China termina con la política del hijo único

Permite a partir de ahora que todas las parejas puedan tener dos hijos. Había flexibilizado la prohibición hace dos años. Tras décadas de denuncias de abortos selectivos y esterilizaciones masivas, la medida intenta equilibrar la tasa de natalidad entre hombre y mujeres.

En una decisión histórica, China anunció hoy el fin de la política del hijo único y autorizará a partir de ahora a todas las parejas a tener dos, indicó un comunicado del Partido Comunista difundido por la agencia oficial Xinhua.

El anuncio llega dos años después de que el gobierno autorizara tener dos hijos a las parejas con uno de sus miembros que también sea hijo único. El objetivo es corregir el desequilibrio entre hombres y mujeres y frenar el envejecimiento de la población. La comunidad internacional y organizaciones de derechos humanos han criticado durante décadas al gobierno chino por, entre otras cuestiones, los abusos en la política del hijo único (abortos y esterilizaciones forzosas).

La reforma, anunciada en el mismo día en el que el régimen comunista aprueba su XIII Plan Quinquenal para el período 2016-2020, supone un paso más en la relajación de las estrictas políticas demográficas, que comenzó en 2013 cuando se amplió el número de excepciones en las que un matrimonio podía tener un segundo hijo. Tras esa flexibilización el año pasado se anunció que el país esperaba la llegada de dos millones de bebés más por año.

Una polémica restricción

El reformista Deng Xiaoping introdujo en 1978 una medida radical para terminar con la explosión demográfica china y su presión sobre el entorno. Decretó que cada pareja podía tener un único hijo , excepto las familias campesinas. Treinta años después de esa polémica ley, se calcula que el país ha evitado 400 millones de nacimientos. Algo que sobre el papel es un éxito, en realidad provocó una brutal disparidad de géneros.

Por cada 100 niñas nacen 118 niños. La explicación es sencilla: China ha valorado históricamente al varón como fuente de prosperidad para la familia, mientras la mujer era una carga que, al contraer matrimonio, desaparecía para formar parte de la familia del marido. Eso, aplicado a la política del hijo único, significaba (y aún hoy significa) que tener una hija pone en peligro el sustento económico de los padres una vez que se hagan mayores, ya que nadie cuidará de ellos.

Esto provocó en todos estos años una escalada de abortos selectivos y abandonos de niñas en las calles para evitar ser registradas.

GALERIA MULTIMEDIA
China termina con la política del hijo único