El monumento a Juan Jufré: una historia de penurias



En noviembre de 1948, bajo el gobierno de Ruperto Godoy, se realizó un llamado para la construcción de un monumento en homenaje a Juan Jufré en la plaza de Concepción.
Al llamado se presentaron entre otros, Miguel Angel Sugo, un uruguayo radicado en Mendoza donde trabajaba en la escuela de Bellas Artes. La buena noticia vino acompañada de una mala: consiguió el puesto en San Juan pero se quedó sin trabajo en la Universidad Nacional de Cuyo. A partir de esto, en 1949 se asentó en San Juan para construir el monumento en la plaza que lleva el nombre del fundador. Allí montó una pequeña carpa de campaña en donde vivió durante largo tiempo e hizo “malabarismo” para terminar la obra ya que solo fue pagada en un 30%.

El objetivo de Sugo fue trabajar la escultura de Juan Jufré sobre una piedra originaria de San Juan. Para ello se dirigió, con un grupo de picapedreros, al Cerro Blanco en Zonda para extraer gigantescas rocas. La tarea no fue nada fácil, de echo pasó varios días en la montaña tratando de sacar grandes bloques de piedra. Sin grúas y a fuerza de espalda e ingenio los bloques fueron llevados hasta una camioneta para su traslado.
Pero el peso de aquellas provocó que la movilidad no soportara y a los pocos metros de andar en la ruta se fundió el motor. Esto generó que tuvieran que buscar un camión para su acarreo y así fue como llevaron las rocas a la plaza varios días después de terminada su extracción. La granitina del Cerro Blanco fue utilizada para la construcción de las figuras, mientras que para los pedestales y los grandes bloques arquitectónicos empleó travertino de La Laja.

El 13 de junio de 1951 el monumento quedó inaugurado. Fue en el 389° aniversario de la ciudad, después de casi dos años de ardua labor por parte del escultor.




Fuente: Publicado en La Pericana, edición 368 del 21 de octubre de 2023



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Miguel Angel Sugo, en plena tarea en la construcción del monumento a Juan Jufré.
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