Fue el mejor jugador de hockey de su época. Como dirigente marcó una impronta. Es un empresario exitoso. Lo han tentado en varias oportunidades desde la política y los gobiernos. Pero Daniel Martinazzo considera que no necesita un cargo para trabajar por el bien común.
Aún mantiene la emoción por el reconocimiento realizado a la Selección Argentina de Hockey sobre patines que ganó el Mundial ‘78 en el espectáculo final de la Fiesta Nacional del Sol.
Pero Daniel Martinazzo, que de él se trata, sabe que ese reconocimiento es también parte de un trabajo que viene realizando desde hace años, no sólo como jugador –llegó a ser en su época el mejor del mundo—, sino como dirigente.
Y no duda en afirmar que “a pesar de los grandes avances en los años de gestión del gobernador José Luis Gioja, no hay una política deportiva” en San Juan. En ese sentido sostiene que hay que hacer el libro blanco del deporte, para saber con qué contamos.
—¿Cuál es la importancia del deporte en la formación de los chicos?
—Es decisiva, porque la actividad deportiva transfiere aprendizajes como el deseo, la pasión, los valores y el trabajo en equipo, a otros aspectos de la vida.
—¿Qué lleva a los gobiernos a no invertir en deporte?
— La falta de recursos. Cuando dividís la torta del presupuesto, si tenés 50% de pobreza, 10 millones de niños en grado de vulnerabilidad y 3 millones de indigentes… Cuando voy a pedir para deportes, y me muestran esto, digo: Sí, tenés razón, qué voy a pedir.
—O sea que todo es cuestión de plata…
—Si no tuviéramos hambre en la Argentina, los sindicatos en lugar de hablar de sueldos, estarían haciendo unas campañas espantosas a la hora de cualificar los recursos humanos laborales. Es triste pero nos están faltando recursos humanos en la Argentina, cuando hace 20 años éramos ejemplo. Además, los organismos no tienen autonomía. La Secretaría de Deportes está enganchada con el Ministerio de Desarrollo Social, pero ¡la cantidad de temas que tiene que resolver el ministerio! Pasa por una decisión económica y política de cada gobierno.
—Decís que no hay recursos, pero se entregan subsidios a clubes profesionales. Cuando se quiso poner en caja esos recursos, muchos clubes saltaron. ¿Se puede redistribuir mejor?
—Estás hablando de la Ley de Deporte. No hay que entrar en una falsa dicotomía entre el deporte espectáculo y el deporte para todos. Es tan justo que se le dé al club que esté representando a San Juan como al club de barrio. Esta es una dicotomía absurda porque ambos se potencian. No hay que dejar de reconocer que mucha juventud practica el deporte por el ejemplo de un club profesional. Y éste a su vez se nutre del club de barrio. Ejemplo, hockey sobre patines. Pero, ¿dónde está la política deportiva para decir que a este señor le corresponde y a este también? Ahí empieza a jugar la política.
— ¿Hay presiones para no poner en práctica la política deportiva que se necesita?
—Hay que tener en claro una cosa: En nuestro país jamás alcanzaron los recursos. Pero, para mí, una manera de distribuir equitativamente es disminuir los costos de funcionamiento que tienen las entidades. Dentro del deporte, está el comunitario, el social, el de la tercera edad, el federado, el profesional. ¿Cómo le ayudo a Deportivo Punteto, a Banco Hispano y a San Martín, por ejemplo?
—¿Cómo?
—Primero teniendo parámetros: Deportes profesionales, olímpicos, federados, de conjunto, individuales. ¡Eso está establecido! Ahí empiezan a jugar los buenos administradores del deporte. Tiene que haber recursos, voluntad política y capacidad de gestión del administrador.
—La capacidad de gestión es un punto clave, pero ¿hay escuelas que generen esos recursos humanos?
—Juntamente con lo que yo le doy como Estado, veamos , señor, cuáles obligaciones tiene para conmigo. Tiene que traer un dirigente para realizar un curso de gestión deportiva que el Estado dicta gratuitamente durante 6 meses y Ud. recibe el subsidio. Lo mínimo que necesita un club es una administración. La Secretaría de Deportes de la Nación tiene un programa de desarrollo de la gestión deportiva. Yo le doy una computadora con un sistema de gestión para clubes, donde está toda la contabilidad, y subvenciono a una persona para capacitarse. Esto es la consecuencia de la voluntad política. De allí se desprende una ley, un marco; y ahí es donde empiezo a jugar con la Secretaría de Deportes y los municipios.
—Todos hablan de deporte pero poco se hace…
—“Los aprendizajes del deporte para la vida” se llamaba una conferencia que dí en el Senado de Mendoza y en la que explicaba que estoy cansado de que me digan “los valores del deporte” como una perorata. Es mucho más trascendente. Cuando yo entiendo la función de equipo, se la enseño al chico que está en el depósito de mi negocio etiquetando. Le doy importancia a él y a su trabajo, porque cuando una etiqueta está cambiada, el encargado de compras va a reponer un vaso, pero salió una copa. Por eso digo que es decisiva en la formación integral del ser humano la actividad deportiva.
—¿Lo entienden esto?
—El gran objetivo del Estado para con el ciudadano es que adquiera la actividad física. Hay estudios que demuestran que un tipo que hace deporte, se recupera más fácil de una operación y tiene menos días de hospital, que gasta menos en medicina, que es más sano psíquicamente, que tiene más expectativa de vida.
— También es una decisión de la sociedad decir qué Estado quiere.
—Sí. Pero en mi labor como dirigente aprendí que los cambios se dan cuando se tienen que dar. Por ejemplo, en San Juan, la autogestión del hospital la puso el mismo ministro (Balverdi) hace 15 años atrás y generó un lío. Luego llegó por su propio peso. El cambio masivo no se da. Tenemos que ganar adeptos todos los días, por eso es tan importante la educación. No tenemos que decaer.
—Volvamos a la política deportiva…
—Tiene que haber un plan directriz. A pesar de los grandes avances en los años de gestión del gobernador José Luis Gioja, creo que no hay una política deportiva. Hay que integrar cuestiones coyunturales. Hace 20 años, ir a buscar chicos a las villas para integrarlos era impensable, hoy es una necesidad que la integración se produzca mediante el deporte.
— En la coyuntura, el deporte y el arte son decisivos para la integración, y el Estado tiene que establecer prioridades. ¿Qué pasó, por ejemplo, con el programa El patín va a la escuela?
— No me preguntes, porque lo desconozco. Sólo sé que entré en la Federación de Patín con 900 niños y la dejé con 2.200. Con El patín va la escuela movilizamos 5.400 niños.
Algunos entrenadores me decían sobre algunas escuelas: “Daniel, de aquí no sacamos un hockista”. Y así como digo con orgullo que los verdaderos agentes sociales del deporte son los clubes, hay que asumir que esos niños tienen derecho de subirse a un patín. El dirigente de pie lo entiende y de hecho, lo hace, pero le pedimos demasiado: que esté cualificado, que le dedique tiempo, que meta la mano a su bolsillo, que haga la aplanadora para recibir 2.000 pesos…
—Hay que hacer hincapié en la igualdad de oportunidades. Si este año son 5, el que viene serán 10 chicos integrado.
—Eso es lo que generó El patín va a la escuela, y de hecho habría que mirar cuántos chicos pasaron por el deporte y no están jugando hoy, pero tuvieron la oportunidad de probar. En esto es lo que debe trabajar el Estado. Cada municipio debe tener su polideportivo, que dependa de un organismo específico en el que deben participar las actividades federadas, las profesionales, las comunitarias y hasta el cura y el intendente. Así se empieza a generar el hábito.
—La escuela puede ser un centro integrador…
—Hay escuelas que tienen infraestructura deportiva y no están abiertas a la comunidad. Se la debe brindar al municipio: “A partir de las 7 de la tarde, hacete cargo”. Hay que hacer un diagnóstico de qué tenemos y ver las posibilidades. Hay que hacer El libro blanco del deporte de San Juan.
— Hay gente que se queja del costo de la construcción del estadio único y pide más apoyo al club de barrio..
—Es verdad. Pero pongamos las cosas en su lugar. En el estadio no va a jugar sólo San Martín.
Tener un estadio de 40.000 espectadores nos hace entrar en el circuito internacional de los grandes espectáculos. Nos posibilitaría, por ejemplo, hacer la Fiesta del Sol. Y hasta hacer una gran olimpiada para discapacitados. El estadio es un paso cualitativo importantísimo, pero insisto, me parece que falta un libro blanco del deporte en San Juan para saber qué tenemos en cada lugar y como podemos utilizarlo.
— Sos referente en políticas deportivas, pero ¿te escuchan?
— Me siento profeta en mi tierra. Me han utilizado, entre comillas. Pero vuelvo a decir lo mismo: cada cosa llega a su tiempo. Yo fui dirigente porque quise, porque tenía todas las condiciones para ser técnico, pero es un compromiso de vida. Por eso no me siento frustrado.
— ¿Pensaste en militar en política?
— Siempre pensé que no es necesario estar en política para dedicarse al bien común. He sido un ave rara. Terminé de ser jugador para dedicarme a la actividad dirigencial, porque tenía en claro que es desde la única actividad donde las cosas se cambian. De hecho, los años me lo han demostrado. He tenido ofertas políticas, pero uno tiene que estar dispuesto a perderlo todo y es difícil tomar esa decisión.
—¿Qué sueños te quedaron por cumplir dentro de la actividad de dirigente?
— El libro blanco del deporte, que lo voy a hacer. Hay que hacer un diagnóstico general, lo que hay de público y de privado, lo que hay dentro del sistema escolar, qué se hace, cuáles lugares son más vulnerables, cuánto es el espacio necesario para realizar deportes. A partir de ahí viene la política y luego las acciones. Creo que hay un grandísimo campo en la cualificación de recursos humanos que no están volcados a la sociedad.
PERFIL
Nombre: Daniel Domingo Martinazzo
Edad: 51 años
Estado Civil: Casado con Alicia Aguilar
Hijos: Tres. Tiziana, de 26; Julieta, 21; y Francisco de 10.
Comida preferida: Pastel de papas
¿Cocinás?: No. A mis amigos, les caliento la parrilla, tengo la carne lista, pero de comer no hago.
¿Lecturas?: Soy un empedernido lector. Me gusta la narrativa y el ensayo. Novelas con perfiles psicológicos. Libros de historia, el año pasado me dediqué a leer historia argentina.
¿Ves televisión?: Poca, películas sobre todo. Me gusta más el cine que la televisión.
¿Cómo te gustaría que te recuerden?: Con alegría, porque soy feliz. En la vida hice lo que deseaba y encontré a las personas indicadas para acompañarme, en la familia y en el deporte
NOTA PUBLICADA EN EL NUEVO DIARIO EL 3 DE ABRIL DE 2009
Ver artículo: Martinazzo Daniel, uno de los más grandes del hockey mundial.