La siguiente reseña histórica fue extraída de la página oficial del Club Inca Huasi. El club fue fundado el 27 de noviembre de 1930
La tarde era tibia, sin ser muy calurosa. Empezaba la ronda de la Plaza de Mayo y los pájaros aturdían en la arboleda. En un banco, un grupo de muchachos conversaban ajenos a la contradanza del desfile. El tema: básquetbol, crear un club. Idas y venidas de ideas y entusiasmos. Era ya de noche cuando el propósito se completó. Había que buscar a otros y dar forma a la iniciativa. Había que buscar un lugar de reunión y ajustarse a lo que debía ser la organización.
Pasaron algunos días y en una sala con ventanas a la calle, hasta donde llegaba un agradable aroma a vino, de una bodega próxima. Había caras serias y alegres; risas, chistes, comentarios, aprontes. Todo se hizo seriamente, un supuesto presidente, pedidos de la palabra. Buscar un nombre y designar una comisión. Surgieron dos nombres: Aconcagua e Inca Huasi.
Luego de largas conversaciones, se decide por el nombre de Inca Huasi (que significa Casa del Inca). El Club decano del básquetbol sanjuanino, fundado el 27 de noviembre de 1930. A la vez se creó el himno Ñokaiko, por Díaz Costa, grito de guerra que se canta antes de cada partido.
Ya teniendo el nombre del nuevo club, se formó la primera comisión que tuvo como presidente a Pedro Calvo de La Fuente.
De ahí en adelante se puso en campaña para conseguir terreno, hacer la cancha, comprar pelotas y hacer las camisetas, todos estos gastos fueron solventados por miembros de la comisión y colaboraciones de allegados y amigos del momento.
Las primeras camisetas encargadas son muy parecidas a las que se lucen actualmente, con los colores rojo, negro y blanco, usadas intercambiando su combinación. Ya con los elementos indispensables se hicieron las primeras prácticas en dos canchitas de básquetbol en el estadio del Parque de Mayo, en el mismo lugar donde hoy en día se levanta el imponente estadio cubierto, pero aquellas eran con el piso de ripio y costaba que la pelota picara. Después empezaron las prácticas por libro y hasta el ripio se entusiasmó. Entre los primeros jugadores estuvieron: “El Tranco”, el “Chupino”, la Chancha”, Julio, Santiago Barrera, el “Flaco” Camargo, el “Tomate” Echegaray, Carlitos Vargas, el “Gringo” Vidart y el “Negro” Elizondo.
Después de recorrer distintos terrenos, se consiguió que Decio y José Graffiggna cedieran el que tenían frente a la Escuela Normal por Libertador, de esta forma se luce la primera cancha Ñokaika. Por la venta del terreno, emigramos a la calle San Luis y Caseros, fondo cedido gentilmente por la familia Daria, Inca Huasi tuvo su cancha en ese lugar hasta el año 1941.
Desde ahí a Pedro Echagüe entre Mendoza y General Acha, terreno prestado por la familia Medina, después a la calle Urquiza (actualmente Salta), donde funcionaba la pileta Urquiza a 3 cuadras de la calle 25 de Mayo.
Con el terremoto de 1944 en San Juan, se tuvo que encarar todo de vuelta. En dicho año, el presidente era Vidart, que gracias a él pudo seguir funcionando el club, al trasladar todas las pertenencias de la institución a su domicilio, de no ser así hubiera sido imposible de sobrevivir a esos momentos tan difíciles.
Siguiendo con la búsqueda de terreno, volvimos nuevamente a Av. Libertador entre Salta y Santiago del Estero, cedida por Yanzón, previo paso por la cancha de Rojinegro que gentilmente nos prestaban para las prácticas.
Finalmente, se consiguió por intermedio de Palacio Balaguer, diputado provincial, el préstamo por 10 años del predio que actualmente posee el Club Inca Huasi. Pero faltaba lo principal, la escrituración definitiva a nombre de la Institución, cosa que no se hizo esperar por las gestiones realizadas por el socio fundador y jugador, César Camargo; y se hizo realidad lo que por tantos años era un sueño.
A partir de ese momento empezó una nueva etapa para la Institución, construir la cancha, tribunas, secretaría, etc. El presidente del club en esos años era el Ingeniero Ramón Gil, que con su tesón, corazón y dedicación, pudo empezar a terminar la construcción de la cancha, tribunas y vestuarios, con planos hechos por el mismo. Todo esto se ve reflejado en lo que tenemos y mostramos con satisfacción y alegría.
Luego vinieron otras construcciones para comodidad de toda la familia Ñokaika, la casa para alojar delegaciones, cierre perimetral del predio, cantina, quincho y cancha complementaria. Ya instalados definitivamente y con la tranquilidad de tener nuestro Club propio, podemos decir con orgullo que todo nos lleva a manifestar que actualmente es el mejor Club de básquetbol que existe en San Juan.
Inca Huasi tuvo equipos femeninos y masculinos, que nos dieron numerosos triunfos y campeonatos que jerarquizaron a nuestra institución.
En gran parte esto se debe a un hombre que dedicó su vida a la enseñanza moral técnica y deportiva, cuyo nombre es Jorge Vera Rodríguez, con el apodo de “Conde”. Se paseaba con orgullo dentro de lo que consideraba su segunda casa. Con este ejemplo y con toda la experiencia de los distintos presidentes, se puede afirmar que contamos con todas las categorías hasta el día de hoy. Desde los más chiquititos, los mosquitos, hasta los más grandes, como los veteranos.
Inca Huasi participó en la Liga Nacional “C”, luego ascendió a la “B”, llegando a la final para ascenso a la “A”, pero con tanta desgracia perdemos en la definición. Después de haber ganado el partido de visitante y perdido jugando de locales, perdimos la posibilidad de ascender a la Liga “A”.
Esto no nos empaña en nada nuestra actuación, sino que nos engrandece porque es el primer y único equipo de San Juan que hasta el momento ha llegado a esa instancia.
Todo esto nos obliga a seguir trabajando en beneficio de nuestra Institución y de esa forma resguardar la grandeza adquirida, por todos nuestros jugadores, directivos, cuerpo técnico, socios, etc.
Fuente: incahuasisanjuan.es.tl (Página oficial de club)