Hay veces que la realidad supera a la ficción. Un ejemplo de ello puede ser la presencia de Leonardo Favio en San Juan, donde en algún momento vivió en una carpa y hasta se enamoró de una gitana.
Favio fue sin duda un artista integral. Fue exitoso como actor, director y también como cantante.
Su nombre real era Fuad Jorge Jury y nació en Las Catitas, Mendoza, el 28 de mayo de 1938 y murió en Buenos Aires, el 5 de noviembre de 2012. Sus películas Crónica de un niño solo y El romance del Aniceto y la Francisca han sido consideradas entre las mejores de la historia del cine argentino. Como cantante fue uno de los precursores de la balada romántica latinoamericana en las décadas de 1960 y 1970, alcanzando el éxito en toda América Latina. Entre sus canciones más populares se encuentran Fuiste mía un verano, Ella ya me olvidó, Quiero aprender de memoria, Mi tristeza es mía y nada más, Para saber cómo es la soledad (de Luis Alberto Spinetta) y Chiquillada (de José Carbajal).
Una parte sustancial de la vida de Leonardo Favio se relaciona con su adhesión y militancia en el peronismo. Resultado de ello es su película Perón, sinfonía del sentimiento (de 1999), un documental con una duración de 6 horas.
Lo que no mucha gente sabe es que este gran artista vivió en San Juan en tres momentos de su vida. Acá conoció el primer amor de su vida y hasta le dedicó una canción que siempre le palpitó en el corazón (Si vieras como sueño contigo).
La primera vez fue en 1943, cuando tenía 5 años. Según él mismo contó, vino con su madre, Laura Favio, quien era actriz de radio. Entre sus mejores recuerdos estaban los de la casa de su tía Elcira Olivera Garcés -precursora del radioteatro local- con quien vivió en la calle Gral. Acha, frente a la plaza de Trinidad.
Y fue justamente esta actividad -el radioteatro- la que lo trajo nuevamente, a los 16, ya con la compañía de su madre, actuando en Radio Graffigna. Acá vivió en una carpa gitana donde conoció a Margarita Traico, quien le conquistó el corazón.
En 1956, volvió a San Juan para actuar con la compañía de radioteatro Liliana Dávila-Leonardo Jury. Liliana era sanjuanina y lo acobijó durante un verano entero. “La familia era muy pobre, muy pobre. Tenían heladería. En esa época no existía tanta variedad de helados como ahora. Había limón, crema y chocolate. A mí me gustaba, porque además de actuar en los radioteatros, repartíamos helados subidos en una especie de sulky. Una vez me agarré un terrible empacho comiendo helado. Éramos felices. Nos pasábamos el día cantando tonadas y soñando. Yo trabajé un par de meses en esa compañía en San Juan y luego me vine a Buenos Aires”, recordó Favio en alguna oportunidad.
Si vieras cómo sueño (Vals)
Si vieras como sueño contigo,
Como lloro dormido con mi viejo
San Juan, el tiempo y la distancia
Me han herido yo ya no soy el mismo
Con mi viejo San Juan.
Como olvidar que allí crecí
Que allí viví que niño fui y por tu calle
Yo soñé el primer amor,
Se me hace ver a mi abuelita
En el portal su delantal y su temblor
Llorando al nieto que se va.
No quiero ni pensar que mi
Vida terminara algún día
Sin que pueda volver
A besar a mis seres queridos,
Mi madre, mis amigos o mi viejo San Juan.
Y correré por esas calles
Como ayer en mi niñez
Y olvidaré que un hombre soy vencido ya
Y mis amigos volverán igual que ayer
Y habrá una fiesta familiar.
En la casita del lugar.
Mamá, mamá y papá
Vendrán del brazo igual que ayer
Y juntos me reprenderán
Por tanto tiempo que tardé.
No quiero ni pensar
Que mi vida terminara algún día
Sin que pueda volver,
A besar a mis seres queridos,
Mi madre, mis amigos o mi viejo San Juan.
Y correré por esas calles
Como ayer en mi niñez
y olvidaré que un hombre soy vencido ya
Y mis amigos volverán igual que ayer
Y habrá una fiesta familiar
En la casita del lugar.
Mamá, mamá y papá vendrán
Del brazo igual que ayer
Y juntos me reprenderán por
Tanto tiempo que tardé.