Son descendientes de Absalón Yanzón Moreno, ingeniero agrónomo y polista, quien trabajó en la bodega familiar en Caucete y luego en la tradicional Fideería Yanzón. Uno de sus hijos, Ricardo, siguió con ese emprendimiento y se casó con Beatriz Sánchez. Entre sus hijos están el presidente del Club Social, Tristán Yanzón, y la especialista en equinoterapia, Carlota Yanzón.
Con raíces en Inglaterra y casi tres siglos en la provincia
Si bien los orígenes de los Yanzón están en Inglaterra, hay registro de su presencia en San Juan desde el siglo XVII, y es por eso que se encuentran entre las familias más tradicionales de la provincia. Son varias las ramas del apellido y aunque se desconozcan entre sí, todas son descendientes de Juan Roberto Yanzón, inglés llegado desde Newcastle, quien contrajo matrimonio con una sanjuanina, Antonia Godoy, en 1745. Desconocen cómo era el apellido originariamente, aunque varias familias naturales de Newcastle se apellidan I´anson y, a través del tiempo, el apellido figura escrito como Hanson, Anson, Anceon y Yanzón.
Esta es la historia de los Yanzón Sánchez, familia a la cual pertenece, entre otros, Tristán Yanzón. Reconocido por su profesión y sobre todo por su participación en diversas instituciones sociales, fue concejal de la Capital y desde 2009 presidente del Club Social. Además, esta rama de los Yanzón también está vinculada a la práctica del polo y a la creación del Club Huarpes (1926), la primera institución de este tipo en San Juan y una de las más antiguas del interior del país.
Los emprendimientos familiares, la bodega y la fideería
El relato comienza con los bisabuelos de Tristán, José Antonino Yanzón García (1855-1919) y Waldina Moreno Navarro (1867 -1947), ambos sanjuaninos. Hacia finales del siglo XIX, José adquirió terrenos en Caucete, fue propietario de numerosas hectáreas que llegaban hasta el río y construyó una bodega en 1887. Además, compró a la familia de su mujer un terreno en el centro, en la zona de calle Entre Ríos y Mariano Moreno, y allí abrió la Fideería Yanzón, que contaba con molino y que, en manos de otros propietarios, se mantiene en actividad hasta el siglo XXI.
Si bien tenían las tierras y la bodega en Caucete, José y Waldina vivieron en el centro, durante un tiempo sobre calle Santa Fe, entre General Acha y Mendoza (745 de la antigua numeración), donde actualmente se encuentra la Galería Estornell y a fines de la década de 1910 se mudaron a una casa que construyeron en un cuarto de manzana sobre calles 25 de Mayo y Tucumán, al menos hasta el terremoto de 1944. El matrimonio tuvo 17 hijos, aunque solo tres llegaron a edad adulta: Dalmiro, María Eugenia, Julia, Eduardo, José Antonio, Walda, Virginia, Ercilia, Enrique, Absalón (abuelo de Tristán), nacido en 1905; Augusto, Alberto y Oscar.
Rumbo a Estados Unidos, para ser ingeniero
Poco después de mudarse, prematuramente falleció José padre. Dalmiro, como hermano mayor, que además era varios años mayor que los más chicos, condujo a la familia y sus emprendimientos y envío a estudiar a sus hermanos a diferentes puntos del país y el mundo. Algunos se fueron a Buenos Aires, otros a Francia. El destino de Absalón fue la Universidad de Davis (California), Estados Unidos. Partió hacia allá en 1928, para estudiar agronomía. Regresó entre 1934 y 1935, ya graduado para ponerse a trabajar en las propiedades de Caucete.
Una vez instalado nuevamente en San Juan, Absalón conoció a la hermana de María Adela Bruzzone, quien era la novia de su hermano Enrique. La joven era Emma Dolores Bruzzone, hija del capitán de infantería Andrés “Tito” Bruzonne, nacido en Italia, y de Dolores Salas Sánchez, perteneciente a una tradicional familia de San Juan que vivía en Marquesado. Era la menor de cinco hermanos, los mayores fueron Bernardo, Luisa Elena, Alberto y María del Carmen.
Ema era diez años menor que Absalón y contrajeron matrimonio a fines de la década de 1930. Una vez casados, los hermanos Yanzón se dividieron el trabajo en las diferentes propiedades de la sociedad Yanzón Moreno SRL y Absalón, junto a Enrique, quedaron a cargo de la fideería.
Deportistas y pioneros del polo
En 1924 llegaron a San Juan un grupo de polistas porteños, formado por Francisco Cevallos, Carlos Lacey y Félix y Ramón Videla Dorna. Buscaban extender la práctica del polo hacia el interior del país, así que realizaron una serie de exhibiciones en las que participaron varios entusiastas locales, entre ellos los hermanos Yanzón Moreno. Pronto se entusiasmaron y comenzaron a practicar en canchas improvisadas en potreros y utilizando los caballos que empleaban para las tareas del campo. Contaron con la ayuda del inglés Arturo Linton, que llegó a la provincia con el trabajo del ferrocarril. Él cultivó en los Yanzón la afición por el deporte y les enseñaba la técnica.
Dos años después de la llegada de los polistas de Buenos Aires, los Yanzón decidieron fundar el Club Los Huarpes, evocando a los primeros habitantes de esta región. El primer presidente de la institución fue el hermano mayor, José Dalmiro y su primer partido lo jugaron el 12 de octubre de 1926, contra un equipo mendocino. Un mes después resolvieron afiliarse a la Asociación Argentina de Polo. Con el tiempo construyeron una cancha con los requerimientos correspondientes, en tierras que fueron propiedad de Dalmiro. Varios años después, en la década de 1980, formaron la asociación civil y le compraron el terreno, que pasó a ser de la institución.
Todos los hermanos Yanzón Moreno practicaron el deporte. Los fines de semana se instalaban en Caucete, jugaban y les enseñaban a sus hijos y luego a sus nietos. Cuando los chicos cumplían 13 y 14 años comenzaban a entrar a la acancha y competir a la par de los más grandes. Absalón jugó hasta después de los cuarenta y los hijos y nietos de Enrique Yanzón Moreno jugaron incluso a nivel internacional.
Los hermanos no solo practicaron polo, varios también jugaron al fútbol y fueron fundadores del Club Atlético de la Juventud, del Club Atlético Villa Independencia y el Tiro Federal San Juan. Absalón estuvo entre ellos, él jugó al fútbol en la universidad en Estados Unidos, además practicó tenis y golf, destacándose en todas las disciplina deportivas.
Los Yanzón Bruzzone
El matrimonio Yanzón Bruzzone tuvo tres hijos: Ricardo Absalón, Mario César y Ema Lola. Después de casarse, Absalón y Ema vivieron un tiempo en Caucete, hasta que pudieron instalarse en su casa, ubicada en calle Del Bono, entre Rivadavia e Ignacio de la Roza. De los tres hermanos, Ricardo se ocupó de la fideería de la familia hasta los ochenta y luego trabajó en empresas petroleras en el sur. Se casó con Beatriz Adela Sánchez, quien era amiga de su hermano Mario y a quien conocía porque además sus familias eran conocidas. Ella tenía 18 años y él 23 cuando contrajeron matrimonio.
El segundo de los hermanos, Mario, se fue a Mendoza a estudiar arquitectura. Allí se recibió, se casó con la arquitecta Eliana Bórmida, con quien abrieron el estudio Bórmida & Yanzón, especializado en la construcción de bodegas y responsable de la edificación de al menos 30 establecimientos de este tipo. Mario y Eliana son padres de Ana y Luisa, ambas también arquitectas.
La menor de los hermanos Yanzón Bruzzone, Ema “Loli”, estudió arquitectura en San Juan y se casó con Carlos Domínguez, médico especialista en diagnóstico por imagen. Ellos son padres de Carlos Esteban, odontólogo radicado en Calafate; Mariana, odontóloga; María José, arquitecta; Enrique, médico; Dolores, médica radicada en Mendoza; Andrés, médico y vive en Mendoza; y Luisa, licenciada en Letras, vive en Buenos Aires.
Los descendientes de Ricardo Yanzón y Beatriz Sánchez
Ricardo y Beatriz tuvieron cuatro hijos: Ricardo, Tristán, María Carlota y María Beatriz.
Ricardo comenzó a estudiar ingeniería civil en la Universidad Nacional de San Juan y a los veintiún años decidió viajar a Europa. Esa decisión cambió su rumbo, se radicó en Alemania, terminó allí su carrera y trabaja para la Universidad Técnica de Munich. Allá se casó con Mara Bonino, nacida en Buenos Aires, hija de padre italiano y madre alemana. Ricardo y Mara Ellos son padres de Ricardo Lucas y Catherina Yanzón Bonino.
Tristán estudió abogacía en la Universidad de Buenos Aires. Costeó gran parte de su carrera trabajando en el reconocido estudio Fiorito, que tenía clientes importantes, entre ellos algunos bancos. Se recibió a los 23 años y al poco tiempo montó su propio estudio en Buenos Aires, dedicándose a lo civil y comercial. Mientras vivía allí se casó con Gail Berzenkovich, también sanjuanina, licenciada en Administración de Empresas y una de las propietarias de Bodegas Bórbore. Ellos son padres de Jorge Ignacio y Francisco Tristán Yanzón Berzenkovich.
Los Yanzón Berzenkovich vivieron en la capital del país hasta el año 2001, cuando decidieron regresar a San Juan. Mientras abría su estudio en su provincia natal, Tristán pasaba una semana acá y otra en Buenos Aires, para seguir atendiendo a los clientes allá. Así lo hizo hasta que el conflicto del campo, en 2008, lo obligó a pasar casi treinta horas sobre un colectivo. Resolvió dejar gran parte de su actividad en la gran ciudad, mantuvo algunos casos, pero sin necesidad de viajar con tanta frecuencia.
Apasionado desde joven por la política, aceptó unirse a la propuesta del bloque Fiscal, y formando parte del Frente Producción y Trabajo, fue electo concejal por la capital, cargo que ocupó entre 2011 y 2015. No fue una mera casualidad, ya que en la familia Yanzón hay varios antecedentes en política. Él es descendiente colateral de José Martín Yanzón, quien fue gobernador entre 1834 y 1836. Además, su tío abuelo José Dalmiro, fue ministro de Obras Públicas del gobierno de Juan Maurín, en la década de 1930, otro tíos abuelos Diputados e Intendentes. Además de los familiares ascendientes maternos en cargos políticos de relevancia en la historia de San Juan y Argentina. Por ejemplo por ambas familias son de la familia Sarmiento Funes.
Carlota es psicóloga y se apropió de la pasión de la familia, los caballos, para su profesión, se especializó en equinoterapia. Ella es madre de María del Mar, Carmen y Ramiro Cúneo Yanzón.
Beatriz, la menor de los cuatro hermanos, está casada con Enrique Uriburu Lloveras y son padres de Martina, licenciada en Recursos Humanos y vive en Buenos Aires; Catalina, Clara y Esmeralda Urubiru Yanzón, que compite en Mountain Bike y fue medalla de oro en la disciplina en los Juegos Evita 2016 a nivel nacional.