Una familia que desplegó pinceladas de arte en sus tres generaciones, además de estar directamente vinculada con el rubro inmobiliario.
La vida pública de los Pérez Olivera está signada por los múltiples matices que tuvo don Rogelio, hacedor y eje troncal de una familia que en 100 años desplegó pinceladas de arte en sus tres generaciones, pero que para gran parte de los sanjuaninos está directamente vinculada con el rubro inmobiliario desde hace más de 50 años.
Los padres de don Rogelio se asentaron en Mendoza y explotaron un aserradero que proveía a los alemanes de madera a principios del siglo XX y lo hicieron inclusive hasta la Primera Guerra Mundial (1914). Con sólo 11 años y ante la inesperada muerte de su padre, se traslada a San Juan y se aferra a un trabajo muy común para la época, el de vendedor ambulante y como resalta su hijo Eliseo, fue un autodidacta que se formó en la "universidad de la calle".
Lector empedernido, dedicó su tiempo libre a la literatura e incluso en su apogeo plasmó sus poesías en libros, y como pocos conocen fue aficionado al boxeo donde también desplegó con "uppercuts" y "cross" sus habilidades pugilísticas.
La pincelada artística que cultivó Don Rogelio fue absorbida por al menos 5 de sus 7 hijos. Se casó en 1934 con Elsa De Sanctis y allí nacieron Rogelio, Hugo, Leonardo y Elsa. De su segundo matrimonio en 1944 con María Inés Hidalgo, la familia se agrandó y llegaron al mundo Eliseo, María Inés y Beatriz.
De los hijos, Rogelio (fallecido) fue un aficionado cantante melódico que se animó sólo entre casa a mostrar sus dotes vocales. Elsa (fallecida) incursionó en la poesía, Hugo es un reconocido artista plástico y músico que reside en Bolivia y María Inés tiene una escuela de danza en San Juan.
La historia más conocida de los Pérez Olivera es la vinculada al rubro inmobiliario y se plasmó a finales de los "40 con su entonces empleado y amigo Emilio Ventura Donper. La posta de la empresa familiar luego que don Rogelio fallece en 1984 la tomó Eliseo, que incorporó a su hijo Maximiliano en el "96, para completar la tercera generación vinculada a la empresa. Los Pérez Olivera, junto a los Ventura Donper, los Olguín y los Zapata, son las familias tradicionales sanjuaninas que de la compra y venta de inmuebles forjaron parte de la rica historia provincial del siglo XX.
Fuente: Diario de Cuyo