. Viene de Lima,
viene limando,
abrí las piernas
que te van tocando.
(*) Directora del Instituto de
Investigaciones Lingüísticas y Filológicas Manuel Alvar (INILFI) de la FFHA de
la UNSJ. Miembro de la Academia Argentina de Letras
Fuente: Publicado en La
Pericana edición 401 del 7 de julio de 2024