El
caso Loan que tanta repercusión ha tenido en los últimos tiempos, no es la
única extraña desaparición de niños en nuestro país.
San
Juan vivió un caso similar cuando el niño Ricardo
Matías “Yiyo” Villafañe de 7 años fue robado el 23 de octubre de 1997 en la
Villa Hipódromo, en Rawson. Aunque se
atrapó a los responsables de haberlo robado y luego vendido, sigue siendo uh
misterio cuál fue la suerte del niño que, si hoy vive, tendría 34 años.
El
llamado Caso Yiyo es una demostración cabal de lo que era el accionar lento,
pesado, indolente, de la justicia y la policía en aquel tiempo.
El
robo y venta de Yiyo se produjo cuando su madre, Liliana Gamboa, fue a visitar
a su pareja que estaba detenido en el Penal de Chimbas. Antes, dejó al cuidado del niño a una vecina
que vivía a seis cuadras de su casa.
Según
las crónicas de la época, la vecina se llamaba Mercedes González, conocida como
la Piri, “la curandera de la Villa Hipódromo”. Esta mujer, junto a tres
cómplices fueron los que sustrajeron al niño y lo llevaron hasta una esquina de
un abandonado frigorífico de la zona, en que el menor fue entregado a dos
mujeres mayores. Esa fue la última vez que se lo vio con vida a Yiyo.
Eso
es lo que investigó tarde la Justicia.
Cuando
la madre de Yiyo vuelve a las seis de la tarde a buscar a su hijo a la casa de
la Piri, se encuentra con la noticia de que el niño había desaparecido luego de
salir a jugar, según los dichos de su vecina. Lo buscó por unas horas por la
zona y al no encontrarlo hizo la denuncia en la Seccional 24 de la Policía.
Contaba
en su momento el periodista Omar Garade que “la verdad es que la policía no
hizo nada en ese momento. No hizo ninguna búsqueda, ningún “operativo cerrojo”
con otras provincias, ni avisó a otras policías para que estuvieran atentos a
un niño de las características de Yiyo.
A
los cuatro días de que un juez presionara a los efectivos de la comisaría 24,
recién los policías salieron a preguntar por él. La madre, cansada de la
inacción de los uniformados, había llevado su denuncia a la justicia y fue
desde allí que se empujó la investigación. Ya era tarde, ya habían pasado
cuatro días, y los ladrones del menor ya lo habrían podido sacar hasta del país
si hubieran querido.
La
noticia tardó mucho en darse a conocer a la opinión pública. Recién a más dos
semanas de lo que se creía la desaparición de “Yiyo”, Liliana Gamboa salió a
pedir por él.
Tras
muchas investigaciones, declaraciones, mentiras, medias verdades y
complicidades se logró saber cómo fue el operativo y quienes los protagonistas.
Hasta hubo sentencias y cárceles para algunos de ellos.
Pero
nunca se llegó a saber qué pasó con el niño.
Una
historia de otros tiempos pero que el Caso Loan actualiza con todo su
dramatismo.
Fuente: Publicado en Nuevo Mundo, edición
1048 del 7 de noviembre de 2024
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