Gonzalo "Chalo" Molina, nacido el 5 de mayo de 1995 en San Juan, Argentina, es uno de los mayores referentes del BMX nacional. Desde muy pequeño demostró una habilidad excepcional en este deporte; comenzó a andar en bicicleta sin rueditas a los dos años y a competir a los cinco, inspirado por su padre, quien practicaba ciclismo, y sus hermanos, quienes también competían. Actualmente, está listo para su segunda participación olímpica en los Juegos de París 2024, con la meta de hacer historia y llevar una medalla a Argentina.
Molina debutó en los Juegos Olímpicos de Río 2016, donde finalizó en sexto lugar y obtuvo un diploma olímpico, convirtiéndose en el primer argentino en BMX Racing en competir en una cita olímpica. Sin embargo, su camino no ha sido fácil. Tras perderse los Juegos de Tokio 2020, trabajó arduamente para regresar a la competencia olímpica. Este esfuerzo rindió frutos cuando, en 2024, logró clasificar nuevamente al quedar octavo en el ranking mundial de BMX.
El BMX ingresó al programa olímpico en 2008, y desde entonces ha ganado popularidad. Molina, que empezó a competir profesionalmente en 2010 tras su primera competencia internacional en Chile, ha representado a Argentina en múltiples eventos, acumulando experiencia a nivel mundial. En sus primeros años de carrera, aún siendo estudiante, compitió en Estados Unidos y Chile. En cuanto terminó la secundaria, se unió a la Selección Argentina de BMX y desde entonces ha dedicado su vida a este deporte.
Para París 2024, Molina ha intensificado su preparación, enfocándose en mejorar tanto su técnica como su fortaleza mental. Este nivel de preparación es clave para enfrentar la alta exigencia de una competencia olímpica y alcanzar su máximo rendimiento. “Es un orgullo y un honor inmenso representar a mi país. Vamos a darlo todo”, expresó en una entrevista reciente.
A lo largo de su carrera, Molina ha hecho muchos sacrificios, como decir "no" a fiestas y alcohol para poder mantener un rendimiento óptimo. También ha tenido que lidiar con obstáculos relacionados con federaciones y organizaciones deportivas, logrando hacerse escuchar y defender sus ideas cuando consideró que había injusticias.
Molina siempre ha contado con el apoyo incondicional de su familia, quienes lo han acompañado tanto emocional como económicamente. Desde que comenzó a competir, su familia lo ha alentado y mantenido el contacto constante, especialmente cuando compite en el extranjero. Actualmente, disfruta compartir momentos con su pareja y su hijo, y encuentra alegría en entrenar y pasar tiempo con amigos.
Molina lleva en su muñeca un tatuaje de los anillos olímpicos y la inscripción "Río 2016", un recordatorio de su primera experiencia olímpica. Para él, el BMX es mucho más que un deporte; le ha brindado amistades, experiencias únicas y la oportunidad de conocer múltiples culturas alrededor del mundo. Su pasión lo sigue guiando en cada competencia, y su objetivo en París 2024 es dar lo mejor de sí, con la esperanza de obtener una medalla y consolidarse como un referente histórico del BMX en Argentina.