El tontillo o polizón se denominaba al armazón que sostenía
este vestido que se levantaba en la cola. Este tipo de vestido es posterior al
miriñaque.
Este aparatoso complemento para la deformación de la apariencia
femenina se popularizó en España durante el reinado de Carlos II, viniendo a
sustituir al no menos aparatoso guardainfante habitual en el reinado anterior.
Su uso se extendió hasta la segunda mitad del siglo XVIII.
Sobre varias enaguas, bajo la basquiña y otros tipos de
sayas, faldas o vestidos cuya amplitud o pliegues permitían la deformación a la
altura de las caderas, a diferencia del miriñaque que daba al cuerpo forma de
campana.
La fotografía data de 1887.
(Foto
publicada en el libro “El San Juan que ud. no conoció” de Juan Carlos Bataller
– Perteneciente al Museo Histórico Agustín Gnecco).
Fuente: Publicado en Nuevo Mundo, edición
920 del lunes 6 de mayo de 2024