Hay notas que uno jamás imaginó tener que escribir; entre ellas, una despedida al Maestro Mario Pérez. Siempre estaba tan pleno de creatividad, de proyectos, vitalidad y sus obras resumían una serena existencia sin fin, que hubiera resultado disparatado. No es un menester grato tener que hacerlo, pero en reconocimiento a sus méritos y la amistad que nos unió desde sus épocas de estudiante de artes visuales, la encaro con tristeza.
Presté interés a su obra en un concurso de murales que se organizó en la pared del Colegio Santo Domingo, en realidad el Maestro Suárez Jofré me llamó la atención y señaló que estábamos en presencia de un pintor de raza, de una capacidad excepcional para dibujar y resolver el color. Bien, así fue.
Pero no contó solamente el talento. Con ingentes esfuerzos pintaba en cada momento que quedaba libre de su trabajo en el Obrador Municipal, la vida familiar y los estudios universitarios. Lo apoyaron muchos amigos que advirtieron sus condiciones y la necesidad de apoyar su proyecto: Silvina Martínez, Eduardo Esquivel, Cecilia Rabbi Baldi, Humberto Costa y varios más. Poco a poco se consolidó su estilo – en las primeras obras dotado de un fuerte dramatismo – y dio cuenta de sus exploraciones siempre dentro de la figuración.
Eligió el camino de presentación de obras en concursos provinciales y nacionales, y casi simultáneamente con ello dio comienzo a su consagración – 1988/1993 -. Recibió el Primer Premio en el Salón de Pinturas LXXXVIII, en LXXVII Salón Nacional de Santa Fe y la importantísima exposición del año 2000 en el Museo Nacional de Bellas Artes. Sobre esta base y el contrato con importantes galerías comenzó su proyección internacional, donde ocupa un lugar destacado en el plano crítico y en el campo del mercado de arte, hace poco más de un mes expuso en una galería de Miami.
El Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson organizó una enorme muestra retrospectiva en el año 2014, realizó el Homenaje al Cruce de Los Andes en el Predio aledaño al Coloso de Rawson, y en el marco de la Feria de la cultura popular y el libro de Rawson – hace escasamente dos semanas – mostró obras en el local de la Biblioteca Popular del Sur. Tal vez por la autenticidad de sus sentimientos, pensaba que era posible que su mensaje estético llegara y conmoviera a todos los estratos sociales, idea que realmente parece exacta, puesto que en aquel evento era maravilloso ver como reaccionaban los públicos más diversos.
En la Feria de la cultura popular y el libro nos encontramos por última vez – con Rep, Adrian Cangi, Juan Carlos Gioja, Lucía Muñoz, Beatriz Podestá – y me contó los proyectos inmediatos, que espero se puedan cumplir. El primero, una muestra de artistas latinoamericanos de su generación, coorganizada con su amigo el destacadísimo pintor cubano José Braulio Bedia; el segundo, retomar la línea de “Las orantes” – de su primera época – porque advertía que todo el sentido se concentraba en la maternidad, con referencias también a las Madres de Plaza de Mayo. Comentó con mucha alegría, que El Nuevo Diario publicaría un extenso reportaje en el que se explayaba sobre su vida, su obra y sus ideales.
Un aspecto que no se debe callar era su preocupación por compartir sus conocimientos con las generaciones jóvenes. Buscaba constantemente talentos para enseñar y apoyar sus carreras.
Indiscutiblemente es el artista sanjuanino que mayor proyección nacional e internacional ha alcanzado, eligió quedarse a vivir en San Juan, rodeado de su familia y amigos, acompañaba a todos los expositores de la Provincia porque tenía la humildad de los grandes. Nos lega la imagen de un hombre probo y consciente de su capacidad, una maravillosa obra y un modelo de afrontar una carrera artística.
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-- Mario Pérez: Un artista internacional con rostro bien de acá. Entrevista realizada por Juan Carlos Bataller, para el ciclo “Qué hiciste con tu vida”