Es una de las familias más tradicionales de Pocito, especialmente conocida por haber sido cuna de folcloristas durante varias generaciones. La vocación familiar por la música comenzó con un arriero, Idelfonso y quien la continuó su hijo, Raúl, que se hizo muy amigo de los Quilla Huasi y en su casona recibió a importantes artistas nacionales. Sus hijos Pinono, Guri y Osvaldo integraron el grupo los Gajos de Oro y años más tarde los hijos de uno de esos hermanos formaron Los Gajos de Pinono.
La tradición de los Oro en el folclore comienza en Pocito, entre quienes transportaban animales o mercadería a lomo de mula. Idelfonso Oro, que es el tatarabuelo de las nuevas generaciones, era arriero. Pasaba mucho tiempo lejos de su casa pero gracias a eso podía hacer buen dinero.
Cuando viajaba, cada vez que paraba con sus acompañantes para acampar, aparecía una guitarra.
En Pocito, Idelfonso construyó una casona para la familia, no se sabe precisamente en qué año, pero fue entre mediados y fines del siglo XIX. En esa época el edificio, que todavía se puede ver en Calle 10 antes de Mendoza, era uno de los más lujosos que había en el departamento.
El pocitano estaba casado con Rosalía Sosa y tenía doce hijos. En esa casa que levantó, uno de
sus hijos menores, Raúl, comenzó a construir una importante historia en el folclore.
. Fue administrador del Banco Hipotecario, Juez de Paz de Pocito y Jefe de Aforo de la Dirección General de Rentas. Él se hizo muy amigo de Los Cantores de Quilla Huasi y por eso recibía importantes artistas en su casa. No siempre eran reuniones planificadas. Muchas veces, sin aviso previo, desde afuera de la casa se escuchaba las palmas de alguien que llamaba. Raúl salía a atender, su esposa partía hacia la cocina y en pocos minutos estaba todo preparado.
Una mañana se presentó en la casa un hombre que venía en un Citroën. “Vengo por los changos (Los Quilla Huasi) y me han dado esta dirección, soy Atahualpa”. Así se presentó Atahualpa Yupanqui, que estuvo toda la tarde con la familia. Cada vez que alguien importante visitaba la provincia, no dejaba de pasar por la casona de don Raúl Oro, también llegaron Adolfo Verón, Alfredo Barbieri y hasta un plantel de River.
Ese gusto por la música fue el que conocieron los once hijos de Raúl, que se casó con Herminia Molins. Dos fallecieron siendo chicos. De los nueve que quedaron, la mayor era Rosalía Nélida y le seguían César Alfonso “Pinono”; Rosa María “Negra”, Jorge Ricardo “Coco”; Alicia Virginia “Beba”, Selfa Catalina, Víctor Manuel “Gurí”, Ana María y Osvaldo Raúl.
Los hijos de Raúl Oro nacieron y crecieron con la música. Desde chicos aprendían a tocar la guitarra y cantar y en vez de jugar preferían quedarse alrededor de la mesa, escuchando a los músicos que visitaban la casona. Es que no estaban en un lugar cualquiera. Durante esos años, Pocito dio valiosos artistas a la provincia. De allí salieron Bebe Flores, el dúo Mínguez Barboza, los Inti Huama y cualquier sitio se convertía en un espacio para una tonada, una cueca o una serenata.
Estaban acostumbrados al folclore, a estar en contacto con sus figuras pero los primeros Oro que comenzaron a presentarse formalmente fueron los hermanos Víctor Manuel “Gurí” y Osvaldo. Empezaron a cantar en 1969 como los Hermanos Oro hasta que, en 1972, Oscar “Cacho” Valles
los bautizó como los Gajos de Oro. A fines de los ochenta se sumó a ellos su hermano Pinono,
que se había jubilado. Los tres cantaron juntos hasta que en 1994 falleció César. Los dos que
quedaron, que fueron el dúo original, siguieron actuando hasta poco antes de que muriera Gurí, en 2008.
Ninguno de los tres hermanos se dedicaba exclusivamente a la música. Osvaldo, que es el único que está vivo, también es humorista y técnico electromecánico, trabajó muchos años haciendo el mantenimiento electrónico en Banco Nación. Gurí trabajó como empleado administrativo de la fábrica Loma Negra y luego en Agua y Energía de la provincia. Por último, Pinono trabajó en la administración del Taller del Estado y luego en el casino, donde fue crupier. En ese mismo lugar sus hermanos eran cantantes estables en la parte de espectáculos.
Los hermanos Oro Molins tuvieron varios hijos y algunos de ellos han compartido su pasión por el folclore y otros estilos musicales.
» Osvaldo tuvo cinco hijos:
Raúl, que tiene un servicio de lunch y es padre de Sofía, Carolina, Facundo y Marcos.
El segundo es Nicolás Ariel, que es gerente general de ATA y tiene cuatro hijos: Candela, que canta; Juan Manuel, que toca la guitarra y el bajo; Danilo, que toca la guitarra y la batería y Ana Milagros.
El tercero es Víctor Osvaldo y le sigue Vanina Mercedes, que es ama de casa y madre de Agustín Guevara.
La menor de los hijos de Osvaldo es Elizabeth Noelia, que es empleada de comercio.
» Pinono tuvo tres hijos, que integraron el grupo Gajos de Pinono.
El mayor es César, que es abogado y padre de Delfina y Valentina.
El segundo es Eduardo, que trabaja en el Ministerio de Turismo y Cultura de la provincia y tiene tres hijos: Milagros, Manuel, que actúa junto a los Gajos de Pinono y Matías.
El menor es Darío, que tiene una empresa constructora y es padre de Wanda, Celeste y Alma.
» Víctor Manuel tuvo cinco hijas.
La mayor, Bárbara es comerciante en Jáchal, le sigue Noemí, que tiene una casa de comidas; Laura que es abogada; Romina, que es ama de casa y María Alejandra.
Los primos Oro, nietos de Raúl, también compartieron el gusto de sus padres por el folclore. Incluso cuando sus abuelos ya no estaban, participaban de las tradicionales reuniones improvisadas, de las diferentes fiestas familiares, cantando y con sus guitarras.
Tres nietos de Raúl se ocuparon de asegurar el legado de su abuelo: los hijos de Pinono, César, Eduardo y Darío, en 1989 una pariente, que era maestra de música, los invitó a cantar en una peña de la escuela en la que trabajaba. En esa época el mayor tenía 18 y el menor 13 años. Por primera vez actuaron los tres juntos y desde entonces decidieron seguir cantando. Guiados por su padrino artístico, Pelufo Barboza, participaron en diferentes festivales de Cuyo y en 2005 un nuevo miembro se sumó al grupo. Con sólo dos años Manuel, hijo de Eduardo, sorprendió al público con su talento y empezó a presentarse con ellos.