Guillermo Kuchen fue entrevistado por Juan Carlos Bataller en el ciclo "Qué hiciste con tu vida" en diciembre de 2017
-¿De qué origen es el apellido Kuchen?
-Es de origen suizo, de la parte alemana de Suiza. En alemán significa torta o pastel. En Chile se usa mucho decir Kuchen y que te relacionen a la pastelería.
- ¿Y cuál fue el suizo que se vino a la Argentina?
-Fue mi tatarabuelo, con mi bisabuelo niño. Fue en las primeras emigraciones, en 1850 concretamente. Ellos se radicaron en la provincia de Santa Fe, en lo que es hoy una de las primeras colonias agrícolas del país, San Gerónimo norte. La primera creo que es Esperanza y la segunda es San Gerónimo norte. Ellos venían con la promesa que se les brindara aquí un lugar para trabajar. Concretamente le daban a cada familia 33 hectáreas y cuatro vacas porque eran de una cultura agrícola y láctea. Para ellos eso era un capital que en su vida lo habían tenido y bueno, de allá venían como el resto de los inmigrantes, espantados por la miseria en Europa. Para mis antepasados sin duda fue una gran oportunidad venir a la Argentina a vivir.
-¿Y qué hicieron acá los descendientes de aquellos suizos?
-Todas estas colonias se dedicaron a la actividad agrícola ganadero de lleno. Mi abuelo fue campesino, dedicó su vida a eso. Fue además un gran deportista, corredor de autos y de motos, jugador de futbol, en distintas situaciones y momentos de la vida. Como más se desarrolló fue como corredor de autos. De hecho, Carlos Reutemann siempre cuenta que el primer auto de carrera que manejó fue el de mi abuelo. Eran muy conocidos familiarmente, incluso Carlos Reutemann era compañero de mi viejo en la escuela.
- ¿Estamos hablando de la década del 30?
-30 y pico, claro, o del 40
-La época de Fangio, de los Gálvez...
-Claro, en otras categorías obviamente, esto era una categoría que se corria en los caminos de campo.
-Y de pronto aparece Benjamín, tu papá.
-Mi viejo es el menor de nueve hermanos. El nació en Santa María, que es un pequeño pueblo cerca de San Gerónimo norte. A los pocos años se mudaron a San Gerónimo norte, ahí hizo su escuela primaria. Como no existía la secundaria, lo llevaron a estudiar pupilo a un colegio de curas en Rosario. Ellos son tres hermanos varones y seis mujeres. Uno de sus hermanos varones ya estudiaba ingeniería y para él fue muy tentador irse a estudiar a la Universidad Católica de Córdoba. Ahí estudió la carrera de ingeniero electrónico, tuvo una beca para ir a trabajar a Philips en Holanda, donde hizo una pequeña especialización y luego obtuvo la beca para ir hacer un doctorado en Alemania.
-¿Ya estaba casado?
-Mi mamá es de Rio Cuarto, de apellido Vaquero. Mis viejos se casaron y fueron juntos a Alemania. Allá vivieron durante seis años. Allí nació mi hermano mayor Ernesto y al poco tiempo de que había nacido, decidieron que querían volver a la Argentina.
-Tu viejo es de formación socialista. De un socialismo de Santa Fe, un socialismo distinto de cómo se da en otras partes del país
- Si y de hecho el referente más importante a nivel nacional del socialismo, que es Hermes Binner, es primo segundo de mi viejo.
-¿Cómo viene Benjamín padre a San Juan?
-Estando en Alemania, deciden volverse a la Argentina y mi viejo se pone a buscar trabajo en distintos lugares. Consigue en distintos centros de investigación, en Bariloche, Bahía Blanca, Buenos Aires y en San Juan. El acá tenía un gran amigo, Carlos Graffigna, que había sido compañero de estudio de él en Córdoba y le dijo: “Benjamín, venite a San Juan. Se está formando todo, necesitamos gente que venga a trabajar y te necesitamos a vos”.
-Era la época en que había nacido fabricaciones universitarias, había movimientos que se pararon con los militares pero que habían hecho cosas interesantes.
-Claro, ahí él tomó la decisión de venir a San Juan. Nunca había venido a San Juan. Llegaron a Caucete en auto, pensando que era San Juan y se preguntaban: "no puede ser que esto sea San Juan, es un pueblo".
-¿Y?
-Imaginate Caucete hace 40 años a la hora de la siesta... Empezaron a preguntar a la poca gente que encontraban dónde quedaba la universidad y nadie sabía... porque no había. Hasta que encontraron una chica que, pensando que estos eran unos vivos que estaban tratando de conquistarla, les dijo: “no, acá no hay ninguna universidad. Ustedes estarán buscando la universidad de San Juan. San Juan está a 30 kilómetros más allá”. Y así llegaron.
-Y así surge el clan Kuchen, porque ustedes son un poco un clan.
-Somos una pequeña familia, nuestro núcleo es de cinco integrantes. Ahora tenemos hijos. Hemos sido siempre una familia muy unida, con muchas actividades familiares. Mi viejo es un gran generador de vínculos internos, es un gran convocador. En la casa de él se puede hacer cualquier cosa, lo que sea.
-¡Qué caso tu padre! Después de haber sido un referente en la universidad como investigador, se presenta como candidato y es elegido rector; deja el rectorado y cuando uno pensaba que ya se jubiló, se mete en política y en el teatro. Tiene una vida plena, no se jubila nunca.
-No, no podría. La jubilación es una formalidad para él. Cuando se jubiló en el rectorado su máxima aspiración era volver a dar clase en las aulas, cuando la carrera política de cualquiera que está en ese ámbito es al revés. Volver el aula es como un retroceso. Para mi viejo fue el corazón de su vida. Su actividad es hacer siempre algo, y con la actuación ha sido igual. Lo importante estar dispuesto hacer algo nuevo.
-Hablemos de Guillermo ahora. ¿Estudiaste en San Juan?
-Sí. Vivimos casi siempre acá, excepto por alguna circunstancia de la vida que tuvimos que vivir en la provincia de Córdoba a raíz de un accidente familiar que tuvimos.
-¿Pero sos sanjuanino?
- Soy sanjuanino. Nací, viví, hice la escuela y empecé a estudiar acá, en la facultad de ingeniería, hasta que descubrí el teatro recién a los 20 años. Fui a ver una obra de teatro y ahí me di cuenta que eso es lo que yo quería hacer toda mi vida. Ahí empecé a estudiar teatro y decidí dejar ingeniería.
El arquitecto Kuchen
-Pero te recibiste de arquitecto
-Después estudié arquitectura, porque cuando dejé la facultad de Ingeniería, me dijo mi viejo: “me parece perfecto si no querés ser ingeniero (su máximo sueño era que siguiera los paso de él), si no hacés una carrera universitaria, ponete a trabajar, porque acá un becado no vamos a tener así que o estudiás o trabajás". Entonces empecé a buscar alguna carrera que más o menos me gustara como para que me siguieran bancando mientras hacía teatro.
-Y te pusiste a estudiar arquitectura...
-No, antes pasé por Administración de Empresa, después por Diseño Industrial y con ese mismo plan de hacer un poco de cada cosa entré en Arquitectura y Arquitectura me capturó, me encantó, me gustó mucho.
-¿Te recibiste rápido?
-Me llevó bastante tiempo porque entre medio me fui a vivir a Buenos Aires, hice varias cuestiones, pero estudié mi carrera de arquitecto acá en San Juan.
-Si hoy te proponen arquitectura o teatro... ¿qué elegís?
-El teatro.
-¿Crees que naciste para el teatro?
-Creería que sí. Sin duda es la actividad que me llena el alma hacerla en todo los planos. Siempre me lo he planteado, más cuando estudiaba ingeniería: ¿Cuál fue la razón por la que dejé de estudiar? Ingeniería me gustaba, pero no me apasionaba. Eso trato de inculcarle a mis hijas y a todos los chicos por ahí con los que hablo: uno tiene que hacer lo que a uno le apasiona. Es la única forma de sentirse realizado, de ser exitoso hacia uno: hacer lo que a uno le gusta y todo lo que uno se proponga será posible. Cuando hace 20 años me planteé ser actor, parecía una broma ser actor en San Juan. No existía esa profesión.
-¿Quién te acerca al teatro?
-A mí me llevó una ex novia. Estudiaba música en ese momento, empecé a estudiar danza clásica y contemporánea, fui a ver esta obra de teatro llevado también por mi ex novia y descubrí que eso era lo que realmente me gustaba. Inmediatamente empecé a estudiar con Juan Carlos Carta, fui dejando lo otro de a poco primero dejé la música, después dejé la danza...
-Pero hoy trabajás como arquitecto...
-Si, de hecho tenemos una pequeña empresa familiar con mi mujer que es arquitecta también, pero mi actividad está centrada en la actuación
-O sea que el título de arquitecto fue para darle una alegría tu padre. ..
-Estoy convencido que para ellos fue un excelente regalo que yo haya tenido el título de arquitecto, pero también estoy convencido que todo en lo que uno se forme es un complemento a una formación integral. Cuanto más cosas aprende uno, por más variadas sean, construye una inteligencia más amplia.
-¿Qué une estéticamente al arquitecto y al actor...?
-El trabajo del actor tiene mucha similitud con la arquitectura, con el trabajo del diseñador de arquitectura, tiene que ver con imaginar espacios, imaginar situaciones, imaginar modos de vida. Así que tiene un vínculo bastante cercano. De hecho muchos arquitectos son actores.
-San Juan es una ciudad reconstruida y por ahí muchos nos preguntamos si tuvieron más influencia los ingenieros que los arquitectos, salvo en la planificación inicial. Por ahí hemos ido construyendo carente de belleza.
-Es natural porque la reconstrucción de San Juan tiene un origen que es la destrucción y la fuerza de la naturaleza y no hay estética que se pueda contraponer a eso. Es natural que la gente haya tomado al ingeniero como el referente, al profesional que le puede hacer una construcción segura. Lo que vivió San Juan es una marca fortísima
-Es parte indisoluble de nuestro ser sanjuanino. De cualquier forma, cuando el Estado construye un barrio de 1.000 viviendas, me espanta
-Hoy la emergencia es dar viviendas a una gran cantidad de personas, resolver la inmediatez y muchas veces nos hace olvidar un montón de otras cosas.
Su vida familiar
-Un día estudiabas arquitectura y te casaste con una compañera de curso.
-Exactamente, me enamoré perdidamente de una compañera de curso, Natalia Mallamaci. Es hija de Jorge Mallamaci, un ingeniero muy conocido aquí en San Juan. Una familia muy unida, mucho más parecida a la nuestra, mucho más numerosa obviamente. Inmigrantes de las últimas inmigraciones.
-Te casaste formalmente, con vestido de novia incluido...
-Sí, cumplimos con todos los requisitos de la sociedad y de la familia. Estamos casados hace más de 16 años, así que ha sido también una construcción larga pero basada en la unión familiar, en construir una familia sencilla en el fondo.
-No debe ser fácil ser la esposa de un actor.
-Eso es lo que me recrimina constantemente. Igual, ella es una gran compañera. Natalia me ha apoyado y me ha incentivado muchísimo, incluso cuando me he ido a trabajar afuera, cuando he vivido fuera de San Juan, ella ha sido una gran compañera en contener a mis hijas, en seguir conteniendo el hogar acá a pesar que yo no estuviera.
-¿Y cómo es entrar en una casa donde todas son mujeres?
-Ahora tengo un gato, porque tenía mis tres hijas, mi mujer y una gata. Es muy lindo, las mujeres son muy cariñosas, mis hijas son lo mejor de mi vida, son muy compañeras. Ellas se han bancado también estas ausencias.
-¿Son celosas del padre?
-Son muy celosas, como debe ser, pero son muy compañeras realmente
-En San Juan las chicas hablan de Kuchen como un tipo súper pintón. ¿Sos consciente de eso?
-Gracias por el halago. Uno cumple probablemente con los estereotipos o los paradigmas. Me cuesta decirlo porque no lo comparto, pero los paradigmas de lo estéticamente lindo, agradable, son paradigmas.
-Ocurre que sos actor pero al mismo tiempo también sos modelo...
-He trabajado como modelo bastante. Eso fue una sorpresa para mí porque no estaba en mis planes. Surgió de una propuesta rara y terminó siendo un campo laboral interesante. Es algo que sinceramente me costó inicialmente por esa misma razón, porque me cuesta darle un valor a lo estético pero socialmente es así.
Los dos San Martín
-¿Y cómo fue hacer de San Martin con tu padre?
-Eso es uno de los grandes regalos de trabajo de esta profesión. Poder interpretar a otro ya es algo muy gratificante y poder interpretar a San Martin, que para mí ha sido un referente durante toda mi vida, mucho más. En mi casa ha sido siempre referenciado como modelo de prócer indiscutido. Llegar a interpretar a San Martin incluso me dio la posibilidad de renunciar a otros trabajos porque sentía un gran halago, una gran responsabilidad en el fondo.
-Sos admirador de San Martín...
-Había estado en la casa de San Martin en Bolougne-Sur-Mer en el 2011 y en Grand Bourg, donde se reunió con Sarmiento. Realmente para mí es muy emocionante cada vez que lo cuento. Siempre he tenido una gran admiración por San Martin. Interpretarlo fue realmente un regalo de la vida increíble y poder hacerlo junto a mi viejo mucho más. Un San Martin de carne y hueso, real, porque yo a mi viejo lo veo así, una especie de San Martin, así que esa combinación fue perfecta. La verdad que representar a San Martin de la mano de mi viejo es un sueño.
-Para un actor la meca es Buenos Aires...
- Sí y no. Yo tuve la posibilidad y trabajé en Buenos Aires mucho. Lo que a un artista le llena el alma es hacer un trabajo artísticamente bueno. Estar en Buenos Aires implica como haber llegado a un cierto nivel. Yo fui a Buenos Aires como un provinciano, a ver qué pasaba, a ver si iba a poder hacer algo y pude hacer casi todo lo que me propuse. Trabajé en cine, trabajé en el teatro San Martin, estoy convencido que cualquier persona que está haciendo teatro acá en San Juan está en condiciones similares a cualquier actor que este en Buenos Aires.
-Soy un amante del teatro y lo que veo, al menos en las últimas temporadas, es que las obras que tienen éxito son interpretadas por gente que al mismo tiempo hace televisión.
- Ahí sí tiene que ver en esto de lo que es Buenos Aires. Tiene que ver con el volumen de trabajo o sea probablemente tenemos las condiciones para trabajar en ese nivel, pero hay que someterse a esos niveles de trabajo que son muy intensos, que muchas veces implica ensayar 12 horas por día. La televisión es una industria donde la prioridad es el rendimiento, entonces muchas veces los actores de televisión son denostados porque tienen un nivel artístico inferior a otro tipo de actores. El actor de televisión trabaja en un régimen que hay que sostenerlo.
-Con internet poco se respetan nuestros derechos. Los que hacemos contenidos no vemos un peso mientras otros se benefician...
-Soy un gran defensor de los derechos en todo sentido. Me pasó hace unos años que fui a alquilar una película a un videoclub y cuando llegué a mi casa, me di cuenta que el DVD era una copia. Entonces volví al negocio- quiero aclarar que fue la última vez que fui a un videoclub no solo por una decisión propia sino porque me impidieron la entrada-, fui con la película y les dije: "Esta película es una película copiada" y me dice: “No sé”.
-¿Y...?
- Le dije no, si sabes, es una película trucha, dame la original.
-¿Te la dio?
-Me dijo no, las películas no la tenemos porque las bajamos de internet.
-¿Y qué hiciste?
- Agarré el DVD, lo apoye en el mostrador del videoclub y lo partí al medio y le dije: "Vos me devolvés la plata o me traés la película original". Obviamente llamaron a la Policía y tuve que dar explicaciones de por qué yo estaba cometiendo un error cuando los que estaba cometiendo un error eran ellos.
- Se vienen épocas en las que vas a poder producir acá, tranquilamente en tu hogar
-Un poco lo estoy haciendo en este momento. Me gusta mucho escribir así que tome muchos cursos sobre escritura de guión. Hoy estoy escribiendo varios proyectos muy avanzados y pienso desarrollarlos en San Juan concretamente. Trabajo en forma conjunta con una guionista de Buenos Aires con la que nos comunicamos vía internet. Yo le envío el material y ella me lo corrige o ella me propone algo... Lo raro es que de la mano de toda esta tecnología y de estos avances, el teatro sigue existiendo como teatro y es quizás de los pocos que han podido hacerlo. El cine ha cambiado mucho, los recitales han cambiado pero el teatro sigue siendo un espacio que convoca personas físicas.
-¿Te corre el tiempo, la edad?
-Sí, yo soy un tipo que desearía tener 16 años toda la vida. Me pasa que tengo todas las ganas de hacer tantas cosas que digo: no me va alcanzar el tiempo.
-¿Has sido feliz? ¿Sos feliz?
-Mi vida en general es feliz. Es muy diferente plantearse la felicidad como un sentimiento de alegría. Ser feliz no significa que uno no haya pasado por momentos de tristeza, de mucho dolor. La felicidad incluye todos esos aspectos, el dolor, la alegría, la risa, el llanto.
-Repetiste dos veces seguidas la palabra dolor...
-Sí, porque creo que es necesario también
-¿Pasaste momentos de dolor?
-Sí, creo que eso es mayor a la felicidad. El hecho de haber tenido la experiencia de pasar momentos muy tristes hace que uno pueda gozar de lo bueno que es vivir y de lo lindo que es vivir.
-Contame...
-Nosotros concretamente tuvimos un accidente automovilístico en el año 81. Yo tenía 4 años. Viajábamos mis viejos, mi hermano mayor y yo, mi hermano menor todavía no nacía, y en la localidad de Villa Mercedes un conductor imprudente le hizo perder la estabilidad a otro vehículo que impacto contra nosotros.
-¿Fue muy grave?
-Mi vieja a raíz de eso tuvo problemas de salud psicomotrices que hasta el día de hoy acarrea. Mi viejo se tuvo que sobreponer a una situación familiar muy compleja y yo fui el único al que no le pasó nada.
-¿Cuál fue el saldo?
-Te cuento: llamaron a la familia de mi vieja de Rio IV y ellos fueron rápidamente hasta el lugar del accidente. Tengo el recuerdo que mi abuela me subía a la camioneta de ellos, estaba anocheciendo y estaba lleno de sirenas de las ambulancias porque en el otro auto falleció la mayoría de los integrantes. Tengo ese recuerdo y otras cosas que me dicen que yo comentaba cuando era chiquito pero me las fui olvidando. Creo que el cerebro va eliminando cosas que a uno le hacen mal, borra lo que tiene que borrar.
-¿Qué más recordás?
-Recuerdo cuando estaba en el hospital. Me llevaron ahí porque mi familia no estaba.
-¿Por qué?
-A mi vieja, desde el lugar del accidente, la tuvieron que llevar a Córdoba y en el camino murió cinco veces por paros cardiacos; la reanimaron hasta que sobrevivió. Fue un antes y un después para nuestra familia, fue muy duro y si bien yo lo sufría, me doy cuenta ahora no era consciente de lo que estaba sucediendo, que nuestra vida había cambiado, que todo había cambiado. Fueron meses de vivir separados de nuestros padres. Y las consecuencias hasta hoy en mi madre fueron muy graves....
-¿Y después?
-Después nuestra familia siguió adelante consolidada, superando lo trágico que podamos haber pasado.
-¿Con qué tema musical cerrarías esta nota?
-Creo que si tuviera que elegir uno sería "Balada para un loco", es un tema que siento que me representa mucho y que a mi vieja le encanta.
Cómo lo vi
Guillermo es un personaje interesante de entrevistar.
Aparenta ser un ganador todo terreno.
Hijo de un rector, buena posición económica, modelo de a ratos, arquitecto de profesión y actor por vocación, reúne muchas condiciones para creerse su fama.
Sin embargo, a cada elogio responde con argumentos que lo ubican en el terreno del hombre de a pie.
Concentra su discurso en otras convicciones: esposa, hijas, familia, profesional medio, espíritu de clan. Y la palabra dolor, que se traduce en marcas que acompañan su espíritu mientras alienta su gran ilusión: trascender en la escena nacional.
Sabe que ese es su desafío final: el límite exacto entre el aplauso mayor y la fama de entrecasa.
JCB
Se trataría de una persona que no le teme a los cambios, a “comenzar de cero”, es capaz de reinventarse si las circunstancias así lo requieren.
Es una persona clara, transparente, que no pierde su identidad en un personaje.
La dimensión de las letras es grande, denotando una posible autovaloración elevada, una persona muy conectada con sus fortalezas y virtudes.
Se detectan rasgos de invasión del espacio aéreo de las demás letras, lo cual representaría tendencia a tratar de influenciar en el pensamiento y la acción de los demás.
Posiblemente las experiencias o situaciones laborales, las llevaría en algunos momentos a su ámbito íntimo. Es decir le costaría dejar las frustraciones o alegrías del ámbito laboral fuera de su hogar. Mientras que en sentido inverso, esto no ocurriría; lo acontecido en su hogar, quedaría a salvo de la exposición pública.
Persona muy sociable, de fácil contacto con las demás personas.
Nota publicada en La Pericana el viernes 13 de julio de 2018