Los Baigorrí tienen sus orígenes en La Rioja y llegaron a San Juan por pedido de los hermanos Cantoni. Con el médico César Baigorrí y su esposa, Dolores Echezarreta, también riojana, comienza la historia de esta familia, de la que forman parte reconocidos profesionales de la provincia.
A San Juan, por los Cantoni
Basilio César Baigorrí era el nombre completo del médico al que los hermanos Cantoni confiaron la dirección del Hospital de Jáchal. Era un hombre alto, rubio, de ojos claros, que en su juventud supo usar el característico bigote de los Cantoni. Su familia era riojana y él vivió en la capital de esa provincia hasta que terminó la escuela y decidió seguir la carrera de medicina en La Plata. Fue allí donde entró en contacto con los hermanos Elio y Federico Cantoni, que le pidieron venir a San Juan a mediados de la década de 1910 para asumir la dirección del nosocomio jachallero.
Fiel a su vocación, a su deseo de servir a la población, el joven vino directamente a Jáchal, en una época en la que el único medio de transporte era el caballo. Algunos años pasó allí, donde aparte de ejercer la profesión conoció a su compañera, Dolores Echezarreta. Un día un hombre le pidió que atendiera a su sobrina, una niña que sufría de resfrío.
Cuando César acudió para atender a la paciente descubrió que en realidad se trataba de una jovencita que ya tenía 18 años. Lo que surgió como un casual encuentro por salud se fue transformando en otro tipo de relación y, al poco tiempo, los jóvenes se casaron.
Lola, como apodaban a Dolores, estaba temporalmente en Jáchal con una tía, pero al igual que César era de La Rioja, del departamento de Famatina. Si bien era oriunda de la provincia vecina, en San Juan se radicaron varios de sus familiares también de apellido Echezarreta, entre ellos Nicolás Echezarreta, que fundó Marquesado y donó la mitad de sus tierras al ejército para que realizaran ejercicios militares, y es por eso que una escuela de esa localidad lleva su nombre.
César y Dolores tuvieron más de diez hijos, pero nueve fueron los que vivieron: Elio César, Ángel Rodolfo, Abel, Hugo, Jorge, Enir, Lola y las mellizas Elva y Elsa.
De Jáchal a la Capital y Calingasta
Hacia principios de la década de 1920 la familia se mudó a la ciudad, donde César siguió trabajando como médico y comenzó a desenvolverse en la función pública. En las elecciones de 1923, estando detenido, Federico Cantoni fue electo gobernador. La situación era delicada, nadie se animaba a buscar al líder bloquista a la cárcel y la violencia de las armas se hacía sentir. César Baigorrí tomó coraje y fue él quien se ocupó de buscar a Federico para que saliera de la celda y asumiera como gobernador. Mientras se aventuraba a la osada tarea, su esposa dejaba la casa de la familia para proteger a sus hijos, cuando el más pequeño era apenas un bebé. En esa gestión de gobierno de los Cantoni, César fue secretario de Hacienda. Años más tarde, en la década del cuarenta, durante la gobernación de Ruperto Godoy, fue intendente de la Capital.
Si bien tuvo una importante actividad dentro del Partido Bloquista, César siguió desenvolviendo su profesión e incluso perfeccionándose. Llegó a ser doctor en medicina, en una época en la que esa formación de posgrado no era común y ejercía como médico generalista. Hacía operaciones, atendía partos y en alguna oportunidad hasta tuvo que solucionar problemas odontológicos. Además fue médico en las minas de Calingasta. Para cumplir con esa función viajaba los fines de semana y muchas veces lo hacía acompañado por su familia. Fue por eso que pronto compró una propiedad en ese departamento, donde pasaban sus veranos.
En Calingasta César tenía caballos y frutales, sus hijos, incluyendo especialmente a las mujeres, eran muy buenos jinetes. El médico y político disfrutaba de la naturaleza, así que allí trataba de lograr las mejores peras y manzanas, además de criar caballos.
Así fue que el verano de 1944, cuando ocurrió el terremoto, los Baigorrí Echezarreta estaban en Calingasta. En realidad unos días antes del 15 de enero, Dolores viajó a Famatina para visitar a sus hermanas, a quienes hacía mucho que no veía. Llevaba un par de días en la Rioja cuando soñó que atropellaban a las mellizas Elva y Elsa, las veía levantándose del piso y sacudiéndose la tierra. La pesadilla la dejó tan mal que decidió regresar a San Juan, y una vez que estuvo aquí le pidió a su esposo e hijos que fueran a Calingasta, donde se encontraban las chicas. La tarde después de estar reunidos de vuelta, ocurrió el terremoto.
La vivienda familiar ha sido un lugar de encuentro para la familia durante generaciones. Aunque en un momento quedó fuera de la propiedad de los Baigorrí, las nuevas generaciones la recuperaron y la llaman “Anta huasi”, que quiere decir Casa del Señor. La construcción conserva, en el interior de una de sus columnas, un pergamino que firmaron todas las personas que participaron de la inauguración de la casa, a principios del siglo XX.
Los agitados años del bloquismo
Aunque César militó durante décadas en el Partido Bloquista, aparte de los enfrentamientos con otros sectores, tuvo sus diferencias dentro de esta misma institución. En alguna oportunidad lo cuestionaron por sus bienes, pero él se ocupó de realizar una publicación en el boletín del partido explicando cómo obtuvo cada una de las cosas que tenía. A pesar de que pudo haber acuñado una buena fortuna y vanagloriarse de su formación profesional, llevó hasta sus últimos días, según el recuerdo de sus nietos, una vida humilde y austera. Aparte, más de una vez César fue detenido, en los agitados tiempos que rodearon los gobiernos de los Cantoni y que terminaron con intervenciones federales.
A diferencia de su esposo, Dolores tenía gran resistencia a la política, sobre todo por la violencia que vio en la década del veinte y treinta. Apoyaba a su marido, pero siempre les pidió a sus hijos que no se dedicaran a la actividad. Su aversión incluía especialmente a los Cantoni. Su hijo Rodolfo y su nuera Amanda Muñoz iban a llamar a uno de sus hijos Guillermo Federico, por Federico Cantoni, pero ella les pidió que por favor no nombraran a la criatura evocando el nombre del caudillo.
Lola fue sobre todo madre y tuvo una importante participación en diversas comunidades religiosas de la provincia. Tal fue el peso de su legado en la familia, que ninguno de sus hijos se dedicó a la política, pero si los mayores siguieron la vocación profesional de su padre. César, el mayor, estudió medicina, también así lo hizo Abel, que hizo la residencia junto a René Favaloro y llegó a entablar una amistad con el reconocido cardiólogo. Rodolfo estudió abogacía en Buenos Aires, al igual que sus hermanos médicos; Hugo se recibió de ingeniero y Jorge de enólogo. Mientras, las mujeres se desenvolvieron en la docencia. Las cuatro se recibieron de maestras en la Normal Sarmiento y una de las mellizas, Elsa, estudió para ser profesora de educación física, siendo una de las primeras de la provincia en ejercer esa tarea.
La descendencia
-Elio se casó con Pilar Balsa. Ellos tuvieron a César Baigorrí Balsa, médico; Alejandro Baigorrí Balsa, ingeniero civil y entrenador de vóley; y Raúl Baigorrí Balsa, abogado.
-Abel se caso con María de las Candelas Alonso y fueron padres de Candela Baigorrí Alonso, médica pediatra; Laura Baigorrí Alonso, profesora de Historia, ya fallecida; y Abel Baigorrí Alonso, ingeniero electrónico.
-Ángel Rodolfo se casó con Amanda muñoz. Ellos fueron padres de Rodolfo Baigorrí Muñoz, doctor en Matemática; Carlos Baigorrí Muñoz, agropecuario; María del Rosario Baigorrí Muñoz y Guillermo Baigorrí Muñoz, abogado, que además fue el único de los nietos que heredó la vocación por la política de su abuelo César Baigorrí.
-Hugo se casó con Martha Varela y tuvieron a: Hugo Ernesto Baigorrí Varela, ingeniero civil; Martha Baigorrí Varela, Stella Baigorrí Varela, profesora de Historia; Ricardo Baigorrí Varela, ingeniero civil y Carlos Andrés Baigorrí Varela, kinesiólogo.
-Jorge se casó con Carmen Perfetto, tuvieron a Jorge Baigorrí Perfetto, médico; Bernardo Baigorrí Perfetto, profesor de educación física y María del Carmen Baigorrí Perfetto, comerciante.
-Enid se caso con Eduardo Solimei, tuvieron a Enid Baigorrí Solimei, licenciada en Administración de Empresas, Beatriz Baigorrí Solimei, abogada, fallecida; y Eduardo Baigorrí Solimei, ingeniero electrónico.
-Lola se caso con Juan Perfetto. Tuvieron tres hijos: Elena Perfetto Baigorrí, trabaja en Banco Nación; Juan Carlos Perfetto Baigorrí, es ingeniero electrónico y Nieves Perfetto Baigorrí, Licenciada en Informática.
-Elva se caso con Eduardo Lara y tuvieron a Fabiola Lara Baigorrí, profesora de Inglés y Martin Lara Baigorrí, contador.
-Elsa se casó con Miguel Carmona y tuvieron a César Carmona Baigorrí, periodista; María Elsa Carmona Baigorrí, bioquímica y farmacéutica, Miguel Héctor Carmona Baigorrí, ingeniero electrónico, Rubén Carmona Baigorrí, ingeniero vial y Claudia Carmona Baigorrí, quien se dedicó a la actividad agropecuaria en Valle Fértil.