La doble vida de las palabras

Las palabras nacen, se reproducen, y a veces mueren!!! Por ello, luchan constantemente por seguir existiendo, y en esa lucha también se equivocan.

¿Presidente o Presidenta? En español existen los participios activos con derivados verbales. El participio activo del verbo atacar, es atacante.

El de sufrir es, sufriente.

El de caminar, es caminante. El de cantar, es cantante.

El de existir, es existente.

¿Cuál es el participio activo del verbo ser?, es “el ente”. El que es, es el ente. Tiene entidad.

Por ese motivo, cuando queremos nombrar a la persona que denota capacidad de ejercer la acción que expresa el verbo se le agrega al final el “ente”.

Por lo tanto, a la persona que preside, se le dice presidente, no presidenta, independientemente del sexo que esa persona tenga.

Se dice capilla ardiente, no ardienta.

Se dice estudiante, no estudianta.

Se dice adolescente, no adolescenta.

Se dice paciente, no pacienta.

Mal ejemplo: «La pacienta era una estudiante adolescente sufrienta, representanta e integrante independienta de las cantantas y también atacanta, y la velaron en la capilla ardienta existenta».
¿Qué mal suena ahora presidenta… no?

(*) Aida Elisa González de Ortiz, directora del Instituto de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas Manuel Alvar (INILFI) de la FFHA de la UNSJ.

Publicado en La Pericana, edición 132 que integra la edición de El Nuevo Diario del 2 de noviembre de 2018

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La doble vida de las palabras. (Ilustración: Miguel Camporro)