Daniel Olivera – Dany Love, quien se considera transformista, fue entrevistado por Juan Carlos Bataller en marzo de 2019 para el ciclo “Qué hiciste con tu vida
—Hoy tengo una doble entrevista, con Dany Love y Daniel Olivares. Comenzamos con Dany Love.
—De acuerdo.
—¿Cómo empieza este personaje?
—De una forma media insólita. Era disc jockey en Rapsodia y una noche llegó Edda Bustamante preguntando si había show y en realidad no había. No sabía bien qué hacer, pero le dije que si había. En ese entonces tenía la barba y le dije a uno de los chicos: “andá a comprarme una maquinita de afeitar por favor, urgente”. Me afeité, les empecé a pedir ropa a los chicos que hacían shows. De lo que buscamos encontramos una mini rosadita, un topcito, que no era para mi cuerpo pero hicimos que anduviera. Me puse dos globos, una peluca así nomás y un saco de tiras blancas. En esa época estaba de moda el tema de “La gata” de Florencia de la V. Aprovechando que era popular y lo había hecho una travesti dije “salgo a hacer esto”. La gente no iba a entender nada pero no importaba. Edda Bustamante tenía que ver un show en Rapsodia. Patético pero tenía que haber uno. Esa noche, la hice subir a Edda, jugamos un poco con la gente, agarré el micrófono. Nunca lo había hecho con un personaje desde el transformismo, siempre lo había hecho como DJ, como Daniel. Y aquí estoy. Hubo un largo proceso.
—Nombraste la palabra transformista. ¿De qué se trata?
—Nos llaman LGTBIQ, lesbiana, trans, transformista, travesti.
—Por eso, la gente se pierde.
--En la calle a todos nos dicen de la misma manera. El transformismo no tiene que ver con la sexualidad sino con el arte de la actuación.
—Puede ser un hombre que se caracteriza como mujer o una mujer como hombre.
—Totalmente.
—¿Qué es una drag queen?
—No es lo mismo. Los drag queen nacen en España y una cantante de Alaska los empezó a usar en su shows en vivo. Es la androginia. No hay una sexualidad marcada. No es como el transformista o el travesti que elige puntualmente un personaje femenino o masculino. Acá tiene mucho más que ver la intervención de la imaginación y los volúmenes del cuerpo humano cambian; tu cara cambia totalmente; la expresión de todo eso cambia arriba del escenario; es totalmente distinto a una mujer o un hombre convencional.
—¿Vos sos drag queen?
—No, soy transformista. A ver, me he dado el gusto de hacer shows como drag queen, pero no es lo mío. Me gusta más el tema del transformismo. Dany Love está más ligado a lo bizarro, al humor. No tiene nada que ver con lo drag queen. No significa que el humor no exista en el estilo drag queen; a mí me divierte hacerlo desde esto, desde personajes de barrio.
—Si te pido la voz de Dany Love.
—Es esta. A lo macho. Yo siempre digo “hay que ser muy macho para salir a la calle así”.
—¿Salís a la calle así?
—¿Y qué te parece?, ¿Crees que vengo en un tubo?, ¿o por el subsuelo?, no hay subte en San Juan.
—¿Pero todos los días salís así?
—No. En mi caso está ligado a la sexualidad pero principalmente está vinculado al arte, sin haber estudiado actuación. Esto lo fui averiguando a medida que el personaje me iba divirtiendo más. Me subo al escenario y es mi psicólogo, mi playa en Miami, mi departamento en Dubái. Es donde yo me siento pleno, feliz o plena y feliz, como me quieran llamar, el género no me condiciona como ser humano.
—Ya vamos a llegar ahí, porque ya te metiste en Daniel Olivares.
—No, pero es a raíz de lo que me preguntas. No salgo todos los días así a la calle. Pero si tengo que salir como Dany Love para estar acá o en algún otro sitio, por el motivo que sea, así voy. Si tengo que andar por la calle, voy.
—Estuve en Mar del Plata este año y había muchos transformistas.
—Los sanjuaninos en Mar del Plata nos sacamos fotos con todos los transformistas que encontramos y acá te ponen una perimetral de 100 metros. Igual San Juan se ablandó muchísimo, porque se permitió ver que detrás de una chica travesti o una mujer trans, atrás de un gay, de una lesbiana, un transformista o quien sea, hay un ser humano. También me parece que cuando el otro se atreve a vivir como realmente lo siente, da un poco de envidia, de bronca. Te atacan desde ese lado. Yo estoy disfrutando de estar así acá. Me parece genial que Daniel con su vida haga lo que quiera, sin molestar a nadie. Lamentablemente ves que la mayoría de las personas no lo hacen, viven para tener el televisor más grande del barrio, se clavan hasta acá para mandar sus hijos a escuelas privadas, viven por el qué dirán. Te vas a morir siendo un infeliz. Es espantoso no ser vos y es tu vida.
—Me parece bueno explicar qué es Rapsodia., ¿Qué es Rapsodia?
—Rapsodia es algo que formás o construís desmenuzando otras cosas, es donde nos juntamos todos los seres humanos. Es muy heterogéneo. Es un lugar que te permite ser libre principalmente. Es un boliche como cualquier otro donde podés encontrarte dos chicas besándose, dos chicos besándose o una pareja heterosexual besándose. La diferencia es que hay shows de transformismo. De repente alguien caracteriza a Valeria Lynch. Y fijate vos que el tema de los shows es lo que abrió la puerta a la gente que tenía cierta curiosidad, por ahí me dicen “che, ¿vos estás en Rapsodia?, ¿Y qué tal es?” y no andá. Para una madre no hay hijo feo, entonces andá y descubrilo vos.
—Algo que me llamó siempre la atención, ¿por qué le ponen la Vendimia Gay, la Fiesta del Sol Gay?
—Las dos hoy se han convertido en las principales fiestas del país, como reflejo de la comunidad. Creo que el tilde que tenían ya no lo tienen, una se llama “Vendimia para todos” y la de acá se llama “El Sol nos une”.
Creo que al principio tuvieron que tener gay para marcar la diferencia. Permitímelo decir, esta fiesta la van a hacer las mariquitas. Y la primera vez que conseguimos el auspicio del gobierno de San Juan para nosotros no solo era un auspicio, sino un reconocimiento de la comunidad gay. En San Juan vos eras aceptado como gay si eras el mejor peluquero, el mejor diseñador. Tenías que tener una excusa, un prefijo, si no no eras aceptado por ser lo que eras. Creo que por ese motivo las dos fiestas tuvieron ese tilde de gay. Hoy ya no lo tienen porque ya no es necesario.
—Ya se instalaron.
—Al margen de que se instalen, es un show de todos para todos, es un show más que aporta la provincia. Si vos tenés un hotel y albergás 500 homosexuales en dos noches, te va a dejar de importar que sean homosexuales, lesbianas o trans, porque te están moviendo el hotel. Le hace bien a la provincia. Por otro lado, era nuestra vidriera para San Juan. Para nosotros, no tanto para Rapsodia sino para toda la comunidad, era nuestra oportunidad de mostrarnos en nuestra idiosincrasia, en nuestra forma de expresarnos en el escenario, en nuestra forma de vivir y festejar, con una fiesta paralela a la oficial. Creo que por eso tuvo el tilde gay. Hoy por hoy ya nos relajamos, no es necesario.
—Para terminar con la parte de la entrevista de Dany Love. ¿Cómo ves la sociedad? Recién me decías que hay una apertura mayor. Esto es fácil advertirlo, aun cuando hay sectores que siguen teniendo sus resistencias.
—A ver, antes era un problema nuestro y nos hacíamos cargo. O sea, antes todos sabíamos que nacíamos así. ¿Vos te hiciste heterosexual? No, vos naciste. O sea, no sos gay una semana, la que viene lesbiana y la otra heterosexual, no. Uno nace así, te expresás ya siendo niño. Los niños no tienen tapujos. Hasta que empezás a darte cuenta de que esta forma de expresarte que tenés, causa violencia en la escuela, sos agredido permanentemente, aislado del curso.
—Esto contámelo como Daniel Olivares, porque creo que estás contando también experiencias personales.
—Sí, lo que pasa es que quería comparar. Las generaciones nuevas no tienen idea de cómo nos trataban antes. Es importante que lo sepan para que valoren lo que está pasando. Hoy nos podemos casar, adoptar, podemos brindarle amor a un chico que es dejado en un orfanato por sus padres biológicos, que son heterosexuales, que supuestamente formaban una familia pero lo tiran en un baño, o en una bolsa en un baldío. Hoy tenemos oportunidad de adoptar a ese niño y darle amor.
—Para llegar a esto hubo un largo camino, que no fue fácil.
—Te encontrás con gente estúpida todavía, que pierde su tiempo en fijarse cómo son los demás. Pero, por ejemplo, actuamos en la Fiesta del Sol y después de la actuación nos fuimos a pasear por el predio. Había miles de personas y en ningún momento nos sentimos agredidos, ni el codazo, ni el mirá, algo que antes sentías en 5 metros en tu barrio.
—Segunda parte, Daniel Olivares.
—Estamos de vuelta.
—¿Cómo fue tu infancia?
—Nací en el Barrio Cadetes. No me acuerdo de mi padre porque falleció cuando yo tenía 2 años y me crió mi mamá, a mí y a mi hermano que es cuatro años mayor.
—¿Qué hacía tu mamá?
—Era portera de escuela, de la Pellegrini y de la Cortinez. Como a los 12 años ya veíamos lo que era el sacrificio de limpiar una escuela. La vimos laburar duro. Agarramos el secador espontáneamente y le empezamos a ayudar porque era difícil.
—¿A qué escuela fuiste?
—Con mi madre, a la Pellegrini. Después empecé en la Santo Domingo, después me cambió a la Pellegrini y terminé en la Superior Sarmiento.
—¿Jugabas al fútbol?
—A ver, pienso que en algún momento debo haber tenido expresiones afeminadas, pero nunca me sentí excluido o burlado. Era bastante indio. La hice rabiar mucho a mi madre, muchísimo. Viste cuando sos grande y decís, “no, ¿qué hice?”. Y ahí entendés de repente las broncas que pasaba. Era mamá y papá, trabajaba, hacía de comer, limpiaba la casa. Aunque vio el lado conveniente por mi parte, porque en un momento empecé a tender las camas, a pasar el lampazo, barrer, regar, planchar y esperarla con el mate listo. Por ahí es donde uno amortiza, cuando uno es mariquita y chiquito y empieza a hacer los quehaceres de la casa, y la madre empieza a mirarte con ojos más cariñosos.
—Hoy a cualquiera lo hacen cocinar, no te digo planchar.
—Hoy sí, es natural. En aquella época no, era como la expresión ya marcada, pienso. Pero nunca me sentí discriminado, burlado.
—Pero jugabas al fútbol…
— A los 14 años me fui a la Marina, estuve en la Armada 6 años. Ahí me enamoré por primera vez de un compañero, ahí confirmé que era homosexual.
—¿A los 14 años?
—Un poquito más. A los 14 me fui, estuve un par de años, me dieron destino y ahí sucedió. Ahí me di cuenta que era algo sentimental. Hasta ahí nunca me había pasado nada. Siempre había salido con chicas y estaba de novio. Y nada, una vida convencional. Si sentía dentro de mí que algo me pasaba con los varones, había algo que me llamaba la atención. Esto ocurrió en Tierra del Fuego, en el Batallón de Infantería Marina N°5. Fue inexplicable, no lo pude manejar y me enamoré. A raíz de eso, que me asustó y porque veía que la carrera no era para mí, dije “me voy”. Llegué a San Juan con verdades y mentiras. No podía decir en mi casa “me vine porque me enamoré de un compañero”. Me iban a mirar como diciendo ¡¿quée?!¿Me instalé y empecé a estudiar Derecho. Luego dejé. Conocí a una chica y esa chica tenía una hermana interesada en conocer a otra persona. Entonces comenzamos a acompañar a esa otra chica y a este muchacho, empezamos a salir a bailar y él me dijo: “mirá, yo sé que me quieren enganchar con esta persona pero a mí me gustás vos”.
—Ahí cambió todo.
—Igual no fue a partir de ahí que acepté. Él me comentó esta situación y pasó un tiempo. A mí ya me venían pasando cosas también y pasó un tiempo hasta que decidimos estar juntos. Nos pusimos en pareja. Con él hicimos Hendrix, Rapsodia. Todo fue remarla, todo fue difícil y más en aquellas épocas.
—¿Empezaste como disk jockey?
—Yo trabajaba en la Subsecretaría de Trabajo en esa época ya.
—Y ahí tenías que ir como Daniel.
—Y sí, igual Dany Love todavía no existía. La tenía no sé dónde, como las medias Silvana, están pero no se ven. Era un hobby el ser DJ. Había pinchado por ahí algunos discos y me daba cuenta que tenía onda para hacerlo y dije “bueno, lo hagamos”. Yo me encargaba de la música y esto me llevó a conectarme con los chicos que hacían shows; les armaba los arreglos, las ediciones de los shows que iban a hacer. Ya me empecé a meter y a decirles “no hagan las cosas así, pónganle más onda, a las posturas, los pasos”. Me fui metiendo hasta que uno de los chicos me dijo “¿y por qué no lo hacés vos?”. Contesté “No, yo no me voy a vestir de mujer ni en pedo. No, yo soy de los gays que nunca se va a poner una peluca. No”. Hola. Y así estamos.
—¿Nunca estudiaste teatro?
—No. No sería actor porque, me sale el Dany Love nada más. No me des ni el libreto, porque me divierto muchísimo. Te vuelvo a repetir, yo actúo como Dany Love, acá o arriba de un escenario, donde sea, y disfruto tanto. Me gusta mucho.
—La primera vez que públicamente te asumiste, que lo dijiste…
—Fue acá.
—¿En San Juan?
—Acá.
—¿Cómo acá?
—Fue en el reportaje de Daniel con Patricia Moreno en La Ventana. No sé si hice bien en decirlo.
—Hay que buscarlo y ver dónde está.
—No lo comparen por favor (se ríe). Ahí se enteró todo el mundo. A mis amigos de la juventud si los junté un día y les dije “chicos, me puse de novio”. “Eh ¿Y ahora quién es la víctima?”. “Se llama Jorge”. (Hace silencio) Y así fue el silencio. De todos quedaron solo dos, pero no me importa.
—Todo San Juan ha pasado por La Ventana. Han sido 20 años, está todo el archivo guardado. Y me alegro muchísimo de que fuera acá, en nuestro programa.
—Yo más. Siempre me sentí como un canal y la voz de muchos chicos que escuché sufrir en el boliche, que llegaban a divertirse y a que alguien los escuchara porque no sabían qué hacer. Parecía que habían matado a alguien cuando les habían dicho a sus padres que eran gay.
—Hubo padres que los echaban.
—Sí, los echaban. A ver, hay un ejercicio que nos va a ayudar a comprender una situación y es que se calcula que por cada población, el 5% es homosexual. ¿En San Juan cuántos habitantes hay? 800 mil, ponele, 8 por 5 es igual a 40. Hay 40 mil homosexuales. En Rapsodia nos expresamos 300, o sea que hay 39.700 homosexuales que están casados, que se fueron de la provincia, que formaron una familia, que llevan una doble vida. ¡Qué feo! Qué triste.
—A partir de ese momento, ¿fue como liberarse de cadenas?
—Te sentís pleno, te sentís vos, auténtico. Sentís que no engañás a nadie, no tenés la necesidad de crear una falsa expectativa. No tenés necesidad de generar una doble vida.
—Independientemente de que sos un actor, también hay en vos una militante de una causa.
—Creo que es una consecuencia. En Rapsodia empecé con los shows cómicos y los monólogos. La mayoría de los shows cómicos tienen un mensaje subliminal de protesta aunque nos reímos de la situación, así como nos reímos cuando alguien lamentablemente se tropieza en la calle y se golpea. Los cómicos tenían y tienen una carga social importante de reclamo. Y los monólogos eran como mucho más directos, y más en Rapsodia, donde los domingos el café concert era más íntimo. Si bien se llenaba de gente, podías expresarte dentro de una cierta intimidad, con un poco más de libertad, hablando las cosas como son. Como le decía a la gente, cuando uno se pega un martillazo en el dedo no dice: “ay la vagina de mamá”. Si usás términos técnicos, la gente se queda mirando, como que no entendió el mensaje. Y a mí lo que me importaba era que se llevaran una idea y un concepto o imagen distintos y que a la vez lo transmitieran. Era lo que nos hacía falta como provincia. De repente vivimos tan encerrados, en conceptos tan herméticos, con tanta culpa de todo. La vida se nos pasa a todos por igual, y muy rápido. Entonces, si iban de la manito el show con la militancia que vos decís.
—Pero aparte, me imagino que Daniel Olivares tiene otras cosas más, ¿te gustá alguna película?, ¿leer?, ¿algún deporte?
—Y, sí. Daniel está de lunes a viernes. Sí, obvio.
—Me imagino que tenés una vida que también pasa por otras cosas, por ejemplo, ¿te gusta el cine?
—Me encanta. Mi vida la vivo generalmente como Daniel. Esto es un personaje que puede aparecer cuando sea, o cuando yo quiera.
—¿Estás en pareja?
—No, hoy no.
—¿Tenés el proyecto de formar una familia?
—No, que fluya. Creo que todos tenemos deseos según los momentos que transcurrimos en la vida. Tuve hasta deseos de tener un chico, de formar una familia con Jorge. Con él no estoy hace añares, después estuve con quien me acompaña ahora. Ahora somos “amigotazos” y por ahí nos desconocemos o nos conocemos más. Y tiene que ver con mi presente. Hoy siento que una pareja no es lo que necesito. Si mañana aparece alguien, o no, bienvenido sea.
—Daniel, llega un momento en la vida en el que todos hacemos un resumen y uno se pregunta ¿he sido feliz o no?
—Sí, me he cansado de ser feliz. He pasado momentos maravillosos, que en mi vida imaginé vivir. Creo que fui feliz. ¿Viste cuando agarrás el mango de tu sartén? bueno, ahí he sido muy feliz. Me he divertido mucho.
—Como siempre, esto termina con una canción, elegila vos.
—A mi manera.
—¿De quién me despido ahora?, ¿de los dos?
—De Dany Love y por qué no de Daniel Olivares. Ay, creían que era natural, no. Este soy yo. Este viene a ser como el casco de las travestis. Realmente feliz de poder mostrar esto, de que la gente lo pueda ver e interpretar y que sirva para abrir más cabezas. Recordemos que hay muchos chicos a los que todavía les cuesta horrores poder decirles a sus papás algo que no eligieron ser.
El –Daniel Olivares- asegura que Dany Love es su mejor amiga. Y el entrevistador termina casi convencido que son dos personas.
Arriba de los tacos y debajo de sus rulos bordó, su metro noventa luce imponente. Y cuando habla no deja de actuar aunque sólo se considere “un intento de actor”.
Daniel, al cabo de media hora de charla, logra que uno sienta que está hablando con un amigo que va contando su vida mientras analiza una sociedad, la nuestra. Y lo hace con la seguridad del que no tiene ni le interesa esconder nada.
Es así como habla de amores y desamores, de pasado y de proyectos. Y termina la nota sacándose su peluca bordó mientras elige como canción de despedida “A mi manera”.
JCB
El perfil psicografológico
Por Por: Elizabeth Martínez - Grafoanalista
» Se detecta adecuada distancia con las situaciones de su pasado.
» El predominio de curvas manifiesta una modalidad de ser que implicaría dulzura, suavidad, simpatía, bondad y buenos modos.
» La escritura desligada podría estar indicando una forma de defensa contra sus pulsiones instintivas, manifestando una actitud de control que favorece al individualismo, la prudencia defensiva y cautela.
» Se observan rasgos de posible equilibrio entre la razón y el sentimiento. Madurez de criterio y capacidad de reflexión. Capacidad para llegar a la síntesis de ideas con equilibrio.
» Se revelan indicadores de posible deseo de ocultación de las propias debilidades, procurando dar la mejor imagen de si mismo. Probable autoconcepto elevado y excesiva preocupación por la apariencia y la consideración. El nivel de necesidad de ser dignificado sería elevado.
» Se presentan indicadores de inteligencia activa en la que se suceden rápidamente las ideas y las iniciativas. Prontitud de concepto y réplica.
» Dinamismo psicofísico, firmeza en las ideas y los afectos. Adecuada capacidad para defender sus ideas.
-- Entrevistas y textos: Juan Carlos Bataller
-- Edición para TV: Mariano Eiben
-- Mixer: Luciano Bataller
-- Producción: Giselle Covarrubias
-- Diseño: Miguel Camporro
-- Cámaras y Fotografías: Rubén Paratore
-- Grafología: Elisabeth Martinez
-- Desgrabación textos: Joana Icazatti y Noelia Escales
-- Maquillaje: Charly Ramos
Esta entrevista fue realizada en marzo de 2019