Era usted la rosa de las madrugadas
la que de mis ojos no se percató,
la paloma ausente que cuando pasaba
dejaba en el aire clavad una flor.
Era noche en vela de cuantos la hallaran
por alguna calle mojada de sol,
era confidente de alguna guitarra
tonada en el filo de mi corazón.
No le dije nunca esas cosas,
con su indiferencia me ató,
ahora que retorna a mi vida
voy a confesarle mi amor.
II
Era usted el rumbo de las tardecitas
mi secreta lágrima mi inspiración
cuan cercana estaba de mis melodías
y que inalcanzable era su canción.
Cuantas veces, sabe, le robé las manos
en algún rasguido de mi corazón,
buscan el misterio de su amor lejano
por todos los rumbos de la ensoñación.
No le dije nunca, esas cosas ...
III
Para usted, cuyano, cantamos tonada,
por usted ponemos todo el corazón
y en la confidencia de nuestras guitarras
con usted vibramos desde el diapasón.
De San Juan el canto, de San Juan el cielo
que nos ha hermanado desde la canción,
de Cuyo el cogollo surcando los sueños
por eso anidamos la misma emoción.
No le dije nunca, esas cosas ...
Letra y música: Raúl de la Torre
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