Nosotros, los de Allpa-Shulca,
los de Angualasto y Tud-Cum,
los Huaco y Guañizuil,
no tenemos más riqueza
que un limpio cielo de añil,
una vaca en la dehesa,
un torito acorralau
Y aquella noble tristeza
que desciede del nevau...
De noche en la montaña
encendemos un fogón,
por beber y reir
y entonar una canción.
Nosotros sufrimos,
pero cantamos:
de los días que venimos,
a la noche hacia que vamos...
Las albas entre los cerro,
Son un prodigio de luz
oro y nieve en arrebol,
milagro de Dios eterno
y ardientes glorias del sol.
Y un arroyito materno
de la tierra hace surgir
la aventura de un fraterno,
cristiano y maso vivir.
Letra: Buenaventura Luna
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