Domingo Faustino Sarmiento, su vida y obras



Un niño llamado Faustino Valentín

En una casa ubicada en el antiguo barrio del Carrascal comenzó esta historia. Allí nació Faustino Valentín Sarmiento -luego le antepusieron “Domingo” en honor del Santo protector de su familia-, el 15 de febrero de 1811. Era hijo de José Clemente Sarmiento Funes y Paula Albarracín, quienes tuvieron 15 hijos de los cuales sólo vivieron 6.






Un padre arriero y soldado

Su padre, José Clemente Sarmiento Funes, sin oficio ni profesión, fue peón, arriero y soldado en las guerras por la Independencia. En 1812, cuando Sarmiento cumplió un año, su padre organizó una colecta en San Juan. Quería auxiliar al Ejército del Norte que, en su segunda expedición al Alto Perú (actual Bolivia), comandado por Manuel Belgrano, estaba en Tucumán. Cinco años después, acompañó a San Martín a Chile como oficial de milicias.







La madre, sostén de hogar

El sostenimiento económico de la familia recayó principalmente en su madre. Sarmiento reconoció haberse criado casi en la indigencia, a pesar de que los hermanos párrocos de su madre eran gente pudiente. Ella les ocultaba la situación. No quería depender de ellos ni de otros parientes.

En su casa había una higuera. Junto a ella instaló el telar con el que mantenía a sus hijos. Sarmiento, describe esa casa, donde vivió, en “Recuerdos de Provincia”, obra que publicó en 1850, a los 39 años.



Su educación

Fueron su tío, José Eufrasio de Quiroga Sarmiento, junto a su padre, quienes le enseñaron a leer. También influyeron en su formación sus otros tíos Domingo y José de Oro. En 1816, Sarmiento asistió a la “Escuela de la Patria” instalada en San Juan por dos maestros porteños: Ignacio y José Rodríguez. Se negó a iniciar -contra la voluntad de su madre-, una carrera religiosa. Y no obtuvo una beca para estudiar en el Colegio de Ciencias Morales, antiguo Real Colegio de San Carlos, actual Colegio Nacional de Buenos Aires. Vivió tiempos convulsionados en su provincia, y acompañó al exilio a su tío José de Oro, con quien en 1826 fundó una escuela en San Francisco del Monte, San Luis.


Vuelta a San Juan y bautismo de fuego

Volvió a San Juan en 1827. Comenzó a administrar la tienda de campo de su tía, Angela Salcedo, mientras leía las obras de grandes pensadores como Juan Jacobo Rousseau, Fray Benito Feijóo, Benjamín Franklin y Thomas Paine (inglés americanizado). En esos días, precisamente, presenció la entrada del caudillo riojano Juan Facundo Quiroga con su montonera. Durante la Guerra Civil entre las fuerzas federales del general Quiroga y el Supremo Poder Militar dirigido desde Córdoba, Sarmiento se incorporó a las fuerzas de Paz como teniente. Recibió su bautismo de fuego en Niquivil. Cuando Quiroga se impuso en Cuyo, Sarmiento se exilió en Chile en 1831.






Nace su hija Faustina

En Pocura (Chile) el 18 de julio de 1832 nació su hija Ana Faustina Sarmiento, fruto de sus amores con una alumna, María del Jesús Canto. Fue minero en Copiapó. Por entonces tomó contacto con el movimiento romántico europeo.
En 1835 se enfermó de fiebre tifoidea. Volvió a San Juan en 1836 en delicado estado de salud, con autorización -gestionada por influyentes parientes suyos-, del gobernador Nazario Benavidez (federal).





 

La creación de El Zonda

En San Juan, entre 1835 y 1840, Sarmiento creó una sociedad literaria, filial de la Asociación de Mayo fundada por Esteban Echeverría en Buenos Aires. Y, en 1839, junto con el llamado Grupo de los Cinco -Manuel Quiroga Rosas, Antonino Aberastain, Indalecio Cortínez, Guillermo Rawson y Dionisio Rodríguez- fundó el periódico “El Zonda”. Se editaron seis números en poco más de un mes, dirigidos a no más de cincuenta lectores porque sólo tenían 39 suscriptores. Ese mismo año fundó el Colegio de Señoritas de la Advocación de Santa Rosa de América con el apoyo de su tío, José Quiroga Sarmiento.




Nuevo exilio en Chile

En 1840 se exilió nuevamente en Chile por participar en una fracasada conspiración unitaria contra el gobernador Nazario Benavídes. Allí, gobernaban los pelucones (conservadores) desde hacía diez años en un régimen político republicano, cuya ley fundamental era la Constitución de 1833. Sarmiento colaboró -durante el gobierno de Bulnes-, con su amigo y futuro presidente de Chile, el ministro de Instrucción Pública, Manuel Montt.





Una activa vida en Chile

Desde 1841, Sarmiento participó públicamente a través de artículos periodísticos en “El Mercurio” de Valparaíso; desde la dirección de “El Nacional”, o como redactor del “El Progreso”, que fundó en 1842. Ese año organizó y asumió como primer director de la Escuela Normal para maestros de Chile. En 1843 fue miembro fundador de la facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile. Ese mismo año publicó “Mi defensa” y abrió una escuela privada para los hijos de la aristocracia de Santiago.


Edita el Facundo y viaja

En 1845, cuando Sarmiento tenía 34 años, algunos acontecimientos influyeron de manera decisiva en su actuación pública. Ese año publicó en “El Progreso” -en forma de folletín-, “Civilización y Barbarie. Vida de Juan Facundo Quiroga y aspecto físico, costumbres y hábitos de la República Argentina”. Con el tiempo, se convirtió en su obra más conocida. También editó su “Método gradual de enseñar a leer el castellano” y “General Fray Félix Aldao, gobernador de Mendoza”.
Ese mismo año, Manuel Montt, ministro de Instrucción Pública de Chile -bajo la presidencia de Manuel Bulnes-, le encargó el estudio de los sistemas educativos y las políticas migratorias de EE.UU y Europa. Sarmiento volcó sus impresiones en “Viajes por Europa, Africa y América, 1845-1847”, cartas editadas en dos volúmenes entre 1849 y 1851. Recorrió el mundo en dos años: visitó Uruguay, Brasil, Francia, España, Argel, Italia, Alemania, Suiza, Inglaterra, EE.UU, Canadá y Cuba.


Con San Martín en Francia

En Gran Bourg, Francia, visitó al general José de San Martín por 1846. Sarmiento tenía 35 años y San Martín 68. Un año después, en los EE.UU, conoció a un destacado educador norteamericano, secretario del Consejo de Instrucción Pública de Massachusetts, Horace Mann y a su esposa Mary. Ellos influirían significativamente en sus proyectos educativos.

El casamiento con Benita

De vuelta en Chile, en 1848, Sarmiento presentó al Gobierno un informe -que luego agregó a “Educación Popular”-, sobre sus observaciones de los sistemas educativos y políticas migratorias de Europa, Africa y América. Ese mismo año, más precisamente el 19 de mayo, se casó con Benita Agustina Martínez Pastoriza, viuda de Domingo Castro y Calvo. Ella había nacido en San Juan pero muy jovencita fue entregada por sus padres a Castro y Calvo, un hombre mayor y de fortuna de quien eran parientes. Sarmiento, que por entonces era joven y fogoso pronto entró en amores con Benita y cuando murió Castro se casó con ella y adoptó y le dio su apellido al hijo de su esposa, Domingo Fidel (Dominguito) del que -según Natalio Botana- posiblemente era el padre.



En la finca de Yungay

La vida de Sarmiento parecía definitivamente ligada a Chile. Se instaló en la finca rural de su esposa en Yungay, donde vivió con ella, Dominguito, su hija Ana Faustina (que por entonces tenía 16 años), y su madre Paula Albarracín que había enviudado. Fue también en 1848 cuando su hija se casó con el tipógrafo francés Jules Belin.
Por entonces, influido por sus experiencias en el extranjero, maduró las obras que editaría un año después: “Educación Popular” y el primer tomo de “Viaje por Europa, Africa y América”.


Un soldado de la pluma

En Chile, entre 1840-1850, durante la presidencia de Manuel Bulnes, Sarmiento inició la lucha periodística contra el régimen rosista. El gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, imponía su dictadura sobre las provincias de la actual República Argentina. Primero, desde “El Mercurio” de Valparaíso y después desde su propio periódico “El Progreso”, y “El Heraldo Argentino”, Sarmiento atacó a Rosas. La crítica sólo fue interrumpida entre 1845 y 1848 por su viaje a Europa, Africa y América, encargo del gobierno chileno. De vuelta en Chile retomó su lucha contra el dictador, a través de los diarios “La Crónica” y “La Tribuna”, propiedad de Manuel Montt.


La idea de una gran Nación

A esta altura la actividad de Sarmiento en Chile no pasaba desapercibida en nuestro país. El gobierno de Buenos Aires reclamó en 1849 dos veces, pero sin éxito, la extradición de Sarmiento a las autoridades chilenas. Un año después, Sarmiento dedicó al gobernador de Entre Ríos, Gral. Justo José de Urquiza, su obra “Argirópolis”. Se trataba de un proyecto para crear una confederación de la cuenca del Plata, integrada por las actuales Repúblicas de Argentina, Uruguay y Paraguay. La capital estaría en la isla Martín García del Río de la Plata. En ese tratado proponía la Constitución norteamericana como modelo de organización nacional. Y reclamaba la necesidad de fomentar la inmigración y atraer la inversión de capitales. Por entonces, Sarmiento, a los cuarenta años, también publicó el trabajo autobiográfico “Recuerdos de Provincia”. Desde un nuevo periódico, “Sudamérica”, seguía atacando a Rosas.

El pronunciamiento contra Rosas

Mientras se fortalecía su posición en Chile, el 1º de Mayo de 1851 se produjo en la actual República Argentina el Pronunciamiento de Urquiza contra Rosas. Entre Ríos retiró a Rosas el manejo -que le había delegado- de las relaciones exteriores y de los negocios de paz y guerra. Así Entre Ríos reasumía su soberanía. Comenzaría a relacionarse directamente con los demás estados del mundo. Urquiza invitó a las demás provincias a sumarse al Pronunciamiento. Y organizó el Ejército Grande que declaró la guerra a Rosas para invadir Buenos Aires.




El encuentro con Urquiza

En septiembre de 1851, Sarmiento viajó a reunirse con Urquiza, junto a Bartolomé Mitre y Wenceslao Paunero. En noviembre lo encontró en Gualeguaychú (Entre Ríos). Desde entonces lo acompañó -como cronista militar-, hasta la batalla de Caseros del 3 de febrero de 1852. Vencido Rosas, Sarmiento se enemistó con Urquiza. Volvió a Chile. Allí se enteró de la secesión (separación) del Estado de Buenos Aires de la Confederación argentina dirigida por el gobernador de Entre Ríos.



Un personaje siempre polémico

Frente a esta situación, en sus escritos tomó partido por Buenos Aires. Criticó a Urquiza en la “Carta de Yungay” y en “Campaña en el Ejército Grande Aliado de Sudamérica”. Y originó una polémica con el doctor Juan Bautista Alberdi. Sus diferencias se reflejaron en las “Cartas quillotanas” y “Complicidad de la prensa en las guerras civiles de la República Argentina”, de Alberdi. Y en “Las ciento y una. Epoca Preconstitucional” y “Comentarios a la Constitución de la Confederación Argentina” (1853), de Sarmiento.


Sarmiento gobernador de San Juan

En 1862 el general Mitre asumió la presidencia y se propuso unificar al país. En estas circunstancias asumió Sarmiento la gobernación de San Juan. Llegó a San Juan embargado de un gran optimismo. Veía un gran potencial minero para la provincia y pensaba que podía transformarla en la gran capital del oeste argentino. A poco de asumir dictó una Ley Orgánica de Educación Pública que imponía la enseñanza primaria obligatoria y creaba escuelas para los diferentes niveles de educación, entre ellas una con capacidad para mil alumnos, el Colegio Preparatorio, más tarde llamado Colegio Nacional de San Juan, y la Escuela de Señoritas, destinada a la formación de maestras.

En sólo dos años una gran obra

En sólo dos años Sarmiento cambió la fisonomía de su provincia. Abrió caminos, ensanchó calles, construyó nuevos edificios públicos, hospitales, fomentó la agricultura y apoyó la fundación de empresas mineras. Y como para no aburrirse, volvió a editar el diario El Zonda. No obstante, muchos sanjuaninos lo comentaron. “Estamos empachados de progreso”, se escuchó decir en una provincia mayoritariamente inculta.


Cómo hacerles entender

En la época en que Sarmiento fomentaba la educación popular, el índice de analfabetos era altísimo. En el campo había muy pocas escuelas porque la mayoría de los estancieros no tenían ningún interés en que los peones y sus hijos dejaran de ser ignorantes. Cuanto menos educación tuvieran más fácil sería explotarlos.


Pero Sarmiento trataba de hacerles entender que una educación dirigida según las ideas y los valores de los sectores dominantes, lejos de poner en peligro sus intereses, los reproducía y confirmaba. “Para tener paz en la República Argentina, para que los montoneros no se levanten, para que no haya vagos, es necesario educar al pueblo en la verdadera democracia, enseñarles a todos lo mismo, para que todos sean iguales... para eso necesitamos hacer de toda la república una escuela.”

De todas formas le costó muchísimo convencer a los poderosos de que les convenía la educación popular y recién en 1882, logró la sanción de su viejo proyecto de ley de educación gratuita, laica y obligatoria, que llevará el número 1420.






Años de zozobra espiritual

El tiempo que Sarmiento pasó como gobernador fue de intranquilidad espiritual. Se estaba separando de su esposa, Benita y estaba lejos de su amor, Aurelia Velez Sarsfield, hija del autor del Código Civil. Para colmo de males y debido a los problemas conyugales, su relación con Dominguito, su hijo, no pasaba por el mejor momento. Su consuelo lo constituía su vida junto a sus hermanas en la vieja casona familiar.







La muerte del Chacho

En 1863 se produjo en la zona el levantamiento del Chacho Peñaloza y Sarmiento decretó el estado de sitio y como coronel que era, asumió personalmente la guerra contra el caudillo riojano hasta derrotarlo. El ministro del Interior de Mitre, Guillermo Rawson, criticó la actitud de Sarmiento de decretar el estado de sitio por considerar que era una decisión exclusiva del Poder Ejecutivo Nacional. Sarmiento, según su estilo, renunció. Corría el año 1864.




El primer Censo Nacional

  En 1869 se concretó el primer censo nacional. Los argentinos eran por entonces 1.836.490, de los cuales el 31% habitaba en la provincia de Buenos Aires y el 71% era analfabeto. Según el censo, el 5% eran indígenas y el 8% europeos. El 75% de las familias vivía en la pobreza, en ranchos de barro y paja. Los profesionales sólo representaban el 1% de la población. La población era escasa, estaba mal educada y, como la riqueza, estaba mal distribuida.

Sarmiento fomentó la llegada al país de inmigrantes ingleses y de la Europa del Norte y desalentó la de los de la Europa del Sur. Pensaba que la llegada de sajones fomentaría en el país el desarrollo industrial y la cultura. En realidad los sajones preferían emigrar hacia los EE.UU. donde había puestosde trabajo en las industrias. La Argentina de entonces era un país rural que sólo podía convocar, lógicamente a campesinos sin tierras. Y, para tristeza de Sarmiento, la mayoría de los inmigrantes, muchos de nuestros abuelos, serán campesinos italianos, españoles, rusos y franceses.



Su permanencia en los Estados Unidos

A pedido del presidente Mitre, en 1864 viajó a los EE.UU. como ministro plenipotenciario de la Argentina. Sarmiento llegó a Nueva York en mayo de 1865. Acababa de asumir la presidencia Andrew Johnson en reemplazo de Abraham Lincoln, asesinado por un fanático racista. Sarmiento quedó muy impresionado y escribió "Vida de Lincoln". Frecuentó los círculos académicos norteamericanos y fue distinguido con los doctorados “Honoris Causa” de las Universidades de Michigan y Brown.


La muerte de Dominguito

Estalla la guerra contra Paraguay, conocida como Guerra de la Triple Alianza, y Dominguito decide alistarse en el ejército argentino pese a la oposición de su madre. Participó con el grado de capitán de dicho ejército. En septiembre de 1866, Dominguito cae mortalmente herido en la batalla de Curupayty y enseguida muere, a los 21 años de edad. Esto sucedió al tiempo que su padre Sarmiento desempeñaba el cargo de ministro plenipotenciario de la Argentina en Estados Unidos. Allí recibe la triste noticia de la muerte de su querido hijo adoptivo por medio de los enviados especiales de Bartolomé Mitre y cayó en una profunda depresión nada más al enterarse. Años después decide escribir la biografía de su apreciado hijo: “Vida de Dominguito”.

La elección como presidente

Mientras Sarmiento seguía en los Estados Unidos, se aproximaban las elecciones y un grupo de políticos lo postuló para la candidatura presidencial. Los comicios se realizaron en abril de 1868 y el 16 de agosto, mientras estaba de viaje hacia Buenos Aires, el Congreso lo consagró presidente de los argentinos. Asumió el 12 de octubre de ese año. Durante su presidencia siguió impulsando la educación fundando en todo el país unas 800 escuelas y los institutos militares: Liceo Naval y Colegio Militar.

Sarmiento había aprendido en los EE.UU. la importancia de las comunicaciones en un país extenso como el nuestro. Durante su gobierno se tendieron 5.000 kilómetros de cables telegráficos y en 1874, poco antes de dejar la presidencia pudo inaugurar la primera línea telegráfica con Europa. Modernizó el correo y se preocupó particularmente por la extensión de las líneas férreas.


Una etapa de grandes obras

Entre las múltiples obras de Sarmiento hay que mencionar la organización de la Contaduría Nacional y el Boletín Oficial que permitieron a la población conocer las cuentas oficiales y los actos de gobierno. Creó el primer servicio de tranvías a caballo, diseñó los Jardines Zoológico y Botánico. Al terminar su presidencia 100.000 niños cursaban la escuela primaria.


Un atentado que no oyó

El 22 de agosto de 1873 Sarmiento sufrió un atentado mientras se dirigía hacía la casa de Vélez Sarsfield. Cuando transitaba por la actual esquina de Corrientes y Maipú, una explosión sacudió al coche en el que viajaba. El sanjuanino no lo escuchó porque ya padecía una profunda sordera. Los autores fueron dos anarquistas italianos, los hermanos Francisco y Pedro Guerri, que confesaron haber sido contratados por hombres de López Jordán. El atentado falló porque a Francisco Guerri se le reventó el trabuco en la mano. Sarmiento salió ileso del atentado y se enteró porque se lo contaron después.

Después de la presidencia

Al finalizar su mandato en 1874, Sarmiento continuó en la política. En 1875 asumió el cargo de Director General de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires y siguió ejerciendo el periodismo desde La Tribuna. Poco después fue electo senador por San Juan. En esa época vivía con su hermana, su hija y sus nietos en la calle Cuyo, actual Sarmiento 1251. En 1879 asumió como ministro del Interior de Avellaneda, pero por diferencias políticas con el gobernador de Buenos Aires, Carlos Tejedor, renunció al mes de haber asumido. Durante la presidencia de Roca ejerció el cargo de Superintendente General de Escuelas del Consejo Nacional de Educación.




Última visita a San Juan

En 1884 Sarmiento realizó su última visita a San Juan. La gente se volcó a las calles para ver al sanjuanino que llegó a la presidencia de la Nación. Permaneció algunos días en la provincia y asistió como invitado especial a la inauguración de la Casa de Gobierno, ubicada frente a la Plaza principal. Allí pronunció un discurso.








La muerte en Paraguay

Durante los inviernos de 1887-1888, con la salud resentida por la sordera y una insuficiencia cardiovascular y bronquial, se refugió en el clima cálido de Asunción. Sarmiento ya había sido Sarmiento.

Era ahora un anciano y su salud estaba quebrantada.Le costaba respirar y los médicos le aconsejan alejarse de Buenos Aires para evitar los fríos. Además se agudizaba su hipertrofia cardíaca.
A comienzos de 1888 se embarcó con su hija Faustina y sus nietos para Asunción, donde ya había estado el año anterior.

A pesar de la enfermedad, trabaja por la elevación paraguaya. El 11 de septiembre fallece en Asunción. Sus restos fueron inhumados en Buenos Aires, 10 días después. Ante su tumba, Carlos Pellegrini sintetizó el juicio general: “Fue el cerebro más poderoso que haya producido la América”.

La obra literaria de Sarmiento

- Mi defensa,

1843.
-Facundo o Civilización y Barbarie, 1845. Trata sobre el caudillo riojano Facundo Quiroga y las diferencias entre los federales y unitarios. Es una descripción de la vida social y política del país que tiene alcances sociológicos e históricos, pues ofrece en él una explicación del país fundada en el conflicto entre la «civilización» y la «barbarie», personificadas respectivamente en los medios urbano y rural.
-Vida de Aldao, 1845.
-Método gradual de enseñar a leer el castellano, 1845.
-Viajes por África, Europa y América, 1849; autobiográfica.
-Argirópolis, 1850.
-Recuerdos de provincia, 1850; autobiografía.
-Campaña del Ejército Grande, 1852.
-Las ciento y una, 1853; serie de epístolas dirigidas a Juan Bautista Alberdi.
-Comentario a la Constitución de la Confederación Argentina, 1853.
-Memoria sobre educación común, 1856.
-El Chacho, 1865; sobre el caudillo riojano Ángel Vicente Peñaloza.
-Las escuelas, bases de la prosperidad, 1866.
-Conflicto y armonías de las razas en América, 1884. En esta obra desarrolla una concepción semejante a la de Facundo, pero encarada desde el punto de vista étnico. Su primer tomo es de 1884 y el segundo, póstumo, que según su autor es «Facundo llegado a la vejez».
-Vida de Dominguito, 1886; sobre su hijo adoptivo, muerto en la Guerra de la Triple Alianza.

Dibujos:
 Miguel Camporro
Revisión de textos: Juan Carlos Bataller
Fuentes: Historia de San Juan, Horacio Videla – Historia de San Juan, Héctor Arias y Carmen Peñaloza – Escritos de Juan Carlos Bataller – Especiales de Diario Clarín – Biografias de El Historiador – Wikipendia - Aurelia Velez, la amante de Sarmiento, de Bellota, Araceli - Cuyano alborotador, de García Hamilton - Mujeres de Sarmiento, de César H. Guerrero - Vida de Sarmiento, hombre de autoridad, de Manuel Galvez.

GALERIA MULTIMEDIA
Frente de la Casa de Sarmiento en San Juan
José Clemente Sarmiento Funes, padre de Domingo Faustino, sin oficio ni profesión, fue peón, arriero y soldado en las guerras por la Independencia
Telar original de Paula Albarracín de Sarmiento, tal como se conserva en la Casa Natal de Sarmiento.
Fachada de la Escuela Francisco del Monte, ubicada en la provincia de San Luis
Facundo Quiroga
Ana Faustina Sarmiento
Facsimil de una de las portadas del diario El Zonda
Nazario Benavides
Domingo Faustino Sarmiento tuvo una extensa actividad tambien en Chile.
Domingo Faustino Sarmiento recorrió en dos años gran parte del mundo.
Benita Agustina Martínez Pastoriza
Sarmiento se instaló en la finca rural de su esposa en Yungay, Chile.
Juan Manuel de Rosas
Sarmiento tuvo un encuentro con Rosas
Caricatura de Sarmiento publicada en la revista "El mosquito"
Domingo Faustino Sarmiento
En 1882 Sarmiento logró la sanción de su viejo proyecto de ley de educación gratuita, laica y obligatoria, que llevará el número 1420
Aurelia Velez Sarsfield
Chacho Peñaloza
En 1869 se concretó el primer censo nacional por iniciativa de Domingo Faustino Sarmiento
Estados Unidos (1865-1868) en la Legación Argentina en Washington. En la ilustración se lo ve acompañado (de izquierda a derecha) por Halbach, Salcedo, Juan Lavalle y Bartolome Mitre y Vedia
Dominguito
Retrato de Sarmiento durante su presidencia
Sarmiento sufrió un atentado el 22 de agosto de 1873
Esta foto de 1884 fue tomada a Domingo Faustino Sarmiento cuando regresó por última vez a la provincia de San Juan, luego de haber estado en Chile
Esta es la última foto de Sarmiento. La tomó su hija Faustina cuando acababa de morir.
Domingo Faustino Sarmiento tuvo una extensa obra literaria.
José Clemente Sarmiento Funes, padre de Domingo Faustino, sin oficio ni profesión, fue peón, arriero y soldado en las guerras por la Independencia
Facundo Quiroga
Ana Faustina Sarmiento
Facsimil de una de las portadas del diario El Zonda
Nazario Benavides
Domingo Faustino Sarmiento tuvo una extensa actividad tambien en Chile.
Juan Manuel de Rosas
Caricatura de Sarmiento publicada en la revista "El mosquito"
En 1882 Sarmiento logró la sanción de su viejo proyecto de ley de educación gratuita, laica y obligatoria, que llevará el número 1420
Aurelia Velez Sarsfield
Chacho Peñaloza
Estados Unidos (1865-1868) en la Legación Argentina en Washington. En la ilustración se lo ve acompañado (de izquierda a derecha) por Halbach, Salcedo, Juan Lavalle y Bartolome Mitre y Vedia
Dominguito Sarmiento
Sarmiento sufrió un atentado el 22 de agosto de 1873
Esta foto de 1884 fue tomada a Domingo Faustino Sarmiento cuando regresó por última vez a la provincia de San Juan, luego de haber estado en Chile
Esta es la última foto de Sarmiento. La tomó su hija Faustina cuando acababa de morir.
José Clemente Sarmiento Funes y Paula Albarracín, padre de Domingo Faustino Sarmiento.