Apellidos de la letra M
Héctor "Toto" Muñoz. Un puntano al que San Juan cautivó
Héctor “Toto” Muñoz Daract es un reconocido arquitecto de la provincia. Aunque hoy todos lo consideran como un sanjuanino más, sus orígenes son puntanos y llegó a San Juan en los sesenta para estudiar arquitectura. La provincia lo cautivó y decidió hacer de esta su tierra, donde ha trabajado en importantes proyectos. Su familia materna, Daract, es una de las más tradicionales de San Luis y entre sus antepasados se encuentra el primer gobernador constitucional.
En 1967, fue la primera vez que el apellido Daract se registró en la provincia. Ese año, Héctor Muñoz Daract se inscribió en la Facultad de Ingeniería y Arquitectura, que en esa época dependía de la Universidad Nacional de Cuyo, para estudiar Arquitectura.
Tenía casi veinte años y venía desde San Luis, donde vivía con sus padres: Rosa del Rosario Daract y Juan Domingo Muñoz y sus dos hermanos: Juan Antonio y Stella Maris. Su madre era docente y su padre comerciante.
Cuando arribó a la provincia quedó cautivado por el sol sanjuanino, le atraía la Avenida Rawson, le parecía mágica, era lo más europeo que había visto, además de la limpieza y el orden que durante varios años caracterizaron a la ciudad.
Mientras estaba en el segundo año de la carrera empezó a trabajar para Estudio Cinco, de los arquitectos Ernesto Campodónico y Carlos Díaz Cano. Cuenta que comenzó trabajando de limpiaplumas y que un año antes de recibirse ya era socio de los profesionales. Ese trabajo le permitió tener no solo un soporte económico sino también ir ganando experiencia en lo que iba a ser su campo de trabajo.
La familia Muñoz Correa
Cada tanto, el estudiante volvía a San Luis a visitar a su familia y en uno de esos viajes conoció a quien se convertiría en su compañera de toda la vida, Adriana del Carmen Correa Vargas, puntana y vecina de su casa paterna. Se casaron en 1975 y como él todavía trabajaba en el estudio de arquitectos, cuando ella tenía solo diecinueve años, se vinieron juntos a San Juan para quedarse definitivamente y formar su familia. Todavía recuerda cómo fue ese mediodía que los recibió, para él inolvidable, con el típico zonda caliente y con tierra, que había espantado a la gente de las calles. Toto dice que otra de las cosas que lo convenció para quedarse acá es que resulta muy lindo iniciar un proyecto de a dos, más ellos que estaban a 400 kilómetros de distancia de sus familias, con libertad para cumplir sus sueños de jóvenes.
En la provincia nacieron los dos hijos de Héctor y Adriana: Juan Facundo y María Julia Muñoz Correa, en 1976 y 1978. El primero es piloto de Aerolíneas Argentinas, por su trabajo reside en Buenos Aires y cada vez que puede vivista San Juan y Julia es guía universitaria de Turismo, vivió algunos años en San Martín de los Andes y ahora administra el estudio de Héctor. Adriana es propietaria de “La Concepción Correa” Paisaje & Dulces Caseros, en Zonda.
“Toto”, como le dicen sus seres queridos y cómo también es conocido en el ámbito profesional, cuenta que se ensambló de manera perfecta en San Juan, aquí se siente en su lugar. Si tiene que verlo a la distancia, lo conmueve, algo que ya no le sucede con su tierra de origen. Ha trabajado en importantes proyectos arquitectónicos, entre otros, en la remodelación de la plaza departamental de Pocito, de la plaza Bolaños de Rawson, del oratorio de Ceferino Namuncurá, en San Martín. Aparte, fue Ministro de Desarrollo Humano, Secretario General de la Gobernación y candidato a intendente por la Capital. Hoy sigue trabajando desde el estudio Muñoz Daract y Gargantini Arquitectos.
Un apellido con orígenes antiguos
El segundo apellido del arquitecto, Daract, tiene orígenes muy antiguos. Proviene de una de las provincias del país vasco que, en la actualidad, es territorio francés: Bayonne y sus más antiguas referencias lo ubican cerca del 1770. El apellido original fue Darrac y al ingresar en Argentina, a comienzos de 1800, los registros del país lo transformaron en Daract.
De la familia en Europa solo se sabe que María Antonia Darrac y Jepson fue la madre del destacado poeta y militar don Francisco Laiglesia y Darrac (1771 – 1852) y familiar de Don José Darrac, quien llegó a tierras puntanas a fines del siglo XVIII. José Daract aparece en los archivos de esa provincia en 1787 como ciudadano afincado, al comprar un lote urbano donde construyó su casa.
Un Daract, el primer gobernador constitucional
Viudo en su primer matrimonio con Ilaria Ojeda, sin tener hijos, José Daract se casó en segundas nupcias con María Antonia Vilkes O Connors, descendiente de una familia hispano irlandesa. Tuvieron once hijos y uno de ellos fue Justo Daract, que nació en 1804. Fue gobernador provisional antes de la Constitución de 1853 y luego fue votado por el pueblo para ser el primer mandatario constitucional. Entre las obras más destacadas ejecutadas durante sus gobiernos todavía se pueden visitar dos iconos patrimoniales: la Casa de Gobierno y la Iglesia Catedral de San Luis.
Además, Inocencia, una de las cuatro hermanas de Justo, fue la novia comprometida del máximo héroe puntano: el Coronel Juan Pascual Pringles, a quien mataron en 1831, a los 35 años. Otro de los hermanos, Pascual Daract, participó en la revolución unitaria de 1840. Fue perseguido y herido en Valle Fértil cuando escapaba a Chile y asesinado en San Juan. Además, Alejo Daract, luchó en las invasiones inglesas y participó en la Reconquista de Buenos Aires.
La familia Muñoz Daract
Pasaron varias generaciones hasta que en 1912 nació, en la localidad puntana de Quines, la madre de Héctor Muñoz, Rosa del Rosario. Era hija de don Justo Romualdo Daract y de doña María Beatriz Rivarola, pintora acuarelista por vocación. Ella y su hermano, José Roberto, quedaron huérfanos siendo chicos y no tuvieron un hogar fijo.
El padre del arquitecto, Juan Muñoz Quiroga, nació en 1908. Era el tercero de los nueve hijos de la familia Muñoz Quiroga, oriunda de San Francisco del Monte. Fue criado bajo la rígida cultura del trabajo y el esfuerzo en torno a una economía familiar conducida por don Tomas Muñoz Lucero y doña Aurelia Quiroga, ambos de sangre criolla. De los tres hijos que tuvo el matrimonio, solo Héctor fue registrado con los dos apellidos, el paterno y el materno.
