Retablo de la infancia

 Autor: Antonio de la Torre

Nunca podré olvidarte,
pedacito de tierra,
donde jugué mis juegos
y reforcé mis fuerzas.

Nunca podré olvidarte,
patio cordial y ancho, como la fe del hombre,
camino recostado sobre la hierba fresca,
que todas las mañanas esperabas mis plantas,
ágiles e inocentes, para tatuar tu arena.
-Yo y mis hermanos íbamos en caballos de caña
a conquistar la América–.

Árboles del sendero, musicales y simples,
parral enmarañado, alma de primavera,
potreros adormidos,
en el arcano rito de la gleba.

Mañanitas de sol,
surcos sumisos que alargó la reja.
yunta de mulas mansas,
bueyes rumiando sueños
bajo el incendio místico de una tarde serena.

Cielo donde elevaba
el volantín sonoro de mi honda inocencia,
-el volantín se ha roto,
pero guardo la cuerda-.

Chañares cenicientos enarbolando trinos.
Álamo solitario, custodiando la era,
-yo soñé que una noche
te enamoró una estrella,
y subiste, subiste temblando, temblando...
y no la alcanzaste
por eso, rugiendo, te tumbó la pena-.

Escenas sencillas con sabor de égloga
¡alma de mis recuerdos,
pedacito de tierra,
donde soñé mi sueño
que es el “yo” de mi pena!

Fuente: antoniodelatorre.com.ar

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Antonio de la Torre
Retablo de la infancia. Autor Antonio de la Torre