Industria
Carmona, dueños de una empresa emblemática de San Juan
Gustavo Carmona,hombre de trabajo y convicciones, tenía dos obsesiones: su familia y Andina. En los dos casos tuvo éxito.Vivió hasta los 74 años y, según el relato de una de sus hijas, entregó su vida luego de la repentina pérdida de lo más preciado que tenía: su esposa. Hombre de trabajo y convicciones, compró Electrometalúrgica Andina, una de las empresas emblemáticas de San Juan. Sus hijos son los dueños de la empresa que levantó con sus manos. Nota publicada en Diario de Cuyo en 2010
Gustavo Roberto Carmona conoció a su esposa Hilda Lidia Cortez de Carmona, cuando ambos eran muy jóvenes. Él tenía 17 años y ella 16. "Los presentó una compañera de escuela", cuenta entusiasta Patricia, una de las hijas del empresario. "Había muerto mi abuela paterna y mi papá estaba muy mal, porque su madre era todo para él. Ella fue a consolarlo y ahí se conocieron, no se separaron nunca más", sigue relatando Patricia sin que nada en el mundo pueda distraerla de la tarea.
Era la década del 60 y ya casados, lo contratan para construir el aeropuerto de Río Gallegos y ahí es cuando deciden irse de San Juan. Se establecieron en Buenos Aires, donde dieron educación y trabajo a sus 4 hijos, Alicia, Patricia, Roberto y José Luis. Fue empleado de la empresa Viarco y para ellos hizo consultoría en Uruguay. Cuando realizaba esa tarea fue convocado para ser subsecretario de Obras Públicas de la Nación y luego Administrador de Vialidad Nacional. "Hizo muchos caminos y estaba obsesionado con la ruta 40, porque decía que los caminos eran la única forma de dar progreso a los pueblos", afirma Patricia. "Le ofrecieron muchas veces ser candidato a gobernador de San Juan, pero nunca aceptó porque su obsesión era la empresa y su familia", agrega orgullosa su segunda hija mayor.
En 1982 Carmona adquiere Andina junto a su amigo Mario Pizzi, quién era gerente general de la empresa cuando pertenecía a capitales franceses. Los propietarios intentan venderla a un grupo inglés, pero el conflicto bélico por Malvinas, frena la operación. Finalmente, Pizzi ofrece el negocio a Carmona y entre ambos compran Electrometalúrgica Andina. Pasan los años y Carmona termina haciéndose totalmente de la empresa que hoy es manejada por sus hijos. La manejó con entusiasmo hasta que un mal día de verano de 2005, su esposa Hila sufre un repentino ataque cardíaco y muere. "Lo de mamá pudo más que cualquier cosa y a los meses, en julio de 2006, muere después de un accidente cerebro vascular", dice su hija. Al finalizar su vida, su entorno pudo evaluar que sus obsesiones se cuidaron: su familia está unida y la empresa en manos de Alicia y Patricia su actual presidente.
