Viniendo del lado de Jáchal
pasando por Albardón,
Seguro que allí te atacan
con cazuelas y buen jamón.
Y al arrimarte a Pocito,
desde lejos, sentirás,
un olorcito empanadas
que va a hacerte apresurar.
Ah sí, señor, cantando voy,
en noches de serenata,
ésta cualquier flor:
Del Albardón a Pocito.
De Pocito al Albardón.
En la noche albardonera,
meta guitarra y cantar:
verás la luna lavarse
su carita en el canal.
Y entre tonada y cogollo,
en Pocito te darán,
con el vinito paterno,
la más cálida amistad.
Ah, sí señor, cantando voy,
en noches de serenata,
ésta cuaequita flor:
Del Albardón a Pocito,
De Pocito al Albardón.
Por:
* Roberto Palmer
* Carlos A. Lastra