Destacados próceres y ciudadanos de nuestra provincia, reconocidos o inmortalizados en el bronce de hermosos monumentos le han conferido a San Juan ser mencionada como "La ciudad de las estatuas''. En una enumeración de estos recordatorios se menciona a cada uno de los próceres conforme se dispuso el respectivo homenaje.
En 1888 fue sancionada la ley que establecía en su artículo 1ro la decisión de erigir en la Plaza Laprida de nuestra ciudad Capital una estatua en honor al Dr. Francisco Narciso Laprida y en la Plaza Aberastain, otra en homenaje a Fray Justo Santa María de Oro. Ambos fueron diputados por San Juan en el histórico Congreso de Tucumán en el que fue declarada la Independencia Nacional, en momentos que Laprida ejercía la presidencia.
De todas maneras pasaron varios años para que se diera cumplimento a esta disposición, ya que en 1897 se construyó la estatua de Fray Justo Santa María de Oro que se constituyó en la primera en la primera en erigirse en nuestra ciudad. Si bien la Ley decía que debía estar en la Plaza Aberastain se la construyó en la Plaza 25 de Mayo frente a la Catedral, donde Fray Justo se había desempeñado como primer Obispo de Cuyo. Esta estatua fue inaugurada el 9 de Julio de 1899. Está de pie, mirando a la Catedral y con sus manos señalando al Norte, hacia la provincia de Tucumán donde se declaró la Independencia.
La segunda estatua a concretarse en nuestra ciudad debía ser la de Francisco Narciso Laprida, pero por problemas en la construcción de su pedestal, ese honor le correspondió a la de Salvador María del Carril. Desde Buenos Aires se le encarga al escultor Camilo Romarione la tarea de inmortalizar a Del Carril. La inauguración del monumento se realizó el 25 de mayo de 1899 con un acto solemne realizado en la plazoleta del entonces ferrocarril del gran Oeste Argentino, que luego se denominó San Martín. En el sitio duró pocos años ya que fue trasladada hasta las inmediaciones de los portones del Parque de Mayo y luego al sitio donde actualmente se encuentra, en la Plaza de Desamparados.
La tercera estatua que se levanta en la ciudad es la del gran educador y máximo prócer sanjuanino, Domingo Faustino Sarmiento, que fue encargada al escultor Víctor de Pol. Él fue el que tuvo la idea de presentar a Sarmiento sentado rodeado de niños en edad escolar, lo que representa la preocupación por la educación.
Fue construida en el sector oeste de la Plaza 25 de mayo y su inauguración tuvo carácter nacional, porque en la ceremonia realizada en 1901 estuvieron presentes autoridades nacionales y de la mayoría de las provincias del país.
Al conmemorarse el centenario de su fallecimiento en ese sitio tuvo lugar un gran homenaje a nivel nacional que contó con la presencia del entonces presidente Raúl Alfonsín; el gobernador Carlos Enrique Gómez Centurión y la ministro de Educación de la provincia, Delia Andrada Baloc.
(Nora escrita por María Teresa Forradellas, licenciada en Turismo. Fuente, Profesora de Historia Ana Fanchini y alumnos de Turismo de la FFHyA. Publicada el 19 de septiembre de 2019)