El 70% de las muertes súbitas se producen fuera de los hospitales y por cada minuto sin atención hay 10% menos de posibilidades de revertir el cuadro. Cómo proceder ante un paro cardiorrespiratorio.
La noticia se lee y se escucha con más frecuencia de un tiempo a esta parte: los casos de muerte súbita en el deporte parecen multiplicarse. Pero en realidad el deporte nunca es sinónimo de muerte, sino que, por el contrario, está asociado a la vida.
Lo que debe tenerse en cuenta es qué tipo de actividad física puede hacer cada uno y siempre hacerse un chequeo completo antes de comenzar una rutina de ejercicio.
Pero (porque siempre puede haber un pero) si así y todo el evento cardiovascular ocurre, saber qué hacer en ese momento, que haya desfibriladores externos automáticos (DEA) en los lugares donde se practica actividad física y personas capacitadas en reanimación cardiopulmonar (RCP) puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.
Casi como una cuestión de responsabilidad social, todos deberíamos estar capacitados en RCP. Es que, según aseguran desde la Fundación Cardiológica Argentina (FCA), tras un paro cardiorrespiratorio los primeros minutos son vitales ya que por cada minuto que la víctima pasa sin recibir maniobras de RCP pierde 10% de posibilidades de ser reanimado.
El 70% de las muertes súbitas (decesos inesperados sin síntomas previos) se producen fuera de los hospitales: en el hogar, en el trabajo, en clubes, en lugares públicos e incluso en la calle. En el caso de un paro cardíaco por fibrilación ventricular, si se aplica RCP y desfibrilación dentro de los primeros 3 minutos, las posibilidades de llegar con vida a un hospital se acercan al 75%.
En ese sentido, Infobae consultó al médico cardiólogo Roberto Peidro (MN 43697), vicepresidente segundo de la FCA, sobre la importancia de contar con este equipamiento en los gimnasios y centros de estética donde se realiza algún tipo de actividad física.
"En los lugares deportivos las personas hacen ejercicio que genera una sobrecarga al aparato cardiovascular, y en personas predispuestas esa sobrecarga puede llevar a sufrir una arritmia y desencadenar un episodio de muerte súbita; teniendo gente cerca que sepa cómo actuar y un DEA, puede salvarse la vida", destacó el especialista.
Un DEA es un aparato portátil con la capacidad de detectar la fibrilación ventricular y administrar un choque eléctrico que es la única forma de cortar esta arritmia y hacer que el corazón vuelva a latir normalmente. Pero para poder usarlo correctamente, se debe hacer un curso de RCP y conocer el procedimiento de muerte súbita.
Asimismo, si no hay un DEA en un lugar en el que ocurre un episodio de muerte súbita pero sí alguien capacitado en RCP, "se le pueden hacer a la persona maniobras de manera manual, pero antes pedir que alguien llame de inmediato a una ambulancia, porque sólo con masaje no se puede mantener al paciente con vida mucho tiempo", agregó Peidro.
"Es sumamente importante llevar tranquilidad a la población ya que el riesgo de sufrir una muerte súbita es muy bajo. De todas maneras, hacemos hincapié en la importancia de los controles médicos anuales, en todas las edades, y en el entrenamiento en RCP", afirmó el doctor Néstor Pérez Baliño, presidente de la FCA, quien insistió: "Se calcula que si la población estuviera entrenada en RCP, se podría salvar a más de la mitad de las 40 mil víctimas de muerte súbitaque se estima se producen al año en la Argentina".
En ese sentido, Peidro resaltó que al hablar de prevenir este tipo de eventos, debe hablarse de prevención primaria y secundaria.
"La primaria implica no hacer actividad física entre dos y cuatro horas después de comer, no ejercitar si se tiene alguna enfermedad aguda como gripe, angina, fiebre; si la persona fuma, no debería hacerlo dos horas antes y dos después de practicar algún deporte, ya que aumenta siete veces la probabilidad de muerte súbita; no hacer ejercicio con temperaturas superiores a 32° y hacerse siempre un chequeo médico antes de comenzar una actividad física para descartar enfermedades cardíacas", enumeró el especialista.
En tanto, la prevención secundaria es qué hacer cuando se produce una muerte súbita: "El que hizo un curso de RCP sabe distinguir entre alguien que se desmaya por una lipotimia o un evento cardiovascular. Ante la duda siempre es mejor poner el DEA y descartar una arritmia".
Es que el 85% de los casos de muerte súbita son cardíacos y, de éstos, entre el 85% y el 90% son por fibrilación ventricular. "Y es en esos casos cuando la desfibrilación hace que el corazón vuelva a latir normalmente", resaltó.
De ahí que, para finalizar, Peidro recomiende que en los gimnasios "se hagan simulacros para saber qué hacer y en cuánto tiempo se llega a la persona, ya que no deben pasar más de tres minutos".