Alrededor del año 6000 a.C., un grupo humano se instaló en la Cordillera de Ansilta, al suroeste de lo que hoy es Calingasta. La zona es la de Los Morrillos y, por esa razón, esta cultura fue bautizada como Cultura Los Morrillos por los arqueólogos.
Cazaban guanacos, y esta actividad motivaba que el grupo cambiara estacionalmente el lugar de campamento, ya que se trasladaban detrás de las manadas de animales. Los investigadores han encontrado puntas de proyectil, raspadores, cuchillos y perforadores de piedra, así como punzones de hueso.
Se alimentaban también de frutos de algarrobo y chañar, semillas, raíces de cactus y huevos de ñandú. Su vestimenta y sus adornos tenían que ver con la caza y la recolección: hacían sus vestidos con pieles unidas con fibras vegetales o animales, y fabricaban collares de huesos, dientes o semillas. Confeccionaron también redes y cestos de fibra vegetal para transportar sus pertenencias.
Hay registro de que la Cultura Los Morrillos se desarrolló en esta zona hasta el año 2000 a.C. Estas culturas de cazadores-recolectores fueron sucedidas en el tiempo por grupos que se iniciaron en el cultivo de la tierra y en la cría de animales. Se han descubierto pinturas rupestres en los asentamientos de la Cultura Los Morrillos.